Cocina cantonesa en Guandong y Shunde: filetes de pescado en sopa de gachas (鱼片粥). Foto: Instituto Confucio.
En la meridional provincia de Guangdong, para probar la comida cantonesa, seguro que escucharán este dicho: “En Guangzhou hay una deliciosa cocina, pero los mejores cocineros provienen de Fengcheng”. Fengcheng hace referencia aquí a la actual localidad de Shunde, en los aledaños de Foshan. Sus gentes afirman que Shunde es el hogar de los grandes maestros cocineros y que allí todos saben cocinar. Por ello, si vienen a Guangdong no se pierdan las deliciosas especialidades de la célebre cocina de Shunde.
Cocina cantonesa en Guandong y Shunde: pescado al vapor (桑拿鱼). Foto: Instituto Confucio.
Un reportaje de Sun Yudani 孙雨丹
Hablar de cocina cantonesa es hablar de Shunde, que ha sido, durante generaciones, el centro culinario de la provincia de Guangdong y en 2014 fue designada “capital gastronómica mundial”. Quienes llegan hasta aquí no solo lo hacen atraídos por la naturalidad y simplicidad de esta localidad ribereña sino, sobre todo, con el deseo de probar sus originales especialidades. El té de la mañana, uno de los momentos importantes en la vida de los habitantes de Guangdong, recibe una palabra cantonesa que significa “disfrutar”, con lo cual resulta evidente que se trata de una deleitable forma de esparcimiento. En Shunde también ocurre lo mismo. En cuanto despunta el día, las casas de comidas de cualquier tamaño se llenan de clientes y, si es fin de semana, entonces los últimos deberán aguardar una larga fila. El té de la mañana, en este lugar, posee sus propias características. En algunos restaurantes se ofrece un particular licor de arroz, durante cuya fermentación se añade manteca de cerdo que otorga al licor un sabor meloso, un fuerte aroma y una límpida consistencia.
Cocina cantonesa en Guandong y Shunde: El pescado es tremendamente imprtante en la cocina cantonesa. Foto: Instituto Confucio.
Como viven junto al río y muy cerca del mar, su cocina está estrechamente relacionada con el agua. Como en general sucede en la cocina Cantonesa, abunda en pescados y crustáceos, y son muy meticulosos a la hora de prepararlos. Se centran en el gusto original de todos esos productos y están convencidos de que los alimentos recién cocinados retienen mejor su sabor y sus propiedades nutritivas.
El pescado lo toman principalmente al vapor, y el conocido como “pescado a la sauna” es una especialidad que comen con frecuencia. Se pela y desescama el pescado, se le quitan las espinas y luego se corta en filetes muy finos y se cuece en torno al minuto y medio.
Estos consejos culinarios sirven para que el pescado mantenga todos sus nutrientes, además de frescura, consistencia y excelente sabor, para convertirlo en un plato apto para comensales de cualquier edad. En Shunde también aprecian, desde siempre, el pescado crudo. Todos los veranos, esta refrescante manera de prepararlo se convierte en uno de sus platos favoritos. Naturalmente, para comer el pescado de ese modo debe ser de muy alta calidad; tiene que estar limpio y fresco; y será mejor si ha crecido en los riachuelos de montaña. Al prepararlo así, los cocineros también son extremadamente meticulosos: lo pelan, le extraen las espinas y lo cortan en finas lonchas de un grosor adecuado. Finalmente, lo cubren de hielo o lo introducen en la nevera para enfriarlo. El producto final, fresco y delicioso, se puede combinar con un poco de salsa y ralladura de jengibre, cebolleta picada o cacahuetes triturados, y comerlo así directamente. Se puede afirmar que el pescado crudo es el producto del mar más exquisito en Shunde.
Cocina cantonesa en Guandong y Shunde: ensalada fría de piel con salsa (凉拌鱼皮). Foto: Instituto Confucio.
Las favorables condiciones geográficas, y el fértil y próspero entorno natural de la zona, han puesto las bases de la sabiduría culinaria de sus habitantes. Resulta popular la tradición consistente en preparar las partes de un pescado en cuatro maneras diferentes: ensalada fría de piel con salsa, espinas fritas en aceite, tortilla de vísceras y filetes en sopa de gachas al vapor o picados en forma de albóndigas. Cada cual escoge el método de cocción según sus propias preferencias, pero todos ellos destacan por su colorido y fragancia. En las expertas manos de cocineros locales, un simple pescado experimenta una transformación equiparable a la de una obra de arte y, por ello, “hacer el pescado” se ha convertido en una expresión que representa en sí misma el genio culinario de Shunde.
Cocina cantonesa en Guandong y Shunde: pescado crudo (鱼生). Foto: Instituto Confucio.
Shunde no es solo una capital gastronómica para la cocina cantonesa, sino también un auténtico paraíso para quienes habitan Guangdong. Allí la gente vive en armonía con su entorno, y disfruta de los alimentos más naturales y deliciosos. El amplio complejo de estanques para peces, separados por diques con moreras, constituye una peculiar manera de cría en esta zona. Debido al rápido proceso de urbanización, la escala de dichos estanques se ha ido reduciendo paulatinamente en toda el área del delta del río de las Perlas, aunque todavía se mantiene este método tradicional en Shunde. Junto a las orillas de los estanques, la gente cultiva todo tipo de frutales y planta árboles de morera con cuyas hojas cría gusanos de seda y usa después sus excrementos como cebo para los peces. Moreras, gusanos de seda y peces conviven armoniosamente en este ecosistema circular. La mayor parte de los ingredientes culinarios de Shunde provienen de este complejo de estanques que se mantienen productivos durante las cuatro estaciones del año. Por ello muestran especial preferencia por los alimentos estacionales.
Cocina cantonesa en Guandong y Shunde: licor de arroz (米酒). Foto: Instituto Confucio.
En verano numerosos campesinos de la zona plantan jiegua o calabazas chinas que, por el clima y condiciones del suelo, crecen particularmente rápido. Con una piel lúcida, y un sabor fresco y dulce, es un alimento veraniego que no falta en las casas del sur de China. En las cocinas de los restaurantes se hierven en sopa, o bien se fríen y, así muy pronto, acaban en la mesa convertidas en una delicia para el paladar. También pueden combinarse con otros muchos alimentos, como en el caso de la jiegua a la brasa con marisco; o rellena al estilo de Fengcheng, platos caseros que los habitantes de Shunde comen con frecuencia. El rápido desarrollo urbanístico de la región no ha afectado en absoluto al amor que profesan por su tierra; su vida consiste siempre en trabajar duro por el día, regresar a sus campos por la tarde y preparar la cena con los ingredientes más frescos disponibles. Familiares y amistades se reúnen en torno a la mesa y experimentan el paso de las estaciones conforme cambian los alimentos servidos.
Leche de doble piel
Como corresponde a una región de rápido crecimiento económico, Guangdong es también líder de tendencias en el mundo de la gastronomía. Las natillas típicas de Shunde, conocidas como “leche de doble piel”, tienen más de un siglo de historia y son uno de los postres más apreciados por los jóvenes. Su elaboración es particularmente exigente por lo que se refiere al ingrediente original, que debe ser leche de búfala de agua de Shunde. Una vez se enfría el tazón de leche caliente queda una capa superior de nata que, al retirar la leche, será la primera de la llamada “doble piel”. Luego se añade clara de huevo y azúcar, se vuelve a verter en el tazón y se hierve veinte minutos al baño maría, hasta que se forma la segunda capa.
Cocina cantonesa en Guandong y Shunde: Natillas “leche de doble piel” (双皮奶). Foto: Instituto Confucio.
En todo lo referido a la cocina, China se caracteriza por su atrevido espíritu de investigación e innovación en el que cada cual tiene sus propias ideas acerca de la materia prima a emplear, algo en lo que destacan particularmente en Shunde. La especial leche de búfala les da el impulso necesario para seguir innovando: añadiendo un poco de jugo de coco a la leche hervida se consigue un sabor fresco y dulce y, si luego se refrigera, obtenemos esa gelatina de leche de coco tan apreciada en verano. Además de esto, hay quien combina la leche de búfala con jugo de jengibre, en una especie de pudin; y también prepararla como leche frita, entre otras. Aquí, un tazón de leche de búfala puede adquirir mil formas y sabores. Conforme cambian los tiempos, numerosos restaurantes de Shunde no dejan de explorar nuevos caminos y, hasta los propios habitantes del resto de la provincia, acuden regularmente para probar platos tan innovadores. Saben que, cada vez que visiten esta capital gastronómica, hallarán nuevas y estimulantes sorpresas.
Algunos de los deliciosos platos de la cocina de Shunde son naturales y sencillos, mientras que otros requieren un proceso de elaboración más complicado. En cualquier caso, en todos ellos se percibe el constante empeño de sus gentes por lograr la excelencia. n
Mitos y leyendas del dragón chino: el dragón es el gran icono de la mitología china. Foto: 123RF.
El dragón chino, en los mitos y leyendas de la tradición es el Rey Dragón, el dios que domina la meteorología y un poder ligado íntimamente con las actividades agrícolas. Es el único animal imaginario de entre los doce del horóscopo chino. El dragón chino cuenta con numerosas leyendas, fábulas, cuentos, proverbios, palabras u objetos con dibujos de este animal de fantasía.
Al hablar del dragón chino, los mitos y leyendas de la mayoría de los occidentales enseguida lo asocian, como el caso del oso panda, a un país lejano habitado por gente de piel amarilla, pelo negro y ojos oscuros. Al mismo tiempo, muchos chinos –incluidos los de ultramar- se sienten orgullosos de ser “los descendientes del dragón”.
Dentro de una cultura extensa y dilatada como es la tradicional china, encontramos una rica conservación de elementos relacionados con el dragón, tales como leyendas, fábulas, cuentos, proverbios, palabras u objetos con dibujos de este animal. El hecho de que el dragón chino sea el único animal mítico de entre los doce del horóscopo no impide que cuente con una excelente acogida entre el pueblo local.
Dragón chino, mitos y leyendas: el dios Fuxi y la diosa Nüwa, los primeros ancestros del pueblo chino cuya fusión posterior dio lugar a la figura del dragón. Foto: Wikipedia.
Las leyendas sobre el dragón chino se pueden remontar a tiempos inmemoriales cuando aparecieron registros de este animal en el libro llamado Zhōu Yì (周易). En él, se afirma que tanto los nubarrones como los relámpagos y los truenos eran provocados por los dragones, animal mágico. De acuerdo con los dibujos conservados en las reliquias históricas, las imágenes del dragón, aparte de ser muy sencillas, muestran aspectos diferentes entre una y otra hasta la Dinastía Tang (618-907) y Song (960-1279), períodos en los que la imagen del dragón chino fue evolucionando hacia el animal moderno que conocemos hoy en día.
Sin embargo, lo más curioso es que los chinos nunca supieron, hasta la entrada en la sociedad moderna, que el dragón no existió en realidad, sino que solo residía en la imaginación y en las leyendas que se transmitían de generación en generación. Desde la antigüedad, todo el mundo conocía este animal sin que en realidad nadie lo hubiera visto con sus propios ojos.
Dragón chino, mitos y leyendas: ornamento chino del dragón en el soporte de latón incienso. Foto: 123RF.
La teoría de tótem aplicada en el origen del dragón chino
El hecho de que el dragón chino sea un animal inventado nacido de la imaginación y la fantasía, justifica la diversidad y las discrepancias que demuestran las primeras imágenes que existen de este ser. Algunos investigadores coinciden al señalar que la evolución de la configuración del dragón chino corresponde muy probablemente a la larga historia de desarrollo y unión de las tribus en la antigua China, teniendo en cuenta que el tótem representaba a cada uno de los pueblos de aquella época.
El mito de la diosa Nuwa y el dios Fuxi en relación con las leyendas del dragón
La diosa Nüwa (女娲) y el dios Fuxi (伏羲), famosos por ser “los primeros ancestros del pueblo chino”, fueron creados por una tribu que tenían un tótem con forma de serpiente y cara humana. Más tarde, después de la unión del pueblo Yandi con el Huangdi, las dos tribus más grandes situadas en la China Central, otros clanes más pequeños se incorporaron sucesivamente a esta alianza, logrando una mayor.
Con el paso del tiempo, sus tótems se fuero fusionando creando lo que finalmente daría lugar a la figura primitiva del dragón chino. Así, al tótem con cabeza de caballo se le unió un cuerpo de serpiente, unos cuernos de ciervo y unas escamas de pez. A este raro conjunto se le denominó lóng (龙), un nombre bonito y misterioso. A fin de cuentas la evolución del tótem del dragón chino ha destacado una tradición de democracia, igualdad y amistad de entre las diferentes etnias chinas. No obstante, todavía existen muchas discrepancias en los círculos académicos sobre el hecho de que la figura del dragón chino naciera realmente de la unión de estos tótems o que se trata de una leyenda más.
Dragón chino bordado sobre seda. Foto: 123RF.
Los mitos de los emperadores y la leyenda del Rey Dragón
Según los historiadores, la razón por la que la gente adoraba el dragón en la antigua China se puede explicar a través de dos perspectivas principales: la primera es la íntima relación enlazada artificialmente entre los emperadores y el dragón; y la segunda reside en la consideración del Rey Dragón como el dios que domina la meteorología, un poder ligado íntimamente con las actividades agrícolas.
La asociación del monarca chino al dragón empezó durante la dinastía Qin (221-206 a.C.), cuando el emperador Qinshi Huangdi (秦始皇帝) tomó el nombre de Zǔ Lóng (el Primer Dragón o 祖龙), y posteriormente durante la dinastía Han (206 a.C. – 220 d.C.), cuando Liu Bang (刘邦), primer monarca de esa saga, también fue descrito como el Hijo del Dragón en la obra Las memorias históricas (史记), recopiladas por erudito Si Maqian (司马迁). De esta manera se justifica la identidad de los emperadores como hijos del dragón, asignados por los propios dioses para reinar el país con sus derechos divinos.
Así, los edictos imperiales comenzaban siempre del mismo modo: “Según mandato del Dios Dragón, el emperador dicta una orden real”. A partir de ese momento, las dinastías feudales del pasado hicieron todo lo posible por inventar historias relacionadas con los gobernantes y el dragón.
A lo largo de la historia feudal que reina a partir de las dinastías Qin y Han hasta la de Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911), el dragón chino fue el símbolo del gobernante máximo de la nación. Especialmente durante las dos últimas dinastías, la simbología de este animal llegó a su punto más álgido debido a la férrea autocracia impuesta por los emperadores.
Cualquier mínimo asunto relacionado negativamente con la imagen del emperador o del dragón podía ser condenado a la pena de muerte o a una de máxima reclusión. Así, el temor por el poder imperial, añadido al gobierno feudal y a la figura intocable del dragón, hacían que la población tuviera un respeto absoluto que, a veces, podía convertirse en puro miedo.
Mitos y leyendas del dragón chino: pintura sobre seda del siglo V antes de cristo. Representa un mago preguntando a un dragón para ir al cielo. Foto: Wikipedia.
No existe ningún registro escrito que explique claramente cuándo comenzaron a realizarse ofrendas al Rey Dragón. Sin embargo, durante la dinastía Tang (618-907) el ritual de pedirle la lluvia ya formaba parte de los actos oficiales de la corte. De acuerdo con los datos históricos, durante la época del emperador Xuanzong (685-762) de esa misma dinastía, se construyeron por todo el país varios templos dedicados al Rey Dragón.
Antes de la fundación de la República Popular China, prácticamente casi todas las ciudades, pueblos y aldeas contaban por lo menos con un templo en honor a ese preciado animal imaginario, lo que supone una cifra comparable al número de iglesias católicas en Europa.
Esta tendencia continuó hasta finales de la dinastía Qing, e incluso poco antes de la fundación de la República Popular China (1949), haciendo que prácticamente casi todas las ciudades, pueblos y aldeas contasen por lo menos con un templo en honor a ese preciado animal imaginario, lo que suponía una cifra comparable al número de iglesias católicas en Europa. Esto no es de extrañar teniendo en cuenta que la economía agrícola siempre ha estado vinculada estrechamente con las condiciones del tiempo y que el Rey Dragón era el que podía a su antojo cambiarlas en beneficio del ser humano.
Respecto a otras tradiciones relacionadas con este animal, tales como las competiciones de barcos con forma de dragón, las danzas del dragón, los farolillos de dragón o los diversos dichos populares, como el que reza: “el deseo de todo padre es que sus hijos se conviertan en auténticos dragones”, suponen una mezcla compleja de sentimientos, pasando de la admiración al temor y a la envidia del poder imperial.
Mitos y leyendas del dragón chino: bajorrelieves con dragones en el palacio de la Ciudad Prohibida en Beijing. Foto: 123RF.
El dragón chino y la dinastía Qing
La primera bandera nacional china fue la del dragón de la dinastía Qing. En 1862, el imperio Qing hizo su primer pedido de buques de guerra al Reino Unido. Según la práctica internacional las naves tenían que colgar su bandera nacional al navegar por alta mar. Por aquel entonces, China no tenía bandera nacional propia, con lo que los funcionarios encargaron a los comerciantes ingleses un diseño que simbolizara al país. El 17 de octubre de 1862 aprobaron la bandera triangular con el dragón amarillo para la armada y más tarde, el 3 de octubre de 1888, la emperatriz viuda Ci Xi (1835-1908) aprobó la bandera cuadrada con un dragón amarillo como insignia nacional. Pocos años antes, en 1878, en la primera colección numismática que existió en China, apareció ya la figura del dragón sobre unos sellos postales.
El hecho de imprimir su imagen en una bandera y en los sellos, supuso una ruptura con el pasado, pasando de ser el símbolo imperial a un escudo nacional.
A raíz de este momento, la imagen de dragón comenzó a penetrar también entre los occidentales, quienes asociaban a China con ese fantástico animal –de ahí que les ayudaran a diseñar su bandera-. Y aun se le considera el símbolo más representativo de este país asiático.
Mitos y leyendas del dragón chino: bandera del Imperio Chino bajo la dinastía Qing (1889-19129. Foto: 123RF.
Los descendientes del dragón chino
El hecho de que los chinos compartan la idea de que son descendientes del dragón podría tener su origen en la canción popular de Taiwán titulada Los descendientes del dragón, en clara alusión al pueblo chino. Su letra plantea por primera vez esa idea cuando dice: “En el remoto Oriente vive un dragón, cuyo nombre es China. En el remoto Oriente viven unas gentes, todos ellos son los descendientes del dragón. Crecí a los pies de este dragón gigante hasta convertirme en un verdadero descendiente del dragón. Con los ojos negros, el pelo negro y la piel amarilla, somos los herederos del dragón para siempre”.
Aprovechando el contexto político e histórico de la apertura y reforma política que experimentó China continental en este momento, esta melodía supuso una identidad nacional que superó fronteras geográficas e ideológicas. De esta manera la imagen de los “descendientes del dragón” está cada vez más consolidad y aceptada, asimismo el dragón como símbolo de la nación china ha llegado a constituirse como un conocimiento universal.
En la actualidad, ya no se usa al dragón como representante del emperador capaz de cambiar las condiciones meteorológicas. De hecho, forma parte de la cultura museística e histórica del país, e incluso se usa en algunas expresiones, tales como: lóngtǐ (la salud del emperador), lóngyán (palabra del emperador) o lóngpáo (toga imperial). La imagen del dragón chino moderno se ha adaptado a una amplia gama de sectores como en la construcción, literatura, religión, pintura, escultura, moda, papel recortado, cerámica o incluso en las relaciones diplomáticas, lo que hace que todavía siga siendo un tema interesante de conversación entre los chinos.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio. Número 10.Volumen I. Enero de 2012.
Fujian: viviendas tulou de la etnia hakka. Foto: 123RF.
Los tulou (土楼, edificio de tierra) de la etnia hakka son construcciones comunitarias a modo de fortaleza erigidas en Fujian hace más de 500 años. Sobrios y majestuosos, sus diseños son muy variados, siendo los circulares más tardíos y los que más llaman la atención. Reconocidos como Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2008.
En la frontera donde confluyen las provincias de Fujian, Guangdong y Jiangxi se hallan unos castillos de tierra conocidos como “tulou de los hakka” o “de Fujian”. Estas construcciones, erigidas durante la primera mitad de la dinastía Ming (明, 1368-1644), son a menudo referidas como “la leyenda de las montañas del sur” por su estilo único. Sus diseños son muy variados, siendo los circulares más tardíos y los que más llaman la atención. El Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO los describe así: “Los tulou de Fujian constituyen un ejemplo único de asentamientos humanos basados en una vida comunitaria y una organización defensiva. Encarnan las ideas tradicionales confucianas de los clanes de la Llanura Central y reflejan las necesidades defensivas de la época. En armonía con el medio ambiente circundante, son un modelo de vivienda excepcional”. Los sobrios y majestuosos tulou de la etnia hakka se han convertido en una de las maravillas arquitectónicas de la historia de China.
Los Tolou: foto aéra con casas de la etnia hakka en el extremo inferior. Foto: 123RF.
La belleza de los tulou (土楼, lit. edificio de tierra) reside en su sencillez. Estas construcciones de tierra, piedra, madera y ladrillo se han mantenido en pie durante cientos de años. El pueblo hakka utilizó la tierra de los campos de arroz para construir los muros, combinando sus conocimientos de la Llanura Central y empleando recursos naturales, sirviéndose de grandes piedras para construir los cimientos, además de otras rocas más pequeñas para cubrir el suelo que no solo servían como elemento decorativo, sino que también evitaban inundaciones que pudieran dañar los muros. Los hakka tienen un dicho: “El agua no marchita el pino, el viento no derrumba el abeto”. Los pinos no se pudren con facilidad, por eso los suelen emplear en los cimientos; la madera de los abetos chinos es ligera, no se deforma con facilidad y, gracias a su abundante producción local, se puede emplear para construir puertas, ventanas, pasillos, escaleras, biombos, y un largo etcétera. Después de secar la corteza de los abetos, sus ramas y troncos son un excelente material para hacer la función del acero. Los bloques de madera cubiertos de ladrillos protegen contra incendios y lluvias, además de insonorizar. Los ladrillos empleados son ligeros, finos, duros y resistentes.
Los Tulou: grupo de casas fortficadas de la etnia hakka. Foto: 123RF.
Desde el año 933 hasta el 1949 ha habido un total de 21 terremotos en la localidad de Yongding, uno de los cuales provocó graves daños materiales en las viviendas. Los tulou, sin embargo, quedaron intactos debido a sus materiales rigurosamente escogidos y su construcción única, que hacen que estas edificaciones sean muy difíciles de derrumbar. Uno de estos tulou es Chengqilou (承启楼), cuyo muro tiene un grosor de 1,5 m, una altura de 12,4 m, está sellado con su forma circular, no tiene ventanas en los dos primeros pisos, y su altura permitía observar al enemigo y ejercer una función defensiva durante las épocas de guerra.
En su interior hay un pozo y habitaciones para almacenar el grano, mientras que en el patio se pueden criar animales. Además, los hakka tienen la tradición de elaborar productos en salmuera y deshidratar verduras, de este modo, en caso de ser atacados por los enemigos, podían ser autosuficientes y continuar subsistiendo dentro de dichas viviendas mientras duraba la guerra.
Los Tulou: interior de las casas fortificada de la etnia hakka en Fujian. Foto: 123RF.
