Complejo de Hongyadong en la forma de un gran edificio antiguo. En el interior, hay tiendas, restaurantes, hoteles, tiendas de souvenirs, etc. Y buen mirador. Foto: 123RF.

Debido a las limitaciones geográficas, la mayoría de los edificios de Chongqing se construyen al lado del agua o en laderas empinadas. Entre estas viviendas destaca la casa en saledizo, una edificación civil impregnada de las características tradicionales de la zona.

Un reportaje de
Li Qiushi
李秋实
Si los tradicionales sìhéyuàn (四合院, casas que rodean un patio cuadrado) de Beijing representan el carácter generoso, liberal y estable de los pekineses, y las viviendas urbanas shíkùmén (石库门) de Shanghái coinciden con la mentalidad abierta y perspicaz de sus habitantes, los diàojiǎolóu (吊脚楼, casas en saledizo sobre el agua) de Chongqing son un buen ejemplo de la inteligencia y la resistencia de los ciudadanos de esa gran urbe.

Casas tradicionales de Chongqing, China en el distrito tradicional de Hongyadong. Foto: 123RF.
Casas tradicionales de Chongqing, China en el distrito tradicional de Hongyadong. Foto: 123RF.

Chongqing destaca por su dilatada historia como capital del estado de Ba (巴国), hace unos tres mil años. Más tarde, durante la dinastía Sui (581-618) la ciudad cambió su nombre al de Yuzhou y, de nuevo, al de Gongzhou durante la dinastía Song (960-1279). En 1189, el emperador Guangzong (光宗, 1147-1200) para conmemorar dos acontecimientos importantes, le puso el nombre definitivo de Chong-qing (重庆), que significa “doble felicidad”.

Esta urbe, al estar ubicada en una península, está comunicada por tierra únicamente por el oeste y rodeada de agua por los demás lados, además, su terreno montañoso hace que su superficie tenga un desnivel de hasta 120 metros de altura dependiendo de la zona, constituyendo una orografía única en China. Eso hace que las calles de Chongqing asciendan y desciendan continuamente siguiendo los caprichos geográficos de la montaña donde se haya, al igual que lo hacen sus rascacielos y edificios emblemáticos. Así, se podría afirmar que la ciudad está completamente integrada en la montaña y en su entorno natural. Al mismo tiempo, las miles de escaleras repartidas por todas partes asemejan las teclas de un inmenso piano tocadas por los habitantes de esta ciudad, auténticos protagonistas de una pieza musical interminable que comenzó en la antigüedad y perdura hasta nuestros días, desde el amanecer hasta el anochecer.

El paisaje de la ciudad de chongqing. Foto: 123RF.
El paisaje de la ciudad de chongqing. Foto: 123RF.

Debido a las limitaciones geográficas, la mayoría de los edificios se construyen al lado del agua o en laderas empinadas. Entre estas viviendas destaca la casa en saledizo, una edificación civil impregnada de las características tradicionales de la zona.

Estas casas, principalmente construidas a la orilla del río, cerca de la montaña, aprovechan al máximo los espacios y las condiciones montañosas recurriendo a materiales de construcción como la madera y el bambú. Todos los edificios con forma de casa individual sin muro de carga, se ven desde fuera como si estuvieran inclinados, mientras que los que tienen forma de casas adosadas, presentan un aspecto mucho más sólido y firme. Este estilo de construcción ocupa menos terreno. Asimismo, las paredes de estas viviendas utilizan prioritariamente bambú cubierto de barro en vez de ladrillos o piedras. Para aligerar el peso y la sobrecarga de los pilares se recurre a las tejas pequeñas. Lo curioso de estas casas es que debido a que las laderas se inclinan cada vez más hacia atrás, ganan espacio a medida que sube la altura, precisamente al contrario de lo que ocurre con las construcciones normales.

Chongqing: Zona turística de la cueva Hongya en el distrito de Yuzhong. Foto: 123RF.
Chongqing: Zona turística de la cueva Hongya en el distrito de Yuzhong. Foto: 123RF.

En realidad este tipo de construcciones, utilizadas como viviendas, a pesar de que no son efectivas contra las inundaciones, el fuego ni los insectos, han sido los hogares de los habitantes de Chongqing y alrededores desde hace miles de años. Aunque las inundaciones sumergían los edificios, los desprendimientos de las laderas sepultaban las casas bajo el barro y entraba el agua de las tormentas, no impide el esfuerzo y la insistencia de sus ocupantes, quienes siempre han intentado mejorar y fortalecer sus viviendas. Hoy en día, estas casas se han convertido en un símbolo histórico, y representan la inteligencia y el coraje que aplican los ciudadanos en la exploración y en el aprovechamiento de su entorno natural.

