El Festival de la Luna o del Medio Otoño (中秋节) se celebra el día 15 del octavo mes del calendario lunar chino. Desde tiempos remotos, existen diferentes mitos y leyendas en torno a la luna dentro de las 56 etnias diferentes que componen el país.
Reportaje de
Mu Xiuwen
牟秀文
La leyenda del arquero Hou Yi, la diosa Chang’e y el Conejo de la Luna
Chang’e (嫦娥) es uno de los personajes más famosos de la mitología china. Cuenta la leyenda que, tras robar y tomarse la pócima de la inmortalidad, comenzó a levitar hasta llegar a la luna.
En la antigua mitología china, Chang’e, la diosa de la luna, es una figura central en el Festival del Medio Otoño. La leyenda de Chang’e está vinculada a su esposo, Hou Yi, un arquero legendario, y al Conejo de la Luna, que también juega un papel importante en la historia.
El arquero Hou Yi y los diez soles
En la antigüedad, había diez soles en el cielo, y su calor abrasador devastaba la Tierra. Hou Yi (后羿), un arquero extraordinario, fue llamado por el emperador celestial para resolver el problema. Con su arco y flechas, Hou Yi derribó nueve de los diez soles, salvando la humanidad y convirtiéndose en un héroe.
El elixir de la inmortalidad
Como recompensa por su hazaña, Hou Yi recibió un elixir de la inmortalidad del Rey Madre del Oeste (西王母, Xī Wángmǔ). Sin embargo, Hou Yi no quería dejar a su amada esposa, Chang’e, y decidió no beber el elixir inmediatamente. En lugar de eso, guardó la poción en su hogar.
Un día, mientras Hou Yi estaba fuera, un aprendiz celoso intentó robar el elixir. Para evitar que cayera en malas manos, Chang’e decidió beber la poción ella misma.
Ascenso a la luna
Después de beber el elixir, Chang’e se convirtió en inmortal y ascendió a la luna, donde viviría para siempre. Desde la luna, Chang’e podía observar la Tierra y a su esposo, pero nunca podría regresar.
El Conejo de la Luna (玉兔, Yùtù)
En su soledad, Chang’e fue acompañada por el Conejo de la Luna. Según la leyenda, el conejo era un ser celestial que preparaba el elixir de la inmortalidad en un mortero, con la esperanza de que algún día Chang’e pudiera regresar a la Tierra. El conejo es conocido por su papel de asistente y guardián de Chang’e en la luna, y también está asociado con el simbolismo de la longevidad.
El Amor Eterno de Hou Yi, consagrado en el Festival de la Luna
Aunque separado de Chang’e, Hou Yi la extrañaba profundamente. En las noches de luna llena, se dice que Hou Yi ofrecía ofrendas en su honor, con la esperanza de poder reunirse con ella. Esta tradición ha continuado en el Festival del Medio Otoño, cuando las personas observan la luna llena y recuerdan la leyenda de Chang’e.
La leyenda de Chang’e y Hou Yi simboliza el amor eterno y el sacrificio. Durante el Festival del Medio Otoño, las familias se reúnen para observar la luna llena, simbolizando la reunión familiar y la plenitud. Además, el Conejo de la Luna se ha convertido en un símbolo de inmortalidad y longevidad en la cultura china.
Este mito está profundamente arraigado en la cultura china y se celebra cada año durante el Festival del Medio Otoño.
Artemisa y Endimión, el mito griego del amor lunar
En la mitología griega, la diosa de la Luna, llamada Artemisa (o Diana según la mitología romana), también fue identificada como la diosa helena de la caza por sus técnicas y poderes. Cuenta la leyenda que se enamoró de Endimión –un joven pastor– y que para no suscitar la oposición de otros dioses, ella le escondió en una cueva. Además, para tener una historia de amor eterna, Artemisa hizo que el joven pastor durmiese para siempre. La leyenda del sueño de Endimión ha inspirado a muchos artistas.
La “bendición de la luna” en la etnia dai de Yunnan
Hay que tener en cuenta que China es un país que comprende 56 etnias diferentes, lo que redunda en la proliferación de diferentes leyendas sobre la luna. Por lo que al género se refiere, las divinidades de la luna no siempre son femeninas. Curiosamente, la divinidad lunar de la etnia dai es masculina.