Uno de los encantos de estos edificios son sus peculiares formas. Si se observa desde arriba su estructura circular, sus aleros de ladrillo negro dibujan un hermoso arco y sus pasillos trazan una circunferencia que conecta todas las habitaciones. El eje central de los tulou es muy distintivo, mostrando una estricta simetría; es difícil imaginar que esta gran fortaleza circular esté dividida en más de un centenar de habitaciones de tamaño similar, una forma que no existía tradicionalmente en los hogares. Chengqilou es uno de los representantes circulares y uno de sus modelos más maduros. En una canción popular se escucha: “Cuatro pisos de altura, cuatro círculos, arriba y abajo cuatrocientas habitaciones; redondo y redondo, círculos y círculos, existe desde hace trescientos años”. En la tradición arquitectónica china, los edificios circulares no indicaban de forma obvia el estatus social, sino que reflejaban un espíritu de igualdad. Si el mayor rasgo de los edificios circulares es su sencillez, el más importante de Wufenglou (五凤楼) es su elegancia. Desde tiempos antiguos, las familias más prestigiosas grababan caracteres en su puerta, como es el caso de las mansiones Dafu Di (大夫第), Shangshu Di (尚书第) o Zhongshu Di (中书第).
En Wufenglou, además del nombre del edificio y un dístico, también hay pinturas, relieves y otros elementos decorativos. Las barandillas del pasillo hacen también la función de bancos, sobre el suelo hay símbolos taoístas y en los muros hay celosías con patrones florales. Los aleros destacan por su decoración con elegantes figuras esculpidas. Algunos tulou también están adornados con un inmortal subido a un fénix. Se cree que es el rey Min del reino de Qi (齐闵王), del periodo de las Primaveras y Otoños (春秋, 770-476 a.C.). En aquella época, este rey fue derrotado por el reino de Yan y, en su momento de máxima desesperación, apareció un fénix que le llevó a un lugar seguro, por eso esta figura representa la buena suerte. No importa si se trata de un edificio circular, de Wufenglou u otros tulou, todos ellos poseen un templo ancestral. Aunque los hakka emigraron de la Llanura Central al sur, veneraban mucho a sus ancestros. Algunos clanes construían sus templos directamente en el centro del tulou, de modo que todas las puertas de las habitaciones miraban en su dirección. Pero esto, más que ser una característica propia de estas viviendas, es un reflejo de la tradición confuciana heredada por la etnia y de respeto hacia sus antepasados.
El encanto interior y exterior de estas edificaciones se complementa con las montañas que les rodean, lo que suma una armónica belleza desde todos los ángulos que hacen que la frase “El cielo y el hombre son uno” (天人合一) obtenga aquí un nuevo significado. Los silenciosos tulou de los hakka han protegido día y noche estas tierras, siendo cada uno de ellos una parte intacta de la historia de la etnia, así como del recuerdo de sus clanes y su pueblo. Con el rápido paso del tiempo, han atraído con su magia y misterio a numerosos estudiosos y turistas de tierras lejanas.
Foshan en Guandong: parque Leigang en primer plano. Detrás, los edificios de Foshan. Foto: Weiming - stock.adobe.com
Foshan es una ciudad ideal para perderse en busca de naturaleza, historia y cultura en la provincia de Guandong. La ópera cantonesa, la artesanía, las danzas del león o las artes marciales son solamente algunas de las muchas opciones que nos ofrece esta urbe. Foshan, por su extensa y rica trayectoria, en 1994 entró a formar parte del listado de Ciudades Históricas y Culturales de China. Asimismo, Shunde, una de sus ciudades-distrito, forma parte, por su exquisita e innovadora gastronomía, de la Red de Ciudades Creativas de la UNESCO.
Foshan en Guandong: Templo de los antepasados de Zumiao. Foto: Liudmila Dmitrieva – stock.adobe.com
Foshan significa, literalmente, “montaña de Buda” y surgió cuando en el año 628 se hallaron tres estatuas del sabio talladas en bronce. Antes de dicho hallazgo, la ciudad se llamaba Jihua Xiang. Foshan se ubica en la provincia de Guangdong, al oeste de Guangzhou, la capital provincial; y en el corazón del delta del río de las Perlas, una región muy próspera y rica en recursos naturales. Por su clima subtropical húmedo cualquier época es buena para descubrirla. En China, la expresión “cuatro estaciones como la primavera” , define a la perfección el tiempo de esta ciudad cantonesa, cuya temperatura media anual es de 23.2 ºC. Gracias a las frecuentes lluvias, típicas de este clima, las tierras de Foshan son muy fértiles, los ríos caudalosos y los paisajes de un verde intenso.
La ciudad floreció económicamente durante las dinastías Tang y Song, con el desarrollo de sectores como el comercio o la industria artesanal, pero fue durante las dinastías Ming y Qing cuando alcanzó su apogeo gracias a las industrias textil, cerámica, farmacéutica y siderúrgica. Durante el siglo XVIII fue, junto con Jingdezhen, Zhuxianzhen y Hankou, uno de los “cuatro grandes centros de comercio” de China. En la actualidad, su industria se ha sabido adaptar a los nuevos tiempos y se centra, sobre todo, en la alimentaria, electrónica, textil y cerámica. Con una población de 8.158.600 habitantes (est. 2019), Foshanestá dividida administrativamente en cinco ciudades-distrito: Changcheng, Shunde, Nanhai, Sanshui y Gaoming.
Changcheng es el distrito central y de aquí toma nombre la abreviatura de la ciudad, “Chang”. Es su núcleo político, económico y cultural. Aquí se encuentra el templo Ancestral, uno de los principales monumentos históricos de la provincia construido durante la dinastía Song del Norte. Otro de los lugares de interés que se puede visitar, en este distrito, concretamente en Shiwan, es el Nanfeng Guzao, un centro de cerámica creado durante la dinastía Ming, y que lleva en marcha más de 500 años. Para escapar del ajetreo de la ciudad, el jardín Liang es el lugar ideal. Construido durante la dinastía Qing, cuenta con complejo residencial, pabellón ancestral y jardines. El museo de Artes Marciales y Danza del León, dentro del Memorial de Wong Fei Hung, rinde tributo a este maestro de dichas especialidades oriundo de Foshan. Cuando se visita este lugar, no hay que perderse la representación de la danza del león, que se realiza diariamente, porque es un regalo para los sentidos.
Foshan en Guandong: parque Shunfengshan en el distrito de Shunde, en Foshan. Foto: Mmuenzl – stock.adobe.com
Oasis urbano
Al sur de Changcheng se encuentra Shunde, un distrito que merece la pena degustar con todos los sentidos. Una de sus principales atracciones es el jardín Qinghui, un auténtico oasis urbano. Construido a finales de la dinastía Ming, es de estilo cantonés o Lingnan, uno de los tres principales del jardín clásico chino, junto con los del norte o de Beijing, y los de Jiangnan. Los elementos que lo conforman están enfocados a apaciguar el intenso calor y la humedad de los meses de verano. Tienen especial protagonismo los estanques, las zonas sombrías o la ventilación. El jardin Qinghui, de una arquitectura exquisita, está dividido en áreas perfectamente conectadas a través de pasillos y entradas. Los edificios de madera rojiza y vidrieras alegres parecen flotar en el agua.
Foshan en Guandong: dragón chino en el Templo Ancestral en Foshan. Foto: Sumeth – stock.adobe.com
Al norte del jardín, se localiza la Casa Dorada de Binjiang, también representante del estilo Lingnan. Es un complejo de edificios originalmente ordenado construir por la familia Su como dote de Dai Peiqiong, ahijada de la emperatriz Cixi, que se casó con Su Boyu. Es un lugar ideal para admirar el mobiliario de la época Qing. De los muchos edificios elegantes y grandiosos que forman el complejo, el que más destaca es el que le da nombre: la casa dorada, también conocida antiguamente como casa Fuhe. El jardín preserva dos árboles centenarios: el longuián, conocido también como “ojo de dragón” y el lagerstroemia indica o “lila del sur”, ambos originarios de China. Además, alberga una gran colección de árboles en miniatura. Esta ciudad-distrito, regada por una multitud de vías fluviales, se vio catapultada a la fama mundial tras adherirse en 2014, junto con otras cinco ciudades del mundo, a la red de la UNESCO de Ciudades Creativas de la Gastronomía.
Foshan en Guandong: Puerta del Museo del Templo Ancestral en Foshan. Foto: WR.LILI – stock.adobe.com
Al oeste, Shunde limita con la ciudad-distrito de Nanhai, el centro financiero de Foshan, pero que a la vez preserva tradiciones milenarias que lo dotan de carácter. El principal atractivo de Nanhai es el área escénica natural del monte Xiqiao, un volcán extinguido con entre 40 y 50 millones de años de antigüedad. Popularmente se conoce como la “montaña de los manantiales” por la gran cantidad de arroyos y cascadas que brotan de sus rocosas y frondosas cumbres. La cultura es otro de los encantos del lugar, tanto por el templo taoísta Wun Chuen Sin Koon, como por la imponente estatua de 61.9 m de altura de la diosa Guanyin en la cumbre Daxian.
Foshan en Guandong: complejo de edificios de estilo Linghan en Guangzhou. Foto: 昊周 – stock.adobe.com
A los pies del monte Xiqiao, se puede aprender de una técnica milenaria y única de los deltas del río Yangtsé y de las Perlas, la fusión de la sericultura y la pesca en estanques. Esta arraigada tradición consiste en la cría de peces en estanques que están rodeados por moreras, cuyas hojas se utilizan para alimentar a los gusanos de seda. A su vez, los residuos y pupas de los gusanos son un excelente fertilizante para la tierra y alimento para los peces, que aportan una gran fuente de nutrientes. Pueblos pintorescos como Qixing, Shangxi o Ruxi son un punto de partida excepcional para conocer esta curiosa práctica que une sericultura y pesca en una simbiosis perfecta.
Foshan en Guandong: detalles del estilo Linghan en Guangzhou. Foto: 昊周 – stock.adobe.com
Al noroeste de Nanhai, se halla la ciudad-distrito de Sanshui. Vestigios encontrados en este lugar atestiguan que hace más de 4.000 años ya había asentamientos humanos. Sanshui, cuyo nombre significa “tres aguas” por la confluencia de los ríos Suijiang, Beijiang y Xijiang, ocupa una zona rica en recursos naturales y, por ello, es conocida como la “ciudad verde de China”. Destacan la montaña Nandan, con árboles milenarios y más de 3.000 especies de plantas y 700 de hierbas medicinales; el parque natural Qiaoxin, donde se puede visitar el espectacular Mundo del Loto, una atracción turística en la que las flores son las protagonistas. A poco más de 10 km al este de Qiaoxin, se encuentra un lugar ideal para viajar en el tiempo y disfrutar de la arquitectura autóctona en un entorno natural: el pueblo de Daqitou, construido durante la dinastía Ming. En sus calles estrechas y empedradas se asoman las típicas casas de la zona, con tres habitaciones y dos pasillos.
Horno del dragón
Al sudoeste, Sanshui limita con la ciudad-distrito de Gaoming, cuya ubicación propicia fértiles tierras y abundantes recursos naturales. En los últimos años, se ha posicionado como un destino ecoturístico nacional de primer nivel. Entre sus parajes más bellos, destacan la montaña Zaomu, donde se encuentra la cima más alta de Foshan, con 805 m sobre el nivel del mar; el macizo Taikang, de frondosos bosques y riachuelos; o el parque Linggui, con su espectacular pagoda sobre el monte Guifeng.
Foshan en Guandong: centro de cerámica Nanfeng Guzao. Foto:David – stock.adobe.com
El parque aloja muchos otros tesoros culturales, como el Museo de la Numismática, una joya escondida en la ciudad. Cuenta con una interesante colección de monedas antiguas e incluso conchas utilizadas como medio de pago ya en la dinastía Shang (1500-1046 a.C). También son de obligada visita las ruinas del horno del dragón o Longyao de Gaoming, de la dinastía Tang (618-907). Este tipo de horno, también denominado “escalado” es típico del sur de China y su función es la cocción cerámica. Su forma, alargada y estrecha, aprovecha la escarpada orografía del terreno y de ahí su nombre, ya que se asemeja a la forma de un dragón que recorre la montaña.
