La frase hecha «el emperador, por la gracia del Cielo, declara que…» era utilizada por los emperadores en la China antigua al comienzo de sus edictos, cuyo origen proviene de la dinastía Qin

“Por la gracia del Cielo” (Fèngtiānchéngyùn)
奉天承运
Al final de la dinastía Yuan el emperador, tras una revuelta popular, estableció el régimen de la dinastía Ming. El soberano pensó que había puesto fin a la tiranía del cumplimiento de la voluntad divina, diciéndose a sí mismo: “Obedece la orden divina y no te atrevas a arbitrar según tu propia idea”. Además, se autoproclamó “emperador que acepta el mandato divino” (奉天承运皇帝, Fèngtiān chéngyùn huángdì). Después de aquello, la emisión de los edictos comenzaba así: “El emperador, por la gracia del Cielo, declara que…” Su intención era nombrarse a sí mismo como “el emperador por la gracia del Cielo”, que ahora “por orden imperial declara que…” Por tanto, la pronunciación correcta de esta fórmula es: 奉天承运皇帝,诏曰 (Fèngtiān chéngyùn huángdì, zhào yuē, “el Emperador, por la gracia del Cielo, declara que”). Después de decir 皇帝 (huángdì, emperador), se debe hacer una pausa antes de decir 诏曰 (zhào yuē, declarar por orden imperial). La dinastía Qing continuó con las políticas de la dinastía Ming y estableció que su entrada en la llanura central estaba conectada al Mandato del Cielo, por lo que el nombre de la cuna de su etnia, Shengjing (la actual Shenyang), fue cambiado a Fengtian (奉天, fèngtiān). 奉 (fèng): “acorde y cumpliendo con la voluntad del Cielo”, señala que el emperador recibe la gracia del Cielo. 承运 (chéngyùn): ”por el poder otorgado del Cielo”, se refiere al derecho divino de los emperadores. La fórmula introductoria “El emperador, por la gracia del Cielo, declara que” (奉天承运皇帝) fue usada hasta la abdicación de Xuantong, último emperador Qing. Más modismos chinos en Revista Instituto Confucio – ConfucioMag: Todos los recursos para aprender chino publicados en ConfucioMag: