Los oroqen (鄂伦春族) y los hezhen (赫哲族) son dos etnias del noreste de China que han vivido tradicionalmente de la pesca y la caza. Formadas por apenas unos miles de miembros, los oroqen y los hezhen practican el chamanismo. Al ser pueblos típicamente pesqueros y cazadores, las etnias oroqen y hezhen desarrollaron un culto por la naturaleza que, a su vez, es la base de su creencia religiosa.
Reportaje de
Zou Yi
邹轶
Los oroqen: cazadores de ciervos
Las comunidades oroqen se concentran en el área forestal del Gran Khingan (大兴安岭). Son un pueblo típicamente cazador desde hace generaciones. Es por ello que han creado una cultura distintiva y particular en torno a la cinegética que se refleja en la música, la danza o la religión, entre otras. Su nombre, oroqen, surge de la combinación en su dialecto de “oron”, que significa “cazar ciervos”, y “cho”, gente. Es decir, “gente que caza ciervos”. Fue acuñado en tiempos del emperador Kangxi (康熙, 1654-1722), de la dinastía Qing (清, 1662-1722). Anteriormente, eran conocidos como los “hombres de los árboles”, los “salvajes de las montañas del norte” o la “gente del bosque”.
Los hombres de este pueblo tienen todos excelentes habilidades para montar a caballo y tirar con arco, por lo que son experimentados cazadores. Hoy en día, a pesar de que el pastoreo ha remplazado a la caza como principal modo de vida, estas tradiciones se mantienen intactas. La cacería es una actividad que se ha practicado durante mucho tiempo dentro de las comunidades oroqen, por lo que ha dado forma a una cultura particular, única en aspectos como la vestimenta y la vivienda. Las mujeres de la etnia suelen llevar prendas de ropa hechas de piel de corzo que reciben el nombre de su’en y destacan por su belleza y comodidad. Unas pieles que también se utilizan en la fabricación de sombreros y tocados para la cabeza, cuyo carácter vivaz e inconfundible resume las particularidades culturales de este grupo étnico.
La “casa del amanecer”, traducción literal de la lengua de los oroqen, es un importante concepto étnico relacionado con la vivienda. La «casa del amanecer» está construida con troncos de árboles, corteza de abedul y pieles de animales; su forma se parece a la de un paraguas, es de fácil acceso y se adapta a las necesidades de un pueblo cazador. En el centro de la vivienda hay una hoguera para calentar el habitáculo y cocinar alimentos.
Aunque los oroqen ya han adoptado un modo de vida moderno, la historia sigue teniendo un gran peso dentro de la comunidad, y las tradiciones y la cultura popular ocupan un lugar importante.
Los hezhen: pueblo de pescadores
Al igual que los oroqen, los hezhen son una de las minorías étnicas que habitan en el noreste de China. Tienen una larga historia en la que, generación tras generación, han practicado un modo de vida basado en la pesca y la caza, que es su fuente tradicional de subsistencia.
A los hezhen les encanta comer pescado, especialmente crudo. Muchas de sus vestimentas están hechas de escamas de pescado y pieles de otros animales. Las espinas también son una importante materia prima para elaborar sus diferentes artesanías.
Para satisfacer sus necesidades los hezhen suelen construir sus viviendas en las riberas de los ríos o en las cercanías de los campos donde cazan. La construcción más habitual tiene tejado de paja, estructura de madera y bodega. La cava es un habitáculo construido al estilo de una caverna. Según el número de personas de la casa, los hezhen comienzan excavando un hoyo rectangular de aproximadamente un metro de profundidad. Luego colocan un pilar en el centro del agujero para que sirva de soporte, lo fijan verticalmente con correas y forman una estructura con varas de mimbre y paja. Con el suelo cubierto, el lugar puede servir de vivienda. Este tipo de construcción tiene puertas y ventanas. Las ventanas se suelen adherir a la pared con escamas de pescado; mantienen el calor y dejan pasar la luz al interior. En la bodega hay un tukang (土炕, tradicional cama de ladrillo caldeada), que da cobijo a todos los miembros de la familia.
Las comunidades hezhen se concentran principalmente en la llanura de Sanjiang (三江平原), donde confluyen los ríos Songhua (松花江), Heilongjiang (黑龙江) y Ussuri (乌苏里江). Reconocida en toda China, la “Canción del barco del río Ussuri” (乌苏里船歌) es un tema popular del noreste del país que elogia la cultura de los hezhen. En su letra se encuentran líneas como “los hezhen echan mil redes, el barco se llena de peces”, que describen vivamente las escenas de pesca y caza que caracterizan su modo de vida.
Chamanismo de creencias animistas
Los oroqen y los hezhen tienen algo en común: ambos pueblos practican el chamanismo. En el grupo de lenguas tunguses, de donde es originaria, la palabra chamán hace referencia a un brujo. El chamanismo surgió en la prehistoria y se extendió por todo el mundo, aunque en el noreste de China se convirtió en una práctica generalizada. Al ser pueblos típicamente pesqueros y cazadores, los oroqen y los hezhen desarrollaron un culto por la naturaleza que, a su vez, es la base de su creencia religiosa.
El chamanismo considera que todo lo que existe en el universo tiene una dimensión espiritual. Al personificar cada uno de los elementos del mundo natural, establece que la buena o la mala suerte de las personas proviene de los cambios que ocurren en la naturaleza y supone una demostración de la voluntad de los espíritus. Estos dominan el mundo natural y las relaciones humanas, así que la gente debe rendirles pleitesía y adoración. Los espíritus formados por las almas de los antepasados fallecidos y el miedo de los seres humanos a la enfermedad o a la muerte sustentan sus creencias.
Su diferencia respecto a otras religiones es que el brujo o chamán, cuando establece comunicación con los espíritus, puede entrar en cualquier momento en un estado de enajenación que provoca temor entre la gente. En el chamanismo, el brujo se comunica con los espíritus principalmente a través de una danza que lo lleva al trance. Este rito de comunicación con el más allá puede indicar el tratamiento para la curación de dolencias y también puede representar el respeto de la comunidad hacia los espíritus. La gente confía en que los espíritus del mundo natural o las almas de los antepasados pueden manifestarse a través del brujo, hacer que las personas se libren del dolor y traer prosperidad.
El culto a los antepasados es el ritual más solemne del chamanismo. Los nuevos líderes del clan organizan siempre este tipo de ceremonia. Tanto los oroqen como los hezhen celebran el ceremonial de adoración a los ancestros en primavera. De hecho, recibe el nombre de “encuentro del cuarto mes” y es el momento de reunión más importante dentro de la comunidad.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.
Número 34. Volumen I. Enero de 2016.