Foshan y la Ópera Cantonesa
Foshan es uno de los lugares donde se forjó la afamada Ópera Cantonesa pues, a mediados de la dinastía Ming, comenzó a reunirse en el Salón del Gremio Qionghua la primera organización de esta disciplina musical. Anualmente, se celebra el Festival de Arte de la Ópera Cantonesa de Qionghua. El mercado de Flores de la Fiesta de la Primavera tiene lugar cada año, tres días antes del Año Nuevo Chino. Multitud de visitantes de todo el delta del río de las Perlas se afanan por comprar flores, como símbolo de prosperidad, y para mantenerse fieles a las tradiciones.
La danza del león en Foshan, que cobra especial relevancia durante las celebraciones de la Fiesta de la Primavera, destaca por cómo se fusiona con el kungfú en esta ciudad. Tal es la importancia de estas técnicas de lucha aquí que, desde 1997, se organiza en el mes de junio el Festival de Artes Marciales Foshan-Guangdong, que congrega a miles de asistentes. Entre los habitantes más célebres de Foshan se encuentran reconocidos maestros de las artes marciales. Por ejemplo, Wong Fei Hung, experto en el estilo Hung Gar, que ha inspirado decenas de películas cinematográficas; e Ip Man, experto en el estilo Wingchun y de quien Bruce Lee fue discípulo.
La Fiesta de los Colores Otoñales de Foshan es una centenaria tradición folklórica, que se celebra con un desfile y exhibiciones de artesanía, la cosecha de dicha estación para dar las gracias a los dioses, y para pedir buenos augurios para el próximo año. Es, junto con la de la Primavera, la festividad más importante de la ciudad además de ser su sello de identidad.
Foshan en Guandong: pastelillo de nueve capas de Foshan. Foto: Cheattha – stock.adobe.com
Innovación culinaria
El centro gastronómico del delta del río de las Perlas se encuentra en Shunde. Desde 2014 forma parte de la red de Ciudades Creativas de la UNESCO, por su gastronomía. Destaca el arte con que se presentan sus platos, su valor nutricional, su colorido y, por supuesto, su delicioso sabor. El rico enclave natural en el que se encuentra el distrito se refleja en la frescura de sus ingredientes. Sus platos son, a menudo, descritos como ligeros, crujientes y tiernos pero, a la vez, suaves y, sobre todo, genuinos. Por ello, Shunde es una de las cunas de la gastronomía cantonesa y una de las grandes escuelas culinarias de China.
La ciudad ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y fusionar en sus platos la tradición milenaria con las técnicas más vanguardistas, por lo que se ha convertido en todo un referente en la innovación culinaria del país. De entre los muchos platos que se preparan en los fogones de Shunde, destaca uno muy curioso a base de leche de búfala de agua, un ingrediente con alto valor nutricional. La leche frita Daliang, una receta interesante por la combinación de los ingredientes que utiliza. Se compone básicamente de leche, clara de huevo, gambas, jamón de pato o de cerdo y aceitunas. Es un plato muy sabroso, con textura suave y crujiente a la vez.
Los laifen son un tipo de fideos elaborados con harina de arroz que, cocinados al estilo de Gaoming se preparan principalmente con sopa de carne de cerdo, ajo puerro, cebollino, ajo, cacahuetes, jengibre y huevo desmenuzado. Es tan preciado este plato que, desde 2006, se le dedica anualmente un festival en el mes de octubre. En la calle Hecheng de dicho distrito hay una gran cantidad de locales donde degustar este sencillo pero delicioso y nutritivo plato.
Los pastelillos de nueve capas de Foshan son un dulce colorido y delicioso elaborado con arroz, una muestra más de la delicadeza de la cocina de la zona. Es típico servirlo para ocasiones especiales, como la Fiesta de la Primavera. Su elaboración requiere de un laborioso y delicado proceso, en el que participa toda la familia. En chino, se dice “lentamente, se llega a la cima” para definir la elaboración de esta delicia. Que tenga nueve capas no es casualidad porque el número 9, en China, está considerado auspicioso porque se pronuncia similar a “longevidad” o “eternidad”. Degustar la gastronomía de Foshan es la mejor forma de descubrir esta “ciudad de ciudades” que rezuma cultura, historia y naturaleza por los cuatro costados.
Qufu, los rtes Kong y Confucio: templo de Confucio en Beijing. Foto: 123RF.
Qufu, la tierra natal de Confucio, acoge su templo, su residencia y su bosque, lugares sagrados del confucianismo. Denominados como “los tres Kong” por el apellido del filósofo, forman parte del Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Qufu, los rtes Kong y Confucio: campana en el salón del gran logro en el templo de Confucio en Beijing. Foto: 123RF.
Qufu (曲阜, Qūfù), en la provincia de Shandong, es la tierra natal de Confucio (孔子, Kǒngzǐ). Fue aquí donde el gran maestro impartió conferencias y estableció el confucianismo, que marcaría una profunda huella en China durante más de dos mil años. El templo de Confucio (孔庙, Kǒng miào), la residencia de la familia Kong (孔府, Kǒng fǔ) y el bosque de Confucio (孔林, Kǒng lín), son conocidos como “los tres Kong” (三孔, Sān kǒng) ya que Kong (孔) es el apellido de Confucio. En Qufu “Kong” es uno de los apellidos más comunes. Las personas con este apellido ocupan la quinta parte de la población total de la ciudad.
A partir de que el emperador Gaozu (高祖), o Liu Bang (刘邦) su nombre original de la dinastía Han (汉, 206 a.C. – 220 d.C.), fuera a Qufu en persona a rendir culto a Confucio en el año 195 a.C., los “tres Kong” se convirtieron en lugares sagrados del confucianismo. Qufu también es conocida como la “Jerusalén del Este”. En 1994, los “tres Kong” fueron incluidos en la lista del Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Confucio en Qufu y «los tres Kong»: Entrada del templo de confucio en Qufu, provincia de Shandong. Foto: 123RF.
El templo de Confucio
El templo de Confucio (孔庙, Kǒng miào) está situado en el condado de Qufu, mide unos 1.100 metros de longitud y unos 160 metros de ancho, y se construyó según las exigencias imperiales. El templo de Confucio, junto con la Ciudad Prohibida en Beijing (北京故宫, Běijīng gùgōng) y la Residencia de montaña y templos vecinos en Chengde (承德避暑山庄, Héběi Chéngdé bìshǔshānzhuāng) en la provincia de Hebei, forman los tres complejos arquitectónicos de la antigua China. A este templo, se le considera “el primer templo del mundo”. El complejo arquitectónico presenta una estructura simétrica que parte de un eje central. En total hay nueve filas de patios, más de 400 salas, unos 50 portales y más de 10 pabellones. Dentro de éstos, el más antiguo es un pabellón de la dinastía Jin (金, 1115-1234) que data de 1195. También se conservan edificios de distintas épocas, como los de las dinastías Yuan (元 1271-1368), Ming (明 1368 -1644) y Qing (清, 1644-1911), entre otras.
Un año después de la muerte de Confucio (478 a.C.), el duque Ai del estado de Lu (鲁哀公) convirtió las tres antiguas residencias de Confucio en un templo para rendirle culto. Allí se conservaban objetos como ropa, sombreros, instrumentos, carros y libros del gran maestro. Este podría considerarse el primer museo de China dedicado a un personaje histórico. Más tarde pasó a ser conocido como el templo de Confucio. Cuando en 195 a.C. el emperador Gaozu de la dinastía Han fue a rendir culto a Confucio, le otorgó al nieto de la novena generación de Confucio un cargo supervisando los homenajes oficiales al maestro. Gaozu fue el primer emperador en rendirle culto. A partir de ese momento, los posteriores emperadores continuaron esta práctica ampliando constantemente el templo. Hasta la dinastía Song (宋, 960-1279), el templo llegó a tener más de 300 salas.
El principal lugar del templo son los edificios situados en el eje central: el pabellón Kuiwen (奎文阁, Kuíwén gé), la sala Dacheng (大成殿, Dàchéng diàn) y el altar Xing (杏坛, Xìng tán). El pabellón Kuiwen, construido durante la dinastía Ming, es un edificio de dos plantas que alberga una biblioteca. La parte inferior fue construida con pilares de piedra.
La sala Dacheng (de la Gran Perfección o de los Grandes Logros) es la sala principal y el núcleo del templo de Confucio, así como el edificio más alto del complejo. En la dinastía Tang (唐, 618-907), se conocía como el palacio Wenxuanwang (文宣王) y contaba con cinco salas. En el año 1021, fue ampliado a siete salas. El emperador Huizong (徽宗) de la dinastía Song le dio el nombre actual, según lo que dijo Mencio: “para elogiar a Confucio cuyas virtudes habían superado a las de todos los santos”. La actual sala Dacheng fue restaurada entre 1722 y 1735. El emperador Yongzheng (雍正) de la dinastía Qing escribió el nombre y mandó colgarlo sobre la puerta. En total hay 28 pilares de piedra. En 10 de ellos se esculpieron dos dragones que parecen vivos y muy refinados. En el centro de la sala Dacheng se encuentra la estatua de Confucio y, a ambos lados, hay estatuas de otros célebres del confucianismo, tales como Yan Hui (颜回), Zeng Can (曾参) y Mencio (孟子). A lo largo de la historia los principales rituales para venerar a Confucio se han celebrado aquí.
Confucio en Qufu y «los tres Kong»: El templo de Confucio en Qufu es patrimonio de la humanidad. Foto: 123RF.
El altar Xing (o del Albaricoque), que está situado en el centro del patio delante de la sala Dacheng, fue construido durante la dinastía Ming. Dicen que es el lugar donde Confucio dio clase a sus pupilos. Durante la dinastía Song se construyó el altar con tierra y alrededor de él se plantaron albaricoques, de ahí que se llame Xingtan (杏xìng, albaricoque y 坛 tán, altar). Detrás de la sala Dacheng está la estancia de la esposa de Confucio. Más atrás, se encuentra la sala Shengji (圣迹殿), construida en 1592, donde se han guardado muchos objetos de la dinastía Ming. En esta sala se conservan 120 cuadros esculpidos en piedra que tratan sobre la vida de Confucio, de ahí viene el nombre de la sala (Shèng jī, reliquias sagradas). Está considerado en China el primer cómic completo de un personaje, por eso cuenta con un gran valor histórico y artístico. Justo enfrente se encuentra la inscripción “el profesor y modelo de todas las generaciones” (万世师表, Wànshì shībiǎo), escrita por el emperador Kangxi (康熙) de la dinastía Qing. Debajo de los caracteres había un retrato de Confucio “孔子为鲁司寇像” (Kongzi wei lusi kouxiang) pintado por el gran artista Wu Daozi (吴道子) de la dinastía Tang. A la izquierda está el retrato “先圣画像” (Xiansheng huaxiang), obra de Gu Kaizhi (顾恺之), pintor de la dinastía Jin. También ha sido conocido como “El pequeño retrato del maestro” (夫子小影, Fūzǐ xiǎoyǐng). Dicen que este “pequeño retrato” es el que más se asemeja al aspecto real de Confucio.
La residencia de la familia Kong
La residencia de la familia Kong (孔府, Kǒng fǔ) está situada al este del templo de Confucio. Ahí habitaron sus descendientes directos y su nieto mayor. Este complejo arquitectónico contaba con espacios oficiales que estaban separados de la parte residencial y su magnitud era solo inferior a la del Palacio Imperial. Posee más de 500 salas y es conocida también como “la familia más grande del mundo”. La residencia, construida entre los siglos XII y XIII, fue conocida como la residencia de “Yansheng gong” (衍圣公, título otorgado a los descendientes de Confucio), o simplemente la “residencia Kong” (孔府, Kǒng fǔ). En 1377 fue reconstruida en la actual ubicación.
