LECTURA RECOMENDADA

La batalla de los Acantilados Rojos o de Chibi se libró en el sureste de la provincia de Hubei, en el año 208 d.C., al final de la dinastia Han. Se considera una de las mayores batallas navales de la historia.
Reportaje de
You Zhichao
尤智超

En la extensa historia bélica de China ha habido numerosas batallas, pero, se puede decir sin exagerar que, de todas ellas, esta es la más conocida y debatida. Esta batalla sucedió en el año 208. La razón por la que se le presta tanta atención en China a este periodo es porque aparece en uno de los Cuatro Clásicos de la literatura china: el Romance de los Tres Reinos (三国演义, Sānguó Yǎnyì). Esta novela basada en hechos reales crea una serie de leyendas espléndidas que entremezclan realidad y ficción, historia y fábula, en un maravilloso e inmortal relato.

Los estados vasallos se disputan China
Hacia el final de la dinastía Han Oriental (东汉, 25-220), el poder imperial fue debilitado. Tras la rebelión de los Turbantes Amarillos, muchos compitieron por la supremacía y sobrevino el caos y la confusión. Los estados vasallos también tomaron parte y se dividieron. Finalmente, se formaron los tres poderosos reinos de Wei (魏), Shu (蜀) y Wu (吴) encabezados por Cao Cao (曹操), Liu Bei (刘备) y Sun Quan (孙权) respectivamente, que se convirtieron en los tres principales pilares de estos reinos. El ministro Cao Cao, descendiente de la nobleza, tenía a su disposición diversos vasallos. Tras varias campañas militares, estuvo a punto de unificar el norte y asumió un gran poder. Liu Bei, conocido también como el príncipe Jing de Zhongshan (中山靖王), pertenecía a la familia imperial e hizo un pacto de hermandad con los valientes Guan Yu (关羽) y Zhang Fei (张飞). Liu Bei era muy benevolente y justo, por ello se ganaba el corazón de la gente. Después de tres visitas al militar y estratega Zhuge Liang (诸葛亮), Liu Bei consiguió reclutarle para dirigir el reino y obtener la victoria. El reino de Wu Oriental ocupaba la zona de Jiangdong (江东), protegido por el río Yangtsé. Sun Quan era el tercero en ocupar el trono de este reino, un joven líder que sabía escoger a la gente adecuada.
El reino de Wu Oriental, en Jiangdong, se encontraba en un momento de agitación, pues muchos ministros estaban de acuerdo en capitular ante Cao Cao y convertirse en un estado vasallo. Sun Quan, apoyado por otras facciones como las de los diplomáticos Zhou Yu y Lu Su entre otros, no tenía miedo alguno. Delante de sus ministros, sacó su espada y cortó la esquina de la mesa diciendo: “¡Cualquier oficial que pretenda someterse al enemigo recibirá el mismo castigo que esta mesa!”

Cao Cao guía a su ejército hacia el sur
En el año 208, Cao Cao llevó la paz al norte y, como un torrente de energía, se dirigió al sur para derrotar al reino de Wu. Llegado este punto, el ministro contaba con el apoyo de los conocidos como “800.000 soldados”, un ejército formidable que podía atravesar incesantemente ríos y montañas. En una carta para el reino de Wu, Cao Cao escribió: “Ahora mismo dispongo de 800.000 soldados. Si no os rendís, os derrotaré”. El reino de Wu Oriental, en Jiangdong, se encontraba en un momento de agitación, pues muchos ministros estaban de acuerdo en capitular ante Cao Cao y convertirse en un estado vasallo. Sun Quan, apoyado por otras facciones como las de los diplomáticos Zhou Yu (周瑜) y Lu Su (鲁肃) entre otros, no tenía miedo alguno. Delante de sus ministros, sacó su espada y cortó la esquina de la mesa diciendo: “¡Cualquier oficial que pretenda someterse al enemigo recibirá el mismo castigo que esta mesa!”
Zhuge Liang, que se encontraba en el reino de Wu Oriental en ese momento, selló una alianza con Sun Quan para enfrentarse a Cao Cao. Ambos pusieron en común sus puntos de vista ante una posible contienda: los soldados de Cao Cao, que habían recorrido largas distancias, estaban exhaustos. Los soldados de la armada del norte estaban acostumbrados a las batallas a caballo, no a las navales. Además, entre sus tropas había muchos prisioneros de guerra, por ello bajo la apariencia de unidad se escondía una latente división.

