El té maofeng, uno de los diez mejores tés de China, proviene de la montaña de Huangshan, al sur de la provincia de Anhui. La humedad y sus más de 700 m de altitud hacen que sea un lugar privilegiado para la cosecha de esta preciada infusión de hojas verdes.
Reportaje de
Cristina Amat
帝娜
Amanecer en la Montaña Amarilla.
Zheng Zhen
Treinta y seis extraños picos,
Inmortales con negros penachos.
El sol de la mañana ilumina las copas de los árboles,
En este mundo celestial de montañas.
Habitantes de China, ¡alzad la mirada!
Por mil años van y vienen las grullas.
Recogiendo la leña de lugares lejanos
Arrancando de sus grietas maderos.
Estas montañas sirvieron de inspiración literaria y artística así como de patria para el té maofeng. La mejor época del año para recoger las hojas de esta variedad es al principio de la primavera, justo antes de la fiesta de Qingming, la fecha que marca el comienzo de la temporada de las actividades agrícolas. Este té es tan especial que solo se recogen exclusivamente el brote y las dos hojas contiguas (que además han de ser de idéntico tamaño). Se enrollan de tal manera que se puede apreciar una fina capa aterciopelada y sedosa de apariencia brillante. El té de mayor calidad es elaborado en el mismo día que se recoge. A continuación, se procede a tostarlo en una sartén profunda, donde se saltea y agita manualmente a gran velocidad (aproximadamente unas 60 veces por minuto). Esta fase detiene el proceso de oxidación de las hojas y establece su calidad, ya que es la habilidad del manipulador la que determinará su punto óptimo: ni demasiado crudo ni excesivamente tostado. Su secado comienza a 90ºC y finaliza a 60ºC. Para su óptima degustación se recomienda utilizar un vaso de cristal o de porcelana. Popularmente se dice que la primera taza de este té verde es aromática, la segunda dulce y la tercera garantiza un sabor más intenso. El té maofeng posee las características antioxidantes de todo té verde, estimula el sistema nervioso y reduce la presión arterial.
Gran parte de los tés más destacados de China están envueltos en leyendas y el de maofeng no es una excepción. Según la tradición, en la remota area de Huangshan vivían una bella joven recolectora de hojas de té y un joven y apuesto estudiante. Ambos no tardaron en enamorarse aunque su relación no iba a ser fácil. El terrateniente también tenía sentimientos hacia la chica y, abusando de su poder, quería a toda costa casarse con ella. Para ello, fue a ver a los padres de la hermosa recolectora y consiguió que le cediesen a su hija en matrimonio. Ella acudió la noche previa a la boda a casa de su enamorado y descubrió, horrorizada, que el propietario de las tierras lo había asesinado cobardemente. La joven lloró durante días y noches hasta que ella misma acabó convirtiéndose en lluvia. Y no paró de llover hasta que, bajo sus lágrimas, nació la primera planta del exquisito té de maofeng.
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Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.
Número 31. Volumen IV. Julio de 2015.