El bosque de Confucio
El bosque de Confucio (孔林, Kǒng lín), al norte de Qufu, es el lugar donde yacen el maestro y sus descendientes. Es el cementerio familiar más longevo y grande del mundo. Confucio murió en 479 a.C. y fue enterrado aquí y se calcula que unos 100.000 descendientes suyos también. Desde el primer árbol que plantó Zi Gong (子贡), discípulo de Confucio, actualmente el bosque cuenta con más de 10.000 árboles milenarios. El bosque no sólo es una crónica de la familia Kong sino también un museo al aire libre.
En China, en casi todas las ciudades y pueblos podemos encontrar un templo de Confucio, conocido también como Wenmiao (文庙, Wénmiào templo de la Cultura). El emperador Xuanzong (玄宗) de la dinastía Tang le otorgó el título “Rey de la Cultura” (文宣王, Wénxuān wáng) a Confucio. De este modo, los templos que se le dedicaron se conocen como “Templo de la Cultura”. A lo largo de la historia china se han construido más de 2.000 templos de Confucio en todo el país. Se pueden dividir en tres tipos según sus funciones: primero, templos familiares: lugares donde los descendientes de Confucio le rendían culto; segundo, templos estatales: lugares donde la corte celebraba los rituales; y, en tercer lugar, templos académicos: lugares donde se daban clases y se rendía culto a Confucio. El Templo de Confucio de Beijing es estatal, el de Qufu, familiar y estatal; y el de Quzhou (衢州), provincia de Zhejiang, es familiar y fue trasladado al sur durante la dinastía Song del Sur, mientras el resto son de tipo académico. Posteriormente, para diferenciar entre los templos de otros lugares y el de Qufu, éste mantiene el nombre de Templo de Confucio mientras los otros son conocidos como Wenmiao. En Corea del Norte, Corea del Sur, Vietnam, Japón, Malasia, Singapur, Indonesia y en algunos países de Europa y América, también se han construido templos para conmemorar al gran maestro Confucio.
Vocabulario chino: el verbo lái (venir o 来) significa “venir, llegar, surgir, tener lugar”. Pero también se usa para reemplazar a otros verbos.
El verbo lái (venir o 来) es un verbo de uso básico cuyo significado original es el de “venir, llegar, surgir, tener lugar”. Pero existe un uso especial del verbo lái propio del lenguaje vulgar para reemplazar a otros verbos que está muy extendido en la vida cotidiana.
El verbo lái (venir o 来) —sinónimo de los términos wǎng (往) y qù (去), ambos significan “ir”—, es un verbo de uso básico y su significado original es el de “venir, llegar, surgir, tener lugar” y se refiere a la dirección donde está el hablante desde otro lugar. Podemos poner un ejemplo: Xiàwǔ nǐ lái wǒ jiā, wǒmen yìqǐ qù kàn diànyǐng (下午你来我家,我们一起去看电影), o lo que es lo mismo: Esta tarde vente a mi casa y nos vamos juntos a ver una película.
Tanto el verbo lái como qù, que aparece en el ejemplo que hemos citado, se usan normalmente con su significado más generalizado. Sin embargo, en la lección 4 del primer tomo del manual El chino de hoy, ya se nos presenta otro aspecto particular del uso de estos verbos, que no se limita solamente a su sentido de venir, sino más bien a lo que exponemos a continuación con un ejemplo durante la conversación en un restaurante entre un camarero y Martín:
Fúwùyuán: Nín lái diǎn shén me?
(Camarero: ¿Qué desea pedir?)
Mǎdīng: lái yì píng píjiǔ.
(Martín: Una botella de cerveza.)
Vocabulario chino: lái (来 «venir»)
El lái que observamos en el diálogo no equivale a venir en español sino que se trata de un uso especial que consiste en sustituir otros verbos con significados concretos. En el diálogo que hemos citado, el camarero pregunta “¿qué quiere usted?” o “¿qué le apetece a usted pedir?”, y la repuesta de Martín es “quiero una botella de cerveza”. Así que lái reemplaza el verbo yào (querer o 要) o diǎn (pedir o 点). A continuación aportamos más ejemplos:
Qing, lái liǎng jīn júzi(Por favor, póngame un kilo de naranjas), donde vemos que lái sustituye al verbo “comprar” (mǎi o 买).
Lái bàn jīn jiǎozi(Quiero un cuarto de kilo de raviolis), donde lái sustituye al verbo “querer” (yào o 要).
Nǐ biǎoyǎn de zhēn hǎo, zài lái yí gè(Tu actuación ha sido muy buena, haz otra más), donde lái sustituye al verbo “actuar” (biǎoyǎn o 表演).
Hēwán zhè píng, wǒmen zài lái liǎng píng(Cuando acabemos esta botella, nos bebemos otras dos más), donde lái sustituye al verbo “beber” (hē o 喝).
Tā chàng le yì shǒu yīngwén ge, yòu lái le yì shǒu zhōngwén ge (Cuando acabe de cantar la canción en inglés, cantará otra en chino), donde lái sustituye el verbo “cantar” (chàng o 唱).
Hái yǒu liǎng gè jītǔi, nǐ lái yí gè, wǒ lái yí gè, dōu chī guāng (Aún quedan dos muslos de pollo, cómete tú uno y yo el otro, así lo acabamos todos), donde lái sustituye al verbo “comer” (chī o 吃).
A veces hay que recurrir al contexto para determinar exactamente el verbo que ha sido reemplazado por lái. Por ejemplo, a la hora de preguntar a los alumnos, los profesores dicen: “Nǐ lái ba!(¡Contesta a la pregunta!)”, entendiendo todos el mensaje lanzado. En realidad, lái en esta frase sustituye el verbo “contestar”.
Cuando en una cena de amigos se termina de comer y uno de los comensales para invitar a los demás dice: “Wǒ lái, wǒ lái (Yo pago la cuenta)”, usa el verbo lái en sustitución de “pagar” y es entendido correctamente por todos.
Un ejemplo más: una chica no puede abrir una botella de agua y un chico sentado cerca de ella se ofrece diciendo: “wǒ lái”. Aquí lái significa “abrir”.
El uso especial del verbo lái para reemplazar otros verbos está delimitado en el lenguaje vulgar y tiene buena acogida en la vida cotidiana. Así, lái en la frase “Nǐ lái, nǐ lái”, utilizada para ceder el asiento en el autobús, en realidad sustituye al verbo “sentarse”. A la hora de entrar en un sitio se suele decir: “Nǐ xiān jìn lái ba” (Entra tú primero), significando lái la acción de entrar. Hay que indicar que el uso de lái que hemos repetido con los ejemplos anteriores sólo aparece en lenguaje de la calle, lo que quiere decir que, en realidad, no es tan normal sustituir al azar otros verbos por lái. De hecho, los que se pueden reemplazar por lái son los que marcan una actividad concreta en la vida cotidiana, tales como comer, comprar, hacer, beber, sentarse, cantar, actuar, etc. No obstante, los verbos abstractos normalmente no se pueden sustituir por lái. Este sería el caso de expresiones del tipo: “mejorar la calidad, pasar el tiempo, sentir dolor o gustar la soledad”.
Ejercicios prácticos
Indica qué significa el verbo lái en las siguientes frases:
(在长城上)我们在这儿来一张相
(En la Gran Muralla) Wǒmen zài zhè lái yì zhāngxiàng.
(在饭店里)服务员,来一斤包子。
(En el restaurante) Fúwùyuán, lái yì jīn bāozi.
(在舞厅里)跳完这一曲,我们再来一曲。
(En la discoteca) Tiàowán zhè yì qǔ, wǒmen zài lái yì qǔ.
(看演出的时候)你演得真精彩,再来一个!
(Viendo un espectáculo) Nǐ yǎn de zhēn jīngcǎi. Zài lái yí gè!
Sichuan: corredor rodeado de bambú en el templo Wuhoe en Chengdu. Foto: 123RF.
La provincia de Sichuan se encuentra dividida en dos por el río Yangtzé. Es sin duda una de las regiones con mayor atractivo paisajístico y riqueza cultural de toda China. Alberga casi toda la población de oso panda de el país. Cuenta con una gastronomíacada vez más conocida en todo el mundo.
Situada en el suroeste del país, la provincia de Sichuan limita con Gansu, Yunan y Qinghai. Tiene una superficie de 487.000 kilómetros cuadrados y una población cercana a los 90 millones de personas.
La provincia de Sichuan se encuentra dividida en dos por el río Yangtzé. La parte este es una depresión con unas tierras muy fértiles y un clima muy benigno. Al oeste es mucho más abrupta y montañosa, con un clima más frío y menos propicio para la agricultura.
Sichuan: Vista nocturna del paisaje urbano de Chengdu en el lado del río Jin. Foto: 123RF.
Para los turistas extranjeros, Sichuan, es quizás, mucho más desconocida que otras provincias o municipalidades chinas, pero es sin duda una de las regiones con mayor atractivo paisajístico y riqueza cultural de toda China.La famosa gastronomía de Sichuan es también cada vez más conocida en todo el mundo.
Uno de los motores económicos del país
la provincia de Sichuan ha sido tradicionalmente una provincia clave en la economía de China. Ya en la antigüedad, era conocida como la “provincia de la abundancia”, debido al gran desarrollo de su agricultura, gracias a su geografía y clima. Ha sido y es uno de los grandes centros productores de arroz y trigo del país, así como de cítricos, caña de azúcar o uva.
Sichuan: pabellón en el parque al atardecer en Chengdu. Foto: 123RF.
Agricultura y minería en Sichuan
La agriculturaha sido tradicionalmente tan importante en la región que ya en el siglo III a.C. se proyectó la construcción de una de las mayores obras de ingeniería de la antigüedad: el sistema de irrigación de Dujiangyan (都江堰), una gran construcción que evita los efectos dañinos de las crecidas del río Min.
Sin embargo, esta zona no sólo es rica por su abundante producción agrícola, sino por los recursos mineros que posee puesto que son clave para el desarrollo de China. En el subsuelo de Sichuan se localizan más del 13% de las reservas de hierro, el 93% de las de titanio y más del 80% de las de cobalto de todo el país, además de poseer las mayores reservas probadas de gas natural.
Sichuan: vista nocturna del puente Anshun sobre el río Jinjiang en Chengdu. Foto: 123RF.
Industria
Desde la segunda mitad del siglo XX en Sichuan se han desarrollado grandes centros industriales. Coincidiendo con el proceso de reforma económica y apertura al exterior de China, en la provincia, pero sobre todo en su capital,Chengdu, se han establecido y desarrollado numerosas industrias de alta tecnología, que han atraído a multitud de compañías e inversores extranjeros. En Chengdu, a principios del presente siglo, se establecieron varias zonas especiales de desarrollo económico, tecnológico e industrial en las que se han implantado empresas de diversos sectores.
Parque de atracciones de Chengdu. Foto: 123RF.
Los orígenes de la provincia de Sichuan: antiguos reinos de Ba y Shu (巴蜀)
Los orígenes de los primeros asentamientos en la región datan de una época cercana al siglo XV a.C. Coinciden con los últimos años de la dinastía Shang. De ellos surgieron dos civilizaciones o reinos tecnológicamente avanzados: el reino de Shu, y el de Ba. El reino de Shu corresponde a la actual ciudad de Chengdu. Ba, por su parte, correspondería a la ciudad de Chongqing que hasta 1997 perteneció a la provincia de Sichuan. En ambos reinos se desarrolló una cultura peculiar que heredaron la actual provincia de Sichuan y la municipalidad de Chongqing. Ello fue debido a su aislamiento del resto de China,
Sichuan: pasadizo dentro del Parque del Pueblo en Chengdu. Foto: 123RF.
