Ma Ta Fei Yan, un caballo galopante de bronce, desenterrado en 1969 en una tumba en Leitai (Gansu), simboliza oficialmente la imagen del turismo chino. La pequeña figura fue esculpida hace más de 2.000 años y pesa unos 7 kilos.
Reportaje de
Wang Danruo
王丹若
Esta obra maestra, elaborada hace más de 2.000 años, integra varias disciplinas artísticas de la época como la pintura, la escultura y la fundición. Se ha distinguido por un diseño específico aplicado en su modelado y por un alto nivel en la fundición. Ello realza las medidas proporcionales correctas que hacen que el movimiento de las cuatro piernas coincida con la anatomía real de un caballo con su forma de galopar. Este caballo de bronce se caracteriza por tener un aspecto físico elegante, con la cabeza pequeña y el cuello prolongado, así como unas extremidades largas y un cuerpo bastante fibroso. La cola está elevada y su cabeza alta, como si estuviera relinchando. Tres de sus patas están al aire, con la trasera derecha pisando una golondrina en pleno vuelo, de ahí su nombre “Caballo galopante pisando una golondrina en vuelo”. Otro detalle importante es que al caballo no lo sujetan riendas ni carga con silla de montar, unos objetos que condicionarían su plena libertad. De esta manera el corcel puede recorrer más de mil li1 al día, casi como si volara por los cielos.
En los años 70 del siglo pasado, esta preciosa escultura realizó una gira mundial junto con otras reliquias históricas consideradas “tesoros nacionales”. La exhibición, que recibió multitud de visitantes, convirtió a estos vestigios en una especie de “embajadores culturales de China”.
La ausencia de herraduras y el hecho de que la crin y la cola estén al viento realzan su majestuoso impulso. La acción de pisar una golondrina en vuelo le confiere velocidad al tiempo que atrapa un instante único y magnífico. De hecho, la extremidad posterior trasera aguanta todo el peso del caballo y la golondrina se convierte en la base de la pieza al mantener el equilibrio y evidenciar la agilidad, la fuerza y los rítmicos pasos del animal. La golondrina mira hacia atrás atemorizada mientras el caballo observa hacia la izquierda como esperando a ver las patas del ave. Los dos animales en esta escultura, aparte de parecer vivos, se caracterizan por el maravilloso modelado, bellas líneas, proporciones correctas, así como por el uso de técnicas depuradas, una buena composición y una imaginación increíble.
En los años 70 del siglo pasado, esta preciosa escultura realizó una gira mundial junto con otras reliquias históricas consideradas “tesoros nacionales”. El recorrido le llevó a países como Estados Unidos de América, Gran Bretaña, Francia, Japón o Italia entre otros. La exhibición, que recibió multitud de visitantes, convirtió a estos vestigios en una especie de “embajadores culturales de China”, de ahí que la figura del caballo de bronce haya ido ganando reputación a nivel mundial.
Tras un estudio comparativo entre varias propuestas, la Administración Nacional de Turismo de China decidió, en octubre de 1983, recurrir a la escultura Ma Ta Fei Yan como imagen del turismo chino. Se tuvo en cuenta las siguientes consideraciones: 1. La velocidad y la libertad que muestra este caballo, sin que nada le pueda parar, aluden a la prosperidad que se obtendrá del turismo chino en el futuro; 2. El caballo es, desde la antigüedad, un medio de transporte fundamental, símbolo del esfuerzo y, así, los visitantes pueden disfrutar del turismo en China; 3. Esta figura es, además, el emblema de la recóndita y milenaria cultura e historia chinas. El caballo, pues, pone de relieve a las antiguas civilizaciones chinas y atrae así, sin duda, a turistas de todo el mundo.
(1). 里, lǐ, unidad china de distancia que equivale a unos 500 metros.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio número 26.
Volumen V. Septiembre 2014.