Zhuge Liang recoge flechas
El Romance de los Tres Reinos describe muchas de las populares historias que ocurrieron en la batalla de los Acantilados Rojos. Se dice que Sun Quan (reino de Wu) y Liu Bei (reino de Shu) formaron una alianza para luchar contra Cao Cao (reino de Wei), pero la cantidad de flechas que tenían no era suficiente. Con la batalla a la vista no había tiempo que perder. Zhuge Liang manejó la situación con calma y dijo que tenía un buen plan. Lu Su le prestó veinte barcos, cada uno de ellos con treinta hombres. Los navíos estaban cubiertos con una tela negra y figuras de paja a ambos lados.
Durante la madrugada, Zhuge Liang pidió a Lu Su que preparase los barcos, pero este no sabía nada del plan. Aquella noche, la espesa niebla lo cubría todo, las aguas del río Yangtsé estaban inmersas en la bruma, como si del paisaje de un cuento se tratase. Antes del amanecer, los barcos se aproximaron a la base naval de Cao Cao. Zhuge Liang ordenó que colocasen todos los barcos en una fila mirando hacia la base y que los soldados gritasen mientras tocaban los tambores. Lu Su palideció temiendo la respuesta del ejército de Cao Cao. Zhuge Liang rio y dijo: “Apuesto a que Cao Cao no se atreve a enviar a sus soldados con esta niebla. Vayamos dentro a beber”.
Cuando Cao Cao vio la niebla que lo cubría todo, temió que fuera una táctica del enemigo para realizar una emboscada, así que se vio obligado a ordenar a sus combatientes que disparasen más de diez mil flechas hacia el sonido de los tambores. Cuando uno de los lados de los barcos quedó cubierto de flechas, Zhuge Liang ordenó que les diesen la vuelta para así acumular más por el otro lado. Pronto, todas las figuras de paja estaban cubiertas de flechas. Con la niebla disipándose, Zhuge Liang mandó la retirada de los barcos, pero no sin que antes gritasen todos sus soldados: “¡Gracias por las flechas, ministro Cao!”. Cuando este comprendió lo que acababa de suceder, los veinte barcos ya habían desaparecido.
Invocando el viento del este
Se dice que la mayoría de los soldados de Cao Cao eran del norte. Aunque eran numerosos no se manejaban bien en el agua. Si mantenerse en pie en los barcos ya era para ellos una tarea difícil, luchar en una batalla naval en el sur de China era casi imposible. En la primera guerra púnica Roma y Cartago usaban el corvus, una especie de pasarela móvil que servía para enganchar sus barcos a los del enemigo y abordarles. Sin embargo, lo que hizo Cao Cao fue ordenar a sus oficiales que atasen todos los barcos para navegar juntos por el río como una enorme bestia acuática.
Admirando el esfuerzo de sus soldados sintió una gran alegría: “Con los barcos atados, navegar por el río es como caminar sobre tierra llana”. Entonces un soldado le preguntó a Cao Cao qué debían hacer si había fuego enemigo. Su respuesta fue: “Cualquier ataque con fuego depende del viento pero ahora, en mitad del invierno, solo sopla viento del oeste y del norte, no sopla viento del este ni del sur. Nuestros barcos se encuentran en el noroeste, mientras que el enemigo se encuentra en el sur. Si deciden lanzar fuego hacia nosotros recogerán lo que hayan sembrado. ¿Qué hay que temer?”.