De los reinosBa y Shu existen pocas referencias escritas en las fuentes antiguas de China. Parte de ellas son en forma de relatos mitológicos, como las llamadas Crónicas de Huayang (华阳国志), que datan de la época de la dinastía Jin (265-420).
Ambos reinos fueron derrotados y conquistados, en el año 313 a.C, por las tropas de la dinastía Qin, que buscaban unificar toda China.Desde ese momento hasta la desintegración de la dinastía Han en 221 d.C., la región fue gobernada por reyes dependientes del poder imperial central.
Sichuan: árbol en forma de panda en el Parque del Pueblo en Chengdu. Foto: 123RF.
Al dividirse el territorio chino controlado por la dinastía Han, que dio origen a la famosa era de los Tres Reinos (三国时期), el gran emperador Liu Bei, fundó el reino de Shu en parte de la actual Sichuan, con Chengdu como capital, que adquirió definitivamente la gran importancia en China.
Chengdu, la ciudad de brocado
La capital tiene todos los elementos posibles para ser considerada una de las ciudades que todo el mundo debería visitar en China. Chengdu ha experimentado en los últimos años un gran desarrollo y se ha convertido en uno de los motores económicos de China.
Sichuan: pabellón en el parque del Pueblo en Chengdu. Foto: 123RF.
Durante el Período de los Tres Reinos (220-280), el brocado de Chengdu fue muy reconocido, por lo que era conocida como “la ciudad del brocado”. Esta ciudad fue, además, la primera del mundo en la que se empezó a utilizar el papel moneda, ya en la época de la Dinastía Song del Norte, hacia el año 960. De aquel floreciente momento histórico quedan multitud de lugares de interés en los que se puede sentir el ambiente de la China antigua. Uno de ellos es el TemploQingyang (青羊宫), una magnífica construcción taoísta realizada en época de la dinastía Tang y formado por un complejo de edificios rodeados de bellos jardines. Su famoso Pabellón de los Ocho Trigramas es, sin duda, el lugar más hermoso de todo el complejo.
Sichuan: parque de la Pagoda de Hierro en Chengdu. Foto: 123RF.
Erigido en memoria de Zhuge Liang entre los años 304 y 334, el templo Wuhou cuenta con elementos de varias dinastías, como la Tang y la Ming, así como la tumba del famoso emperador Liu Bei del reino Shu.
Al lado del templo se encuentra la famosa calle peatonal: calle Jinli (锦里古街). Considerada desde 2005 entre las “10 calles peatonales comerciales urbanas de fama nacional”, está al nivel de calles tan famosas como Wangfujing (Beijing), y se trata, sin duda, del centro de ocio más importante de la ciudad. Aquí el visitante puede encontrar la esencia de Chengdu y de la provincia en general: salones de té, multitud de restaurantes donde probar la rica gastronomía local, teatros, tiendas de antigüedades y objetos de artesanía típicos, talleres de artistas y un sinfín de lugares que descubrir en los que empaparse de las peculiaridades culturales y gastronómicas de la región.
Cocinero en Chengdu. Foto: 123RF
Paseando por las calles de Chengdu, es posible ver a su gente tomando té, paseando o jugando a mahjong con mucha parsimonia. Los residentes de esta ciudad llevan una vida mucho más tranquila que los que viven en ciudades como Beijing o Shanghái.
La gastronomía de Sichuan
La gastronomía de Sichuan es muy rica en ingredientes. Tiene como sello de identidad su gusto por los sabores picantes, con la pimienta, el chile y el jengibre como sus elementos más típicos. El ingrediente más representativo es la llamada “pimienta de Sichuan”, llamada en chino “huajiao” (花椒) o “shanjiao” (山椒). Esta pimienta no tiene relación con la que se usa normalmente en Occidente y tiene un sabor característico picante que recuerda también al limón.
Cocina tradicional de Chengdu. Foto: 123RF.
Muchos platos de Sichuan son mundialmente conocidos, como el Mapo Doufu (麻婆豆腐), un guiso realizado con tofu cortado en dados acompañado de salsa picante con chiles y carne de cerdo o de ternera picada, entre otros ingredientes; el Pollo Gong Bao o Kung Pao (宫保鸡丁) , elaborado con pollo marinado con un sofrito de guindillas y pimienta de Sichuan al que se le añaden cacahuetes y vegetales; el famoso “Cerdo cocinado dos veces” (回锅肉); o el espectacular Hotpot o Huoguo especial de Sichuan (四川火锅), con el caldo base mucho más picante que el típico de otros lugares de China, uno de los rasgos característicos de la gastronomía del lugar.
El Panda: tesoro nacional de China”
El gigante y encantador oso panda es el animal emblemático de China. Vive casi en su totalidad en Sichuan. Esta provincia cuenta con el 80% de los 2.000 pandas que se estima existen en la actualidad. Para el cuidado y protección de este animal tan especial, se abrieron en los años 80 dos lugares de especial interés: el Centro de Investigación de la Crianza de Pandas Gigantes de Chengdu (成都大熊猫繁育研究基地), –único del mundo situado en un área metropolitana–; y la Reserva Natural Nacional de Wolong (卧龙自然保护区), la mayor del mundo, con 200.000 hectáreas, y que se encuentra a 130 kilómetros de la ciudad.
Sichuan: los Santuarios del panda gigante de Sichuan (四川大熊猫栖息地; pinyin, Sìchuān Dàxióngmāo Qīxīdì), están situados en el sudoeste de la provincia. Es el hábitat de más del 30% de la población mundial. Foto: 123RF.
Los dos lugares reciben multitud de visitas cada año, y son otro de los grandes atractivos de la provincia. En ambos, además de poder ver de cercaa ejemplares de panda gigantese puede, incluso, interactuar y tocar algunos ejemplares.
La reserva de Wolong forma parte de los denominados “Santuarios del Panda Gigante de Sichuan” (四川大熊猫栖息地), una red desiete reservas naturales y nueve parques paisajísticos declarados en 2006 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Sichuan: panda rojo. Foto: 123RF.
El Monte Emei (峨眉山): su lugar sagrado de budismo
A 150 kilómetros al sur de Chengdu, y con una altura de 3.099 metros, encontramos el monte Emei. Está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996. Se trata de una de las cuatro montañas sagradas del budismo en China y, sin discusión, uno de los lugares más impresionantes que el viajero puede visitar en Sichuan.
Sichuan: edificio de la Cupula Dorada en el monte Emei. Foto: 123RF.
Por todo el monte Emei, se encuentran diseminados hasta 76 monasterios adscritos al budismo tibetano que datan de las dinastías Ming y Qing, así como el primer templo budista construido en China en el siglo I. Se disfruta aquí de una gran variedad de muestras de la arquitectura tibetana en un lugar de excepción, con un entorno natural y paisajístico de una gran belleza. En ellos, según fuentes de los siglos XVI y XVII, se practicaron en el pasado las artes marciales chinas o “wushu” (武术), llegando a convertirse la del monte Emei en una de las tres escuelas más importantes de artes marciales de toda China.
Sichuan: monte Emei. Una de las cuatro montañas sagradas del budismo en China. Foto: 123RF.
Además se encuentran el monasterio del Trueno (雷音寺) asentado sobre una serie de altos pilares. También podemos visitar el monasterio de la Ofrenda Nacional (报国寺), construido sobre terrazas de varios niveles. Los edificios de las Sílabas Nítidas (清音阁) son un conjunto construido sobre una estrecha porción de tierra situada entre los ríos del Dragón Negro y del Dragón Blanco. Aunque hay varias rutas para recorrerlo, la más espectacular y difícil consiste en hacerlo a pie desde sus alrededores hasta la cima. Existe una senda con una longitud de más de 50 kilómetros que lo corona. Se tarda unos dos días en completar el recorrido y es posible alojarse en alguno de los albergues y templos de la zona.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio. Número 24.Volumen III. Mayo de 2014.
Jinan, la ciudad de los manantiales: manantial del Tigre Negro (Haihu) en la noche. Seencuentra en Jinan, provincia de Shandong. Foto: 123RF.
Jinan, la capital de la provincia de Shandong, es conocida como el “museo natural de las fuentes”. De los 72 manantiales de la ciudad, destaca del de Baotu, al que el emperador Qian Long le concedió el título de “mejor manantial del mundo”.
Jinan, la ciudad de los manantiales: la flor de loto, reina de los lagos. Foto: 123RF.
La ciudad de Jinan, capital de la provincia de Shandong, se caracteriza por la abundancia de sus manantiales, así como por el agua que de ellos emana. Por dichas características es conocida como el “museo natural de las fuentes” o la “ciudad de manantiales”. En el casco antiguo, que ocupa una superficie de 2,6 km2, se encuentran cuatro conjuntos de manantiales: Baotu (趵突泉), Heihu (黑虎泉, tigre negro), Wu Longtan (五龙潭, el lago de cinco dragones) y el Zhenzhu (珍珠泉, manantial de la perla). Además, en las afueras de la ciudad se hallan varias concentraciones de manantiales. El agua que brota de estas fuentes fluye por ríos y lagos, constituyendo un paisaje singular y hermoso junto con la montaña de los Mil Budas (千佛山,Qiānfóshān) que les rodea. Todo ello forma el conjunto de elementos imprescindibles en una ciudad: montañas, manantiales, lagos, ríos y el propio casco urbano. La ciudad recibe la merecida reputación de tener “en cada familia un manantial y un sauce llorón” y por otras famosas frases chinas.
Jinan, la ciudad de los manantiales: manantial de Baotu. Foto: 123RF.
La gran cantidad de manantiales se debe a la peculiaridad morfológica y a la estructura geológica. La diferente altura urbana, que alcanza más de 500 metros entre sus distintos tramos, hace que las aguas superficiales y las subterráneas converjan en su casco urbano. Los minerales solubles del agua subterránea de Jinan han producido numerosas cuevas, zanjas y cauces, que constituyen una red natural dedicada al almacenamiento y abastecimiento de agua generada en las montañas ubicadas al sur de la ciudad. Cuando el flujo de agua se transporta mediante estos canales naturales hacia el norte, atraviesa rocas bajo la tierra, se acumula y genera una alta presión hasta expeler chorros desde las grietas superficiales, configurando de esta forma las distintas fuentes.
Jinan, la ciudad de los manantiales: manantial del Tigre Negro, o Heihu, en Jinan, provincia de Shandong. Foto: 123RF.
Jinan disfruta de un total de 72 manantiales famosos, que presentan formas muy variadas de cómo emerge el agua: surtidores, cascadas o lagos. Estos tramos de cursos fluviales que atraviesan la ciudad desde hace miles de años se han convertido en elementos fundamentales de la cultura autóctona, inyectando y contribuyendo a su vez al dinamismo urbano. El manantial de mayor prestigio, Baotu, situado en el parque del mismo nombre en la zona central del casco urbano, ocupa una superficie de 105.000m2 y constituye el lugar más visitado del parque. Esta fuente natural tiene una anchura de 30 metros y una longitud de 20 de la que surgen tres chorros de aguas cristalinas y transparentes. Alrededor del estanque se construyeron barandillas de piedra para que la gente pudiera contemplar el agua y los peces. Al manantial Baotu, reconocido como el mejor de Jinan, se le considera como su símbolo y es uno de los tres lugares más emblemáticos, junto con la montaña de los Mil Budas y el lago Daming (大明湖, Dà míng hú).
