Si hace más de medio siglo Mao Zedong soñaba con enviar satélites al espacio exterior, hoy el actual presidente Xi Jingping ha destacado como un hito, en su discurso por el nuevo año 2025, la recogida de muestras de la cara oculta de la Luna por parte de la sonda Chang’e-6. A punto de cerrar el primer cuarto del siglo XXI, China continua con su exitosa y larga marcha a la conquista del cosmos. Ha llevado hasta Marte un vehículo rover, al que ha bautizado como Zhurong (祝融“dios del fuego”); ha alunizado el robot teledirigido Yutu-2 (玉兔“conejo de Jade”); y construye una Estación Espacial Modular, a la que llama “Palacio Celestial” (天宫 Tiangong), que opera en la órbita baja terrestre, de 340 a 450 kilómetros de altitud, en lo que se conoce como termosfera.
Reportaje de
Germà Arroyo
何有良

Las misiones Chang’e
La primera frontera se fijó en la Luna con el orbitador Chang’e-1 en 2007. La nave debe su nombre a la diosa de la mitología china. La tradición dice que una joven de gran belleza, Chang’e, se tomó el elixir de la inmortalidad para que no fuera robado por el malvado Peng Meng. A causa de ello, el cuerpo de la joven se volvió tan etéreo y frágil que salió despedido al espacio exterior y pudo recalar en la Luna, donde vive eternamente sin su amante esposo, el arquero Houyi. Para la tercera misión Chang’e, realizada con éxito en 2013, anterior Año de la Serpiente, China puso sobre la Luna su primer vehículo espacial.

El rover Yutu
El módulo de aterrizaje y el rover Yutu exploraron la superficie lunar durante más de diez meses, recopilaron datos científicos muy valiosos y demostraron sus capacidades tecnológicas en la exploración lunar. El cuarto lanzamiento, de similares características, llegó al inicio de 2019 en la cuenca del Polo Sur-Aitken, la zona más lejana de la Luna. Y por ello China se convirtió en el primer país en alunizar en la cara oculta de nuestro satélite. Un hito científico indudable.
El aterrizaje de Chang’e-5 visto desde la cámara a bordo. La misión lunar Chang’e-5 de China aterrizó con éxito en el lado cercano de la Luna, cerca de Mons Rümker, un complejo volcánico en la región norte de Oceanus Procellarum, el 1 de diciembre de 2020.
Chang’e 5 y sus muestras lunares
Una misión para la obtención de muestras lunares, el Chang’e-5, regresó el 16 de diciembre de 2020. Y se trajo de allí 1.731 gramos de regolito, ese fino polvo gris que recubre toda la superficie de la Luna, que fueron las primeras muestras lunares desde las recolectadas por la misión Luna 24 de la URSS en 1976. Además, se descubrieron en ellas señales de agua ligada a su estructura mineral. El objetivo final de su programa lunar es allanar el camino para una misión tripulada que alunizará, según lo previsto, en el año 2030. En el actual siglo, Beijing ha enviado 24 astronautas al espacio, entre las cuales se cuentan varias mujeres, con la finalidad, entre otras, de comenzar una presencia humana continuada a bordo de la estación espacial Tiangong.

La estación espacial Tiangong
Dicha infraestructura comenzó a construirse el 17 de junio de 2021. Se trata de la primera estación espacial de larga duración y multimodular china. Opera en la órbita baja de la Tierra, a una altitud de entre 340 y 450 km sobre la superficie terrestre, en la zona denominada termosfera. Una vez completada en 2028 constará de un módulo de aterrizaje, otro de despegue y un vehículo explorador. El rover será previsiblemente mucho más grande que los actuales alimentados con energía solar, como Yutu-2 que sigue rodando en la cara oculta del satélite cuatro años después.

Marte, la sonda Tianwen y el explorador Zhurong
El gran salto adelante de China en el espacio lejano llegó en el verano de 2020. En el mes de julio se lanzó la sonda Tianwen (天问“preguntas al Cielo”) con destino a Marte. Los casi 60 millones de kilómetros de distancia al planeta rojo, cuando más corto es el trayecto en su perihelio, los cubrió en menos de un año. El amartizaje se produjo en una zona conocida como “Utopia Planitia”, en el que la Administración Espacial Nacional de China hizo historia. De la nave salió un vehículo que rodó por el suelo marciano el 22 de mayo de 2021. China se convirtió así en el segundo país en posar suavemente con éxito un artefacto funcional en la superficie del planeta rojo. Los millones de datos que comenzó a enviar fueron captados en la Tierra por cinco antenas situadas en diversas localizaciones del país. El explorador autónomo Zhurong (祝融“dios del fuego”), remite también al nombre de Marte en chino, Huoxing (火星 “planeta de fuego”).
El 11 de junio de 2021, la Administración Espacial Nacional China (CNSA) publicó el primer lote de imágenes científicas tomadas por la misión Tianwen-1 en Marte. La imagen panorámica fue capturada por el rover Zhurong desde el módulo de aterrizaje de Tianwen-1, utilizando la cámara de Navegación y Terreno (NaTeCam). La primera imagen de topografía y geomorfología fue tomada con la NaTeCam después de que Zhurong descendiera a la superficie de Marte.
La misión Tianwen
Después de desplegar las ruedas, los paneles solares y establecer comunicación con la Tierra de forma directa, Zhurong repasó el correcto funcionamiento de todos sus sistemas. Sus primeras imágenes llegaron cinco días después. El retraso se debió a la dependencia del orbitador Tianwen-1, para enviar grandes cantidades de datos, durante una ventana de comunicación muy corta. Con el cumplimiento exitoso de esta misión, China no solo demuestra que posee y domina la tecnología espacial, sino que el hecho de operar con un vehículo autónomo en Marte la coloca a la vanguardia de la exploración espacial. Es un hecho de una indudable trascendencia.

Los hitos entre 2025 y 2030
La carrera espacial china, como se comprueba, mantiene con paso firme su larga marcha hacia la conquista de objetivos más ambiciosos. Aparte de los ya citados, hay numerosos proyectos en marcha. A corto plazo, y en este 2025, se prevé el lanzamiento de las naves tripuladas Shenzhou-20 y 21 a la Estación Espacial China y la sonda Tianwen-2 para traer muestras de un asteroide. Para 2030 las hazañas se fijan en una nueva misión a Marte, una sonda no tripulada a Júpiter y llevar astronautas a pisar suelo lunar. A diez años vista, se pretende desarrollar cohetes espaciales reutilizables y en 2040 podría construir una nave de propulsión nuclear. De alcanzarse todos estos logros según lo previsto, la República Popular China se convertirá, para su primer centenario de existencia (1949-2049), en la primera potencia espacial del mundo.