Según la leyenda de ese pueblo, el tercer hijo del Emperador Celestial, Yan Jian (岩尖), se convirtió en la luna. Yan Jian era un joven valiente y fuerte que dirigió a los dai para derrotar al ejército enemigo y así fue se como ganó la confianza y el respeto de su gente. Sin embargo, el joven murió accidentadamente y entonces se convirtió en la luna, para iluminar con su luz cálida y suave a todo el pueblo que se encontraba en la oscuridad.
Cuando llega el día del Festival de la Luna, los chicos jóvenes se van de caza mientras las chicas se acercan a los lagos o riachuelos a pescar. Como un elemento imprescindible del ritual y de la cena, las mujeres mayores se dedican a preparar arroz glutinoso con el que se elaboran diferentes platos.
Antes de la ceremonia, hay que colocar encima de los cuatro cantos de la mesa cuatro pasteles redondos hechos de arroz glutinoso con incienso sobre cada uno de ellos. Cuando asciende la luna al cielo por encima del bosque, encienden el incienso y toda la familia procede a la bendición de la luna.
Más tarde los lanzan al cielo para rendir homenaje y mostrar sus respetos al héroe del pueblo: Yan Jian. La ceremonia acaba con una suculenta cena, en la que la familia se reúne alrededor de la mesa degustando la comida y contemplando la luna.
La tradición de “saltar la luna” de la etnia miao de Guangxi
La noche del Festival del Medio Otoño, la luna ilumina el pueblo de la etnia miao. Los chicos y chicas, tras la reunión familiar, acuden al campo para “saltar la luna” con canciones y bailes.
Cuenta una antigua leyenda de esa etnia que la luna era un chico joven, leal, honesto, diligente y valiente. Había una hermosa muchacha llamada Shui Qing que se enamoró de la luna tras rechazar a 99 pretendientes llegados de 99 lugares distintos. Finalmente, Shui Qing superó todas las pruebas que le puso el Sol y consiguió estar junto con la luna.
Con el fin de conmemorar este amor puro y feliz, generación tras generación los miao han conservado la tradición de celebrar cada Festival de Medio Otoño con canciones y danzas autóctonas bajo la luna. Esta costumbre conocida como “saltar la luna” también consiste en conseguir un ambiente distendido en el que los jóvenes puedan buscar pareja y manifestar sus sentimientos. Así, pretenden seguir el ejemplo de la luna y Shui Qing para abanderar un amor puro, transparente y eterno.
La tradición de robar verduras en el festival de la luna de la etnia dong
Durante la noche del Festival de la Luna, la etnia dong lleva a cabo la curiosa tradición de “robar verduras bajo la luna”.
Dicen que las deidades que viven en el palacio de la luna bajan a la tierra para purificar a los seres humanos con agua sagrada. Esa noche la gente comparte y disfruta las verduras y frutas bañadas en esa agua purificada. De hecho, las chicas de la etnia dong eligen intencionadamente las huertas que pertenecen a chicos a quienes quieren conocer para recoger allí frutas y verduras.
No se trata de un robo real sino más bien de una forma de manifestación amorosa. Además, en la misma huerta ellas dicen en voz alta: “Ya he recogido las verduras y frutas de tu huerta, a cambio puedes venir a mi casa a tomar té”. El “robo de verduras” es solo una excusa para encontrar el amor. De esta manera, el rocío que esparcen las deidades de la luna se asemeja a los hilos rojos del amor que unen a las parejas (en China el dios Yuelao une a las parejas mediante hilos rojos). En esa noche, recoger verduras que compartan el mismo receptáculo simboliza el amor perfecto y feliz.
La etnia mongol y el Festival de la Luna: “perseguir la luna”
Durante la noche del Festival de la Luna la etnia mongol juega a “perseguir la luna”. Montando a caballo, los jinetes mongoles recorren con nocturnidad la pradera de una punta a otra hasta la madrugada, cuando desaparece la luna.
A pesar de que no se sabe con exactitud la razón por la que esta etnia celebra la “persecución de la luna” en un día tan señalado, se puede asociar a otra leyenda mitológica parecida a una que existe en la etnia han, que habla de un hombre llamado Kua Fu que perseguía al sol. Ambas leyendas podrían estar relacionadas con la idea de aprovechar el momento y de vivir la vida al máximo.
En efecto, a lo largo y ancho de China, las diferentes etnias ocultan muchas más leyendas que radican en la Luna y que aún no conocemos.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.
Número 32. Volumen IV. Marzo de 2015.