El bando de Sun Quan y Liu Bei habían preparado un plan para atacar con fuego pero para ello necesitaban viento del este. Cuando nadie sabía qué hacer, Zhuge Liang ordenó a sus soldados construir el altar de las Siete Estrellas en las colinas del sur, con un perímetro de ochenta metros y una altura de tres. Una vez terminado, Zhuge Liang se bañó, se vistió con ropas taoístas y subió lentamente descalzo al altar, donde encendió incienso y rezó en silencio. A continuación, pidió al cielo que le trajera la brisa. Más tarde, esa misma noche, escuchó de pronto las banderas ondeando al viento. La corriente del sureste pronto emergió con fuerza.
El general Huang Gai (黄盖), que tenía veinte barcos preparados con fuego, fingió rendirse ante Cao Cao y aprovechó cuando este estaba desprevenido para disparar contra sus naves, ayudado por la ventisca. En un instante, las embarcaciones de Cao Cao, atadas unas a otras, empezaron a arder acabando con la vida de un gran número de soldados. Tras esta batalla, el grandioso plan de Cao Cao para unificar China fue temporalmente apartado y no tuvo más opción que retirarse a las tierras de la Llanura Central para recuperarse, siendo en ese momento cuando se estableció una rivalidad equitativa entre los tres reinos.
Enlaces de las imágenes de dominio público usadas en este reportaje de la edición corregida del Romance de los tres reinos, escrito por Quanzhong de la dinastía Ming (1368-1644).
Imagen 1 (https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=48226255)
Imagen 2 (https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=81271371)
Imagen 3 (https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=81271378)
Imagen 4 (https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=81271388)
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.
Número 38. Volumen V. Septiembre de 2016.
MÁS ARTíCULOS RECIENTES
PODCAST
LO MÁS LEÍDO
- Wang Xuan: el artífice de la digitalización de los caracteres chinos
- La legendaria batalla de los acantilados rojos
- Tao Yuanming: precursor del género poético de “campos y jardines”
- El yacimiento arqueológico de Banpo
- Zhurong, Chang’e y otros dioses en el programa espacial chino
- El esculpido de la piedra de crisantemo de Liuyang: flores que nunca se marchitan
- Plantillas de papel para recortar con dibujos simbólicos
- Papel recortado chino: la vida perfilada con el corazón
- La exitosa y larga marcha china a la conquista del espacio exterior
- Celebrar el año nuevo chino en el extranjero
- Recuerdos de infancia en Año Nuevo
- Donde se extinguen las luces: legado milenario y pervivencia de la Fiesta de los Farolillos
- Vida tradicional y moderna en los grabados del Año Nuevo Chino
- La Gala de Año Nuevo Chino: festín cultural entre la tradición y la innovación
- La leyenda de Yandi o Shennong, el divino granjero
VIAJAR A CHINA
COSTUMBRES
VIDA EN CHINA
CONFUCIO
AÑO NUEVO CHINO, LA FIESTA DE LA PRIMAVERA
LENGUA CHINA
VOCABULARIO CHINO

CONFUCIOMAG
Revista Instituto Confucio
La revista Instituto Confucio es la guía de la cultura china. Su lengua, su gastronomía, su historia y su turismo. Una aproximación a las costumbres chinas para viajeros, estudiantes y lectores interesados en el estilo de vida del país asiático.
La revista Instituto Confucio es una publicación bilingüe que nació para difundir información relativa a la lengua, la cultura y el patrimonio natural e histórico chino. Desde 2009 en su versión impresa y desde 2012 en su versión digital, la revista ofrece una selección de reportajes sobre viajes, espacios naturales, filosofía, etnología, arte, historia, lenguaje o personajes célebres, apoyados con grandes imágenes y un cuidado diseño. Los reportajes de la revista Instituto Confucio se emplean con frecuencia como material didáctico en las aulas, tanto por los contenidos gramaticales como su aspecto cultural. En la actualidad existe 11 ediciones internacionales. A la inicial edición chino-inglesa, nacida en 2009, le siguieron siete ediciones más en 2010 (español, francés, ruso, coreano, árabe, japonés y tailandés); los lanzamientos más recientes son las ediciones italiana, alemana y portuguesa, nacidas en 2014.
La revista Instituto Confucio en español
La edición en español de la revista Instituto Confucio se estrenó en 2010 y se edita desde la sede del Instituto Confucio en la Universidad de Valencia (España). La revista impresa se distribuye en las sedes del Instituto Confucio,
Acerca del Instituto Confucio
El Instituto Confucio es una institución creada con la finalidad de promover la enseñanza del idioma chino, la formación de profesores y la promoción de actividades e intercambios educativos. Cuenta con su sede central en Beijing y está presente en los cinco continentes. Abrió su primera sede en el extranjero en 2004 y a lo largo de estos años se han establecido más de 500 nuevas sedes en más de 125 países y regiones.