El famoso intelectual Zeng Gong(曾巩) de la dinastía Song (宋, 960-1279) ordenó la construcción del Pabellón Luo Yuan (泺源堂) cuando estaba en Jinan asumiendo un cargo político y fue él quien bautizó a esta fuente con el nombre de Baotu. En chino bao (趵) se refiere a “saltar” y tu (突) “de repente”. En los dos caracteres empleados en este nombre se transmite perfectamente cómo salen los tres chorros de agua de esta fuente día y noche. Los análisis demuestran que el agua de Baotu cumple las normativas nacionales aplicadas al agua potable y se puede consumir directamente. El agua mantiene una temperatura estable alrededor de 18ºC durante todo el año. En pleno invierno la niebla cubre prácticamente toda la superficie como si fuese un manto muy delgado. El profundo estanque refleja las luces y los pabellones suntuosamente ornamentados hacen que los visitantes se sientan como en el paraíso.
Jinan, la ciudad de los manantiales: calle Qushuiting. Foto: 123RF.
Cerca de la fuente Baotu se localizan decenas de manantiales que conforman un conjunto y entre los que destacan Jin Xian (金线泉) y Shu Yu (漱玉泉). El manantial Shu Yu merece una mención especial por su estrecho vínculo con la prestigiosa escritora Li Qingzhao (李清照) de la dinastía Song, cuya vivienda antigua, convertida en una sala conmemorativa en su recuerdo, se ubica al lado de este manantial. Además, a la recopilación de sus obras se le dio el nombre de esta fuente, llamada “La colección de Shu Yu” (漱玉集), un hecho que ha brindado a este lugar un mayor reconocimiento. La puerta sur del parque Baotu, conocida como “la puerta más majestuosa” de todos los jardines tradicionales chinos, ensalza esa majestuosidad mediante elementos decorativos lujosos que, a su vez, están ensalzados por un tablero azul en el cual queda plasmada la siguiente inscripción “趵突泉” (manantial de Baotu), encargada por el emperador Qian Long (乾隆皇帝) de la dinastía Qing (清, 1664-1911). Dicen que, durante su viaje hacia el sur de China, transportó el agua potable directamente desde el manantial Yu Quan (玉泉) de Beijing. Sin embargo, tras probar el agua de Baotu, el emperador tomó la decisión de cambiarla y le concedió el título de “mejor manantial del mundo” a Baotu.
Muchos intelectuales de distintas épocas como Zen Gong (曾巩), Su Shi (苏轼), Yuan Haowen (元好问), Zhao Mengfu (赵孟頫), Pu Songling (蒲松龄), He Shaoji (何绍基), Guo Moruo(郭沫若), Qi Gong (启功) y un largo etcétera, han dejado versos dedicados al manantial Baotu y a los lugares de gran valor histórico que se encuentran a su alrededor. De esta forma contribuyen a mejorar la perspectiva cultural de esta fuente así como a la difusión de Jinan como un excelente destino turístico dentro y fuera de China.
Jinan, la ciudad de los manantiales: casas populares en Jinan. Foto: 123RF.
Publicado originalmente en la Revista Instituto Confucio.
Número 27. Volumen VI. Noviembre de 2014.
Shandong (en chino, 山东; pinyin, Shāndōng; literalmente, ‘al este de la montaña’) es una provincia costera de la República Popular China. Su capital es Jinan. Foto: 123RF.
La provincia de Shandong, la tierra natal de Confucio, es conocida por sus vestigios paleolíticos, su cocina típica, sus playas y fuentes y por la montaña de Taishan, una de las cinco montañas sagradas del Taoísmo.
Taishan (泰山) es una montaña en Shandong, China. Su pico se denomina Emperador de Jade con 1.545 metros de altitud. Foto: 123RF.
Shandong (山东, Shāndōng), literalmente “al este de las montañas”, hace referencia al enclave en el que está situada la provincia, al este de la cadena montañosa Taihang (太行山, Tàiháng shān). Shandong es sinónimo de historia, una especie de museo al aire libre donde encontrar huellas de civilizaciones del paleolítico. Es sinónimo de filosofía, pues en Qufu (曲阜, Qūfù) nació Confucio (孔子, Kǒngzǐ), padre de las virtudes que han influido profundamente en la sociedad china: bondad, rectitud y decoro. Y también Shandong es sinónimo de naturaleza, por ser el lugar donde se encuentra Taishan (泰山, Tàishān), una de las cinco montañas sagradas del Taoísmo, no sólo importante por ser un lugar de peregrinación sino también por la belleza de su paisaje y por su historia. Fue en este paraje donde Qin Shi Huang (秦始皇帝, 259-210 a.C.), el primer emperador de China, informó a los dioses de que había conseguido su propósito de unificar China. Taishan es, junto con el templo y el cementerio de Confucio en Qufu, uno de los mayores atractivos turísticos de la provincia. Los tres han sido declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
El Puente Inmortal en el monte Tai, Shandong. Foto: 123RF.
Situada en la costa este de China, con una extensión de 157.000 km2, la región consta principalmente de dos partes: la zona interior y la península de Shandong. Por el interior, donde se encuentra Taishan, limita con las provincias de Hebei por el norte y el oeste; con Henan (河南, Hénán) por el suroeste; y con Anhui (安徽, Ānhuī) y Jiangsu (江苏, Jiāngsū) por el sur. La península, rica en recursos naturales gracias a sus 2.535 km de costa, está bañada por el Mar de Bohai (渤海, Bó Hăi “mar de Bo”) por el norte y por el Mar Amarillo por el sur. El Río Amarillo (黄河, Huáng Hé), que arrastra la mayor cantidad de sedimentos del mundo, recorre la provincia en dirección noreste, hasta el Mar de Bohai. En sus aguas desemboca formando el conocido delta del Río Amarillo.
Amanecer en el monte Tai. Shandong (en chino, 山东; pinyin, Shāndōng; literalmente, ‘al este de la montaña’) es una provincia costera de la República Popular China. Su capital es Jinan. Foto: 123RF.
El interior de la región tiene un clima continental, con inviernos fríos y veranos secos y calurosos. Sin embargo, la península goza de un clima más moderado por la influencia del mar. Si visitamos Shandong en primavera u otoño podremos disfrutar de temperaturas agradables y bellos paisajes.
Al igual que otras provincias, bañadas por las aguas del Río Amarillo, Shandong es una de las cunas de la civilización china. Debido a la cantidad de vestigios de la antigua China que se han encontrado aquí, recibe el sobrenombre de “museo virtual”. Entre 1981 y 1982 se descubrieron en el condado de Yiyuan (沂源, Yíyuán) restos fósiles de Homo erectus que datan de hace entre 400.000 y 500.000 años. Estos restos son conocidos con el apelativo del “hombre de Yiyuan”.
En el neolítico diferentes culturas se asentaron en esta zona y, entre ellas, destacan las culturas Houli (后李文化), Beixin (北辛文化), Dawenkou (大汶口文化) y Longshan (龙山文化). Merece una especial mención la cultura Longshan (2600-2000 a.C.), famosa por el alto nivel técnico de su delicada cerámica, el uso del torno alfarero, así como por la construcción de asentamientos fortificados.
Orígenes de la escritura china: Área de la cultura de Longshan (3000-2000 antes de cristo).
En el período de las Primaveras y Otoños (春秋时代, Chūnqiū shídài, 770-476 a.C.) Shandong ya se había convertido en centro político y militar. Durante esta época, existían en la zona dos estados: Qi (齐国, Qí guó) en el sureste y Lu (鲁国, Lǔ guó) en el este. El estado de Qi era una gran potencia económica gracias a las exportaciones de seda, pescado y sal a otras partes de China. De esta época data la Gran Muralla de Qi (齐长城, Qí chángchéng), la más antigua de China. El estado de Lu (abreviatura que se utiliza para referirse a Shandong), era una potencia cultural porque en su capital, Qufu, nació Confucio (551-479 a. C.) cuyas doctrinas se convirtieron en uno de los pilares de la cultura y la moral tradicionales chinas. El término Shandong se utilizó por primera vez durante el período de los Reinos Combatientes (战国时代, Zhànguó shídài, 475-221 a.C.) para hacer referencia al área administrativa.
Durante la dinastía Yuan (元, 1271-1368) Beijing se convirtió en la capital, y con esto dejó de ser necesario que el Gran Canal llegara a Kaifeng, la antigua capital de la dinastía Song del Norte. Esta situación fue beneficiosa para Shandong al construirse el canal que lleva su nombre, que unía Beijing y Hangzhou por la costa, acortando así la extensión del Gran Canal. Esta construcción dio un impulso sin precedentes a la economía de la provincia.
Sin embargo, a mediados del siglo XIX, la región se vio severamente afectada por catástrofes naturales. Primero fueron las sequías y después llegaron las terribles inundaciones del Río Amarillo. Esto desencadenó un fuerte movimiento migratorio hacia el noreste de China y a Mongolia Interior.
Shandong no sólo sufrió los estragos de la naturaleza. Desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX vivió un periodo histórico muy convulso. Tras la Guerra Sino-Japonesa (1894-95) los japoneses ocuparon brevemente la provincia. En 1898, tras la rebelión de los Bóxers, la dinastía Qing (清, 1644-1911) firmó un tratado por el que China cedía Qingdao (青岛) a Alemania durante 99 años. De forma similar, Gran Bretaña consiguió el control de la ciudad portuaria de Weihai (威海). Aunque el control de la zona volvió a manos chinas en 1914, un año más tarde Japón ocupó de nuevo la provincia hasta 1922, bajo la amenaza de utilizar la fuerza. Cuando acabó la Segunda Guerra Sino-Japonesa (1937-45), China recuperó finalmente el control de Shandong.
Debido a la cantidad de vestigios de la antigua China que se han encontrado aquí, recibe el sobrenombre de “museo virtual”. Entre 1981 y 1982 se descubrieron en el condado de Yiyuan restos fósiles de Homo erectus que datan de hace entre 400.000 y 500.000 años. Estos restos son conocidos con el apelativo del “hombre de Yiyuan”.
Con la fundación de la República Popular China, en 1949, la situación económica y social de la provincia mejoró considerablemente. El gobierno promovió el desarrollo de la industria y la agricultura, lo que alivió la situación turbulenta que había sufrido esta zona durante los últimos cien años.
En la actualidad es una de las provincias más ricas de China (su PIB creció un 9.6% en 2013), y su desarrollo se sustenta bajo los pilares de la agricultura, la pesca, las exportaciones, la industria, el sector de la alta tecnología y el turismo. Esta afluencia económica contribuye a que sea la segunda provincia más poblada de China, con casi 96 millones de habitantes, sólo por detrás de Henan. El encanto de Shandong no sólo reside en sus paisajes o monumentos históricos sino también en sus habitantes, que son conocidos por su honestidad, hospitalidad, amabilidad, así como por la importancia que otorgan a la familia, a los amigos y a la patria.
Vista del Lago Daming en Jinan, la ciudad de los manantiales, provincia de Shandong. Foto: 123RF.
Jinan, la ciudad de los manantiales
Jinan (济南, Jǐnán), capital de Shandong, con una historia de más de 4.000 años y una población de aproximadamente 7 millones de habitantes, es el centro político, cultural, económico, científico y tecnológico de la provincia. Como su nombre indica, “al sur del Ji”, la ciudad estaba situada al sur del río Ji (cuyo cauce ocupa hoy el Río Amarillo) y al norte de Taishan. Por su peculiar topografía Jinan es conocida como “la ciudad de los manantiales” (泉城, Quánchéng), ya que cuenta con 72 manantiales kársticos en su área urbana. La plaza Ciudad de los Manantiales, en el centro urbano, es un reflejo de cómo Jinan ha sabido combinar modernidad con historia y naturaleza.
Al oeste de la plaza se encuentra el manantial Baotu (趵突泉, Bàotū quán), el más famoso de la ciudad, que significa literalmente “saltar de repente”, puesto que sus chorros pueden llegar hasta los 24 metros de altura. Sus aguas se mantienen a 18ºC durante todo el año. Dicen que una visita a Jinan no está completa hasta que no se prueba el té preparado con las aguas de este manantial. Así, según la leyenda, el emperador Qianlong (乾隆, Qiánlóng, 1711-1799) de la dinastía Qing, quedó deleitado por el sabor del té y afirmó que era “el mejor manantial bajo el cielo” (天下第一泉, Tiānxià dì yī quán).
