El Templo Colgante, situado a unos 65 kilómetros de Datong, fue construido hace 1.500 años en la pared del acantilado de la garganta del Dragón Dorado, a unos 50 metros del suelo.
Reportaje de
Zhao Yuehan
赵悦含
Comenzó a construirse durante la dinastía Wei del Norte (北魏) en el año 491 (año 15 del emperador Taihe) y se ha mantenido en pie durante más de 1.500 años gracias a las restauraciones llevadas a cabo en diferentes dinastías. Por aquel entonces, los artesanos eligieron este lugar en la oquedad del acantilado, según uno de los principios del taoísmo “que no se perciba ni el cacareo de los gallos ni el ladrido de los perros”.
Cuando los visitantes se aproximan al templo tienen la sensación de entrar en un paraíso apartado del mundo terrenal. Las partes salientes de la montaña alrededor del templo lo han protegido del viento y de la lluvia, mientras la cima del este lo ha protegido del sol.
El Templo Colgante, a unos 50 metros del suelo, da la impresión que se sostiene sobre una decena de pilares de madera y, por ello, da una sensación vacilante. Allí se repite un dicho: “el Templo Colgante, situado en medio del cielo, cuelga de tres pelos de la cola de un caballo”. Sin embargo, dichos pilares no soportan el peso, pues el centro de gravedad está distribuido dentro de las duras rocas. Dicen que cuando se construyó no existían esos pilares. Pero nadie se atrevía a subir porque parecía colgar del acantilado y así, para atraer a más personas al templo, los añadieron.
Aprovechando las formas naturales del acantilado, se construyeron 40 estancias como la puerta de la montaña, la torre de la campana, la torre del tambor, la sala principal y las subordinadas, entre otras. La más grande tiene una superficie de 30m2 mientras que la más pequeña no llega a los 5m2.
El Templo Colgante es el único que integra taoísmo, budismo y confucianismo. El templo actual es el resultado de la restauración que se llevó a cabo durante la dinastía Jin (金, 265-420). En la sala Sanjiao, la más alta, se encuentran las estatuas del amable Buda Sakyamuni (centro), del respetuoso Confucio (izquierda) y del virtuoso Laozi (derecha). Son representantes de las ideologías de budismo, confucianismo y taoísmo.
En febrero de 2010, la revista estadounidense Time publicó una lista con los diez edificios más peligrosos del mundo, que incluía el Templo Colgante de Datong y la torre de Pisa en Italia. Esta última construida 600 años más tarde que el de China.