En la actualidad, es casi imposible encontrar dentro de la ciudad una de estas casas en saledizo original, únicamente se las puede localizar en las afueras. Como consecuencia de los años, muchas de estas viviendas de bambú o madera están en peligro, otras han sido destruidas o rehabilitadas con ladrillo. Antiguamente, las orillas del río estaban repletas de estas viviendas, pero ahora numerosos edificios modernos las han reemplazado, como ha ocurrido en el centro de Chongqing. La única casa conservada que existe en el barrio de Hongyandong, es todo un reclamo turístico.

Linternas de papel chinas colgando del edificio dentro de un complejo comercial en la ciudad de Chongqing. Foto: 123RF.
Linternas de papel chinas colgando del edificio dentro de un complejo comercial en la ciudad de Chongqing. Foto: 123RF.

La gente de Chongqing suele decir que los que no han contemplado la ciudad de noche no han podido ver lo maravilloso de esta megalópolis. Al anochecer, las luces encendidas de los edificios situados en distintas alturas resplandecen y se integran en el entorno natural. Los barcos decorados con luces brillan en el río y parecen estrellas repartidas en el cielo. Situada en la desembocadura de dos ríos, Chongqing presenta momentos nocturnos únicos gracias a la desigualdad en altura de la ciudad y a los edificios construidos al lado de la montaña y en las orillas de los ríos, por supuesto entre los cuales están las casas en saledizo sobre el agua.

El paisaje de la ciudad de chongqing. Foto: 123RF.
El paisaje de la ciudad de chongqing. Foto: 123RF.

Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.
Número 17. Volumen II. Marzo de 2013.

Una bola de Xiuqiu es el símbolo de amor de la etnia Zhuang. Tiene el tamaño de un puño y está lleno de semillas. Fotomontaje: Javier Pérez.

El «xiùqiú» (绣球) es un amuleto chino muy popular que representa la suerte y la fortuna, consiste en una bola multicolor bordada a mano, tiene un tamaño parecido al de un puño y está relleno de semillas. Antiguamente existía la costumbre en China de buscar pareja mediante el lanzamiento de un xiuqiu.

Artículo de
Zhou Fuqin 
周福芹
El xiùqiú (绣球), amuleto chino muy popular que representa la suerte y la fortuna, consiste en una bola multicolor bordada a mano generalmente por las chicas. Además de presentarse en formas de elipse, cuadrado o rombo, la bola recurre mayoritariamente a la forma redonda, tiene un tamaño parecido al de un puño y está relleno de semillas, asimismo sobre los dos extremos opuestos de la bola se colocan respectivamente una cinta coloreada y un colgante rojo.

Una bola de Xiuqiu. Fotomontaje: javier Pérez.
Una bola de Xiuqiu. Fotomontaje: Javier Pérez.

Teniendo en cuenta que dicha bola es la prueba de amor entre los chicos y las chicas jóvenes de la etnia zhuang y, a su vez, tiene muy buena acogida gracias a sus connotaciones auspiciosas, el xiuqiu se ha convertido en un artículo artesanal característico de la provincia autónoma Zhuang de Guangxi. Sus características son el color rojo, el amarillo y el verde como tonalidades esenciales, y está hecho de doce pétalos bordados con flores de ciruelo, orquídeas, crisantemos, bambú, golondrinas, dragones y aves fénix. Las bolas se rellenan de semillas de cereales, de algodón o de alubias de soja a fin de, por un lado, aumentar el peso para facilitar su posterior lanzamiento y, por el otro, consolidar y profundizar los matices de amor o buena cosecha.

Además en Guangxi tienen otra variedad de bola conocida como duìxiù xiùqiú y realizada a mano por artesanos siguiendo la técnica tradicional llamada precisamente duìxiù. Su estructura compleja y peculiar, el material con el que está hecho y su producción manual, junto con un acabado fino y los colores vivos hacen que esta bola sea única y goce de un gran prestigio en todo el mundo. Para la elaboración de un xiuqiu normal se utiliza un cabo de hilo para bordar los dibujos sobre cada cara de la bola, mientras que un duixiu xiuqiu de calidad superior recurre al doble cabo de hilo para resaltar la complejidad y el refinamiento de los patrones, cuyos perfiles están muy bien definidos hasta tal punto de dar la sensación de que los objetos están vivos.

El juego de lanzar la bola tiene lugar principalmente durante el Año Nuevo Chino o durante el Festival de las Canciones del 3 de marzo, el cual coincide con el período de la siembra primaveral. El hecho de rellenar el xiuqiu con semillas de cereales manifiesta la aspiración de logar una buena cosecha; asimismo tiene la connotación de fecundidad, siendo testigo del amor entre las parejas.