Lago Daming en Jinan, provincia de Shandong. Foto: 123RF.
En el centro de la ciudad, al noroeste del manantial Baotu, está el lago Daming (大明湖, dà míng hú), uno de los grandes atractivos culturales y paisajísticos de la ciudad, que está formado por agua proveniente de los acuíferos kársticos que forman sus 72 manantiales. Si traducimos el nombre del lago, que literalmente significa “gran lago brillante”, nos dará una pista de la claridad de sus aguas.
La montaña de los Mil Budas (千佛山, Qiānfóshān) se asienta a 258 metros sobre el nivel del mar, al sur de Jinan. En la antigüedad se llamaba monte Li, sin embargo, durante la dinastía Sui (隋, 581-617), se esculpieron muchas estatuas de Buda en sus rocas y se construyó el templo de los Mil Budas, del cual la montaña tomó su nombre actual. Subir a la montaña es disfrutar del paisaje y de las muchas reliquias culturales que la componen.
Qingdao, la Suiza de Oriente
Qingdao (青岛, Qīngdǎo o Tsingdao en su antigua adaptación latina) quiere decir “isla verde” y, aunque la ciudad no es una isla en sí, toma su nombre de una pequeña isla frente a su costa llamada Pequeña Qingdao (小青岛). Situada al sur de la península de Shandong, en la bahía de Jiaozhou (胶州湾, Jiāozhōu wān) y bañada por las aguas del Mar Amarillo, Qingdao es una ciudad llena de encanto donde poder disfrutar de la brisa del mar, sus atractivos paisajes y su deliciosa gastronomía. En sus orígenes, Qingdao era un pueblo de pescadores que, durante la dinastía Qing, se desarrolló como un punto estratégico en la economía de la provincia.
Pabellón octogonal Huilan. Foto: 123RF.
La ciudad resulta familiar para los occidentales y exótica para los orientales por la combinación de estilo chino y arquitectura europea, legado de su pasado como colonia alemana. No en vano, por su arquitectura de casas con tejados rojos y ventanas de madera, combinada con amplios jardines, cielo azul y montañas de vegetación frondosa, Qingdao recibe el sobrenombre de “la Suiza de Oriente”. Uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad es su muelle (栈桥, Zhànqiáo), de 440 metros de largo, que fue construido en 1891 durante la dinastía Qing. Al final del muelle se encuentra el pabellón octogonal Huilan (回澜, Huí lán), mundialmente famoso por ser la imagen de la cerveza local Tsingdao.
Qingdao quiere decir “isla verde” y, aunque la ciudad no es una isla en sí, toma su nombre de una pequeña isla frente a su costa llamada Pequeña Qingdao. Sus playas atraen cada año a una gran cantidad de turistas nacionales y extranjeros.
Las playas de Qingdao atraen cada año a una gran cantidad de turistas nacionales y extranjeros. La más famosa de las seis playas que tiene la ciudad es la Número 1 (第一海水浴场, Dì yī hǎishuǐ yùchǎng), en la bahía de Huiquan (汇泉湾畔, Huì quán wān pàn), de 580 metros de largo y 40 de ancho. Su encanto reside en su arena fina y su idílico enclave, ya que está rodeada de montañas verdes. En verano puede alcanzar los 200.000 bañistas diarios
Cerca de la playa Número 1 se encuentra la popular área de Badaguan (八大关, Bādà guān), ideal para pasear tras un ajetreado día por sus calles de árboles alineados y disfrutar de la belleza de su arquitectura colonial, con más de doscientas villas de estilo europeo. Badaguan significa “ocho grandes pasos” en referencia a los ocho pasos de la Gran Muralla, y por ello sus ocho avenidas originales reciben el nombre de los pasos, como por ejemplo Jiayuguan (嘉峪关, Jiāyùguān) en la provincia de Gansu. Badaguan cuenta en la actualidad con diez avenidas (en 1949 se construyeron dos más) cada una está dedicada a un tipo de árbol en particular, como por ejemplo el ginko, el pino, el melocotonero o el manzano. Por su atractivo arquitectónico y paisajístico ésta es una popular zona para realizar reportajes de boda.
A 30 km al sureste de Qingdao está situado Laoshan (崂山, monte Lao), una de las cunas del Taoísmo que, con 1.133 metros de altura, es la montaña más alta de la costa china. El Templo de la Pureza Suprema (太清宫, Tàiqīng gōng) es el santuario taoísta más grande y antiguo que se conserva en el complejo. Qingdao es una ciudad comprometida con la cultura y el deporte. En 2008 fue la sede de las competiciones de vela de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Beijing. El Centro Nacional de Deportes Acuáticos de Qingdao, construido para albergar dicho evento, ha acogido en 2014 la Copa del Mundo de Vela ISAF.
Ostras fritas. Foto: Confuciomag.
La cocina Lu
La cocina de Shandong o Lu (鲁菜) tiene sus orígenes en la dinastía Qin (秦, 221-207 a.C.), cuando ya se utilizaba la sal como condimento y medio de conservación de los alimentos en la zona. Es una de las cuatro grandes tradiciones culinarias de China (四大菜系) y sus milenarias recetas encandilaron el paladar de los emperadores. La cocina del noreste de China (东北菜, Dōngběi cài) se ha contagiado, en mayor o menor medida, de la influencia de esta tradición.
Pepino de mar. Foto: Confuciomag.
El arte culinario Lu, caracterizado por su sabor salado, el uso de ajo y cebolla para sazonar y la frescura de sus ingredientes, integra dos estilos locales: el de Jinan y el de Jiaodong. El primero se caracteriza por texturas tiernas y crujientes, una densa fragancia y mucho colorido. Abunda el uso de caldos, especialmente el claro y el lechoso, que son la base de muchas de sus recetas, como por ejemplo la famosa “sopa de nido de golondrina” (燕窝, Yànwō). El plato estrella de la cocina de Jinan es, sin duda, la carpa agridulce del Huanghe (糖醋鲤鱼, Tángcù lǐyú).
El estilo de Jiaodong (胶东, península de Shandong), que incluye platos de Qingdao, Yantai y Weihai, se diferencia por sus sabores suaves y el uso de marisco fresco proveniente de sus costas: gambas, almejas, pepinos de mar, orejas de mar y otras exquisiteces. Las ostras fritas (炸蛎黄, Zhàlìhuáng) son una de sus recetas más populares. De las numerosas técnicas de la cocina Lu las más utilizadas son la técnica Bao (爆, Bào), que consiste en freír en aceite muy caliente a fuego fuerte, retirar el aceite y condimentar en la misma sartén; y la técnica Pa (扒, Pá), donde se rebozan y se fríen los ingredientes hasta que estén dorados, para después sazonarlos.
En la lsla del Sol del río Songhua, en Harbin, hay espectáculos para las cuatro estaciones. Foto: 123RF.
La Isla del Sol es una ínsula fluvial en el río Songhua en la ciudad de Harbin. Rodeado de aguas azules, este bellísimo paraje ha sido calificado como de interés turístico y cultural nacional. Se trata de un parque nacional para la preservación del agua además de ser considerado la zona ecológica urbana más grande de China.
La Isla del Sol se encuentra en Harbin, al sur de la provincia de Heilongjiang. Situada entre la zona antigua y la nueva de la ciudad, cuenta con una superficie total de 88 km2 dividida en tres áreas: occidental, central y oriental.
Hay diferentes opiniones sobre el origen de su llamativo nombre. Uno es que “Isla del Sol” ha evolucionado a partir de la palabra manchú que se emplea para referirse al “Megalobrama amblycephala” (un pez de río), ya que ambas mantienen una pronunciación similar. Desde sus inicios, en Manchuria se ha practicado la pesca y la caza y el río Songhua era rico en este tipo de pez. Hay tres nombres en manchú para referirse a este ejemplar: haihua, falu y Taiyian. Este último, en lengua manchú, se asemeja mucho a la forma de pronunciar “sol” en mandarín. Hace mucho tiempo se le añadió “isla”, hasta el día de hoy, que es como se llama esta localización. No obstante, otro posible origen de la nomenclatura se debe a las playas de fina arena de la isla donde el sol se refleja con fuerza.
Lago del Cisne en la Isla del Sol del río Songhua. Foto: 123RF
Las atracciones turísticas más importantes de la isla son el “Lago del Cisne”, las “Cascadas del Sol”, la “Isla de las Ardillas” o el “Pabellón del Agua y del Cielo”. Todas ellas se convirtieron en grandes lugares para el entretenimiento y el ocio familiar, y se generó una enorme expectación entre los habitantes de Harbin.
Pérgolas el parque de la lsla del Sol frente a Harbin, en el río Songhua. Foto: 123RF
A ello hay que sumarle que, durante la década de los años 70, la famosa cantante china Zheng Xulan, compuso en honor de este lugar su canción “En la Isla del Sol”, muy popular en toda China. Su letra habla de los paisajes del lugar que le han dado fama.
Vista de lsla del Sol desde el río Songhua. Foto: 123RF
Tan pronto como los turistas ponen un pie en la isla pueden ver la “Piedra del Sol”, una roca de una forma muy particular situada en la entrada este del parque. Tiene 7’5 m de largo, una profundidad de 2 m, 4’3m de altura y un peso de 150 t. Hay muchas leyendas que gozan de gran aceptación por parte del público sobre esta enorme roca que se yergue imponente en la Isla del Sol. En ella están escritos los tres caracteres que componen el nombre de la isla de la mano de “Zhao Puchu”, una importante personalidad de la sociedad china actual.
Piedra del Sol en en la Isla del Sol frente a Harbin, en el río Songhua. Foto: 123RF
Durante el verano, los árboles arrojan una agradable sombra, las ondas del río besan las orillas y eso hace que la Isla del Sol bien merezca el apelativo de refugio turístico del calor. Turistas y ciudadanos pueden visitar asimismo el “Pabellón del Agua y del Cielo”, que es un edificio con un estilo arquitectónico al gusto europeo. También se puede disfrutar de la “Isla de las Ardillas” para observar estos pequeños animales, que la convierte en la mayor área para la observación, cría y estudio de las ardillas en la provincia de Heilongjiang. También se puede admirar la “Cascada del Sol”, un salto de agua artificial con un área de aproximadamente 1’5 ha, donde se ha construido una gruta.
Aparte de los lugares mencionados, la Isla del Sol también cuenta con atracciones como Luyuan, el “Lago del Cisne”, el “Jardín de las Flores” o el “Museo de Arte de Hielo y Nieve”. La belleza natural de la isla se complementa con sus hermosas y agradables gentes.
En la lsla del Sol del río Songhua, en Harbin, se elebra un festival internacional con esculturas de hielo y nieve. Foto del 11 de enero de 2019, 123RF.
En invierno la Isla del Sol se encuentra totalmente invadida por la nieve y el hielo. Cada año se organiza una Exposición Internacional durante la que se esculpen impresionantes figuras utilizando nieve o hielo. Se pueden contemplar dragones volando, paisajes naturales, reproducciones de edificios reales, entre otras opciones tan variadas que no se sabe muy bien dónde elegir la mejor. Además, las estatuas son tan gigantes como realistas y verosímiles, por eso se le ha puesto el nombre de Gran Festival Mundial sobre hielo y nieve.
La belleza de la Isla del Sol reside, sin duda, en la ilimitada visión que ofrece de la naturaleza, pero también en el diferente estilo de sus edificios y en la íntima relación creada entre las personas y la naturaleza. Por eso, si no se visita la Isla del Sol es como si no se hubiera estado en Harbin.
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