Antiguamente existía la costumbre de buscar pareja mediante el lanzamiento de un xiuqiu. Cuando las chicas tenían edad para casarse, los padres acordaban un día (por lo general el 15 de enero o el 15 de agosto del calendario lunar) para reunir bajo su balcón a los solteros interesados. Cuando la joven estaba arreglada, salía y saludaba a todos los presentes, y lanzaba una bola de colores a los chicos aspirantes a casarse con ella. Quien la conseguía, podía proponerle matrimonio. Por lo general, las chicas se fijaban antes en el chico que le gustaba e intentaban lanzar la bola hacia él para que pudiera recogerla con más facilitad.

Además, dicho lanzamiento de bolas, como actividad con una dilatada tradición, forma parte también del Festival Gexu, una celebración típica de la etnia zhuang de esta zona que incluye también la actuación de canciones fol-klóricas y tiene lugar durante los días festivos más importantes de cada año, tales como el Año Nuevo Chino, el 3 de marzo o durante la Fiesta de la Luna.

Los invitados, en este caso chicos y chicas jóvenes, acuden a los campos o a las orillas del río y se dividen en grupos por sexos. Con una distancia marcada entre ellos, comienzan a cantar uno tras otro para saludar y profundizar en el conocimiento mutuo a través de las canciones. Las letras pueden englobar muchos aspectos: desde la vida cuotidiana, los sentimientos, hasta las actividades agrícolas. Desde un lado se lanza una pregunta y el otro da la respuesta de manera espontánea y adecuada. Las voces aparecen sucesivamente y suenan muy agradables y melodiosas. Durante el canto, las chicas lanzan las bolas hacia los chicos del otro lado, quienes las cogen, las aprecian en la mano un rato y se las devuelven con una gran sonrisa. Esta forma de lanzamiento se llama “tirada colectiva o de trato social”, y consiste en que tanto las chicas como los chicos pueden tirar la bola a cualquiera del otro lado, mientras que existe otra variedad conocida como “tirada exclusiva” en la que después de los contactos preliminares y de que ambos estén interesados en seguir conociéndose, la chica saca del bolsillo un xiuqiu elaborado por ella misma y se lo lanza a un chico en concreto para que se lo quede como señal de buena impresión. Si el chico está de acuerdo, puede aportar la bola como prueba y mandar a una casamentera a pedirle en matrimonio. Esta celebración, con canciones y lanzamiento de bolas, puede durar hasta la noche o incluso la madrugada.

Esta tradición se remonta a la dinastía Tang (唐, 618-907) o Song (宋, 960-1279) y hoy en día aún se conserva en las comarcas de Guangxi, tales como en Baise, Liuzhou, Nanning, Hechi, etc. Entre todas, destaca la celebrada en Jingxi, por su prestigio y número de participantes.

El Xiuqiu es el símbolo del amor de la etnia Zhuang . Foto: 123RF
El Xiuqiu es el símbolo del amor de la etnia Zhuang . Foto: 123RF

Existe un xiuqiu gigantesco fabricado en Guangxi que forma parte de la colección del Museo Nacional de Etnias de Japón. Además, para celebrar la transferencia de las soberanías de Hong Kong y Macao a China en 1997 y 1999 se encargaron dos bolas de 1,97 y 2 metros de diámetro respectivamente y otra de más de dos metros para la cumbre China-ANSA (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático).

En la actualidad, el xiuqiu de Guang-xi ha penetrado en la sociedad china y se emplea para regalar entre amigos y familiares, como adornos para el hogar o para hacer obsequios en el ámbito diplomático, convirtiéndose de hecho en un embajador que difunde la cultura china y en una plataforma para la difusión del amor, la amistad y los nexos familiares.

En determinadas zonas del Sudeste Asiático como Vietnam, Birmania y Tailandia, o incluso en México, también tienen la tradición de elaborar estas bolas y regalarlas a los familiares o amigos como amuleto de la buena suerte. No obstante, el xiuqiu mexicano tiene un tamaño más reducido con solo seis pétalos y se presenta igualmente de colores múltiples. Durante los festivos importantes o la llegada de huéspedes distinguidos, los mexicanos, que destacan por su hospitalidad, suelen regalar a los mayores o a los invitados una bola similar al xiuqiu como símbolo de suerte. Los tailandeses consideran el xiuqiu como representante de Buda, un amuleto que se lleva diariamente para fortalecer la salud y protegerse de las influencias negativas.


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Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.
Número 21. Volumen VI. Noviembre de 2013.

La firma de Bada Shanren, uno de los grandes maestros de la pintura con tinta china. Fotomontaje a partir de una foto de 123RF y la firma del maestro de Wikipedia.

La pintura a la tinta china negra en la historia es el máximo representante de la pintura tradicional china. Para realizar obras en esta forma artística se utiliza la tinta china negra como el pigmento principal –único en China-, el agua para diluir la tinta y controlar las concentraciones de la tinta, y el papel de arroz (xuānzhĭ, ) como el soporte. Como aperitivo para el vocabulario, este tipo de pintura se denomina shuĭmòhuà (水墨画), literalmente “pintura al agua y tinta”.

Artículo de
Sun Hongwei
孙洪威
La pintura a la tinta china negra es una rama de la pintura china clásica, y desde hace muchos años, se ha considerado como el máximo representante de la pintura china y una de las técnicas pictóricas que mejor reflejan el espíritu artístico de la pintura tradicional china. Para realizar obras en esta forma artística, se utiliza la tinta china negra como el pigmento principal –único en China-, el agua para diluir la tinta y controlar las concentraciones de la tinta, y el papel de arroz (xuānzhĭ, 宣纸) como el soporte. Por lo tanto, este tipo de pintura se denomina como shuĭmòhuà (水墨画), literalmente “pintura al agua y tinta”. Apenas se necesita aplicar otros colores, basta con la tinta negra diluida en el agua para producir el color negro y diferentes tontos de gris. Normalmente, en función de la carga de agua, la tinta se puede clasificar en tinta concentrada, tinta diluida, tinta seca, tinta húmeda, tinta quemada (muy concentrada), etc. De ahí que la variación del uso de la tinta pueda representar el cambio de claroscuros, entre el negro, el blanco y los grises, expresando sencillez, elegancia, frescura y un atractivo singular que solo la tinta posee.

Pintura con tinta china: pinceles y tampón también para caligrafía. Foto: 123RF
Pintura con tinta china, historia y vocabulario: pinceles máobĭ (毛笔) y tampón, también para caligrafía. Foto: 123RF

Para los observadores, la pintura a la tinta negra es la integración de la belleza de la caligrafía y la representación sutil y magnífica del paisaje natural, simbolizando la aspiración espiritual, que es misteriosa y encantadora.

Wang Wei y el arte del silencio

Historia

Según dicen, la pintura a la tinta china negra surgió en la dinastía Tang (618-907), tomó forma durante las Cinco Dinastías (907-960) y floreció a lo largo de las dinastías Song (960-1279) y Yuan (1279-1378). Se cree que el poeta Wang Wei (王维) de la dinastía Tang (907-960) es el fundador de esta pintura porque antes de él las pinturas chinas presentaban una gran variedad de colores. Bajo la influencia del taoísmo y el budismo e inspirado por el arte de la caligrafía, Wang Wei creó la pintura a la tinta negra. Sin embargo, en la actualidad apenas se encuentran obras originales de este pintor. El arroyo en la nieve (Xuěxītú) es una copia de su obra realizada durante la dinastía Song del Norte (960-1127) y está considerada como la pieza que mejor supo captar el estilo artístico de Wang Wei. El paisaje del arroyo bajo la nieve en las afueras, de aspecto casi real, se creó empleando únicamente tinta negra, pero lo que exhibe es un mundo puro y eterno. A partir de él, la pintura a la tinta negra ganó cada vez mayor popularidad hasta que se convirtió en una técnica primaria de la pintura china clásica, superando otras formas pictóricas de la época.

Pintura a la tinta china: Los pinceles. Foto: 123RF.
Pintura a la tinta china, historia y vocabulario. El pincel lángháo (狼毫) es de pelo duro, normalmente de comadreja siberiana. El pincel yángháo (羊毫) es de pelo blando de cabra. Foto: 123RF.

La formación y el desarrollo de la técnica de la pintura con tinta negra dependen mucho de las herramientas y los materiales empleados. El pincel, la tinta, el papel y el tintero, llamados los “cuatros tesoros de la cámara del letrado”, son las herramientas indispensables para la elaboración de estas pinturas.

Vocabulario

El pincel se llama máobĭ (毛笔) en chino y existen tres tipos: pinceles de pelo duro, pinceles de pelo suave y los de pelo mixto. Los lángháo (狼毫) son pinceles de pelo duro que normalmente se elaboran del pelaje de la comadreja siberiana (huángshŭláng o 黄鼠狼). Mientras, los yángháo (羊毫) son pinceles de pelo suave que la mayoría confeccionados con pelo de cabra. Y los de pelo mixto, el jiānháo (兼毫), normalmente llevan más de dos tipos de pelo. Los pinceles lángháo son más resistentes, mientras que los yángháo son más suaves y flexibles, por su parte, los de pelo mixto tienen una textura suave y firme. Los mejores pinceles chinos son los húbĭ (湖笔), que se fabrican en Huzhou, provincia de Zhejiang.

La tinta también es un elemento fundamental para la pintura y viene en barritas sólidas. Una buena tinta tiene un color puro y lustroso, su tonalidad no pierde la intensidad con el tiempo, y sirve tanto para caligrafía como para pintura. En la antigüedad, la tinta producida en Huizhou (徽州, ahora correspondería a la parte sur de la provincia de Anhui) era la favorita de los literatos, así pues Huīmò (徽墨, tinta de Huizhou) tiene la reputación de “Jīnbú huàn” (金不换, significa que vale más que el oro). Hoy en día, se produce todavía en este lugar tinta líquida que también funciona bien para la pintura. El papel, uno de “los cuatro tesoros”, se refiere al papel de arroz producido en Xuanzhou (宣州, provincia de Anhui). Shēngxuān (生宣, papel crudo de arroz) es un papel que no ha sido procesado en el agua de alumbre y destaca por su capacidad de absorber líquidos. Su característica hace posible una gran variación de pinceladas de tinta sobre el papel. Por lo tanto, para la pintura a la tinta negra se prefiere el shēngxuān. El tintero (yàn o 砚), que también se llama piedra de tinta o laja (yàntái o 砚台), sirve para moler la barrita de tinta y mezclarla con el agua, obteniendo un caldo homogéneo y fino, que facilita la escritura y la pintura. El tintero más famoso es el Duānyàn (端砚), fabricados en Duanxi (端溪), en la ciudad de Zhaoqing, provincia de Guangdong.

La pintura a la tinta china, su historia y su vocabulario tienen sus propias características, haciendo hincapié en revelar el espíritu a través de la forma física y en buscar la belleza sutil entre lo real y lo no real.

Xie He (escritor chino de siglo V) en su libro Gǔhuà Pǐnlù (《古画品录》, El registro de la clasificación de los antiguos pintores) enunció “los seis principios fundamentales” para la pintura, con “la resonancia espiritual o la vitalidad” en primer lugar. Este principio se convirtió en la característica esencial para la pintura china, indicando que la transmisión del interés y del espíritu que el objeto despierta en el artista es muchísimo más importante que retratar la imagen real. En comparación con la pintura occidental que presta mucha atención a la perspectiva realista, la pintura china es muy diferente por su enfoque en la vitalidad y en la interpretación artística del objeto. Es decir, para la pintura china, lo que sugiere la obra es más importante que lo que retrata. Los artistas de pintura china no deben limitarse en visualizar el objeto real, pero tienen que captar el alma del objeto con el “corazón” y transmitirlo.

Pintura a la tinta chna: el maestro Zheng Xie, también llamado Zheng Ban Quiao. Foto: Wikipedia.
Pintura a la tinta china, historia y vocabulario: el maestro Zheng Xie, también llamado Zheng Banquiao. Foto: Wikipedia.

Por lo tanto, muchas obras con la tinta china negra suelen representar un espacio imaginario, esforzándose en mostrar un mundo espiritual. Por ejemplo, en Pescando solo en el río frío (《寒江独钓图》) de Ma Yuan (马远,pintor de la dinastía Song, 960-1279), la imagen es muy sencilla, pero el mensaje que se transmite es muy rico. En una noche silenciosa, bajo la luz pálida de la luna, la superficie del río está vacía salvo por una barca pequeña, donde una persona aguanta una caña, concentrado en el agua tranquilo. La parte trasera de la barca está ligeramente inclinada hacia arriba, y al lado la superficie del agua se riza ligeramente. Da la sensación de que la barca se mueve suavemente con la corriente del agua. Esta obra pretende representar una esfera espiritual, extraordinaria y pura: en plena noche silenciosa, se siente la soledad a través de la luz fría de la luna, de la única embarcación en el río y de la persona solitaria, sin embargo el dueño de la barca parece que está disfrutando de este mundo tranquilo y relajante, y lo tiene todo para él. Aparentemente, la obra no se trata de pescar, pero de la alucinación del ambiente espiritual.

Pintura a la tinta chna: caligrafía de Zheng Ban Quiao. Foto: Wikipedia.
Pintura a la tinta china, historia y vocabulario: caligrafía de Zheng Ban Quiao. Foto: Wikipedia.

Aproximadamente entre el siglo X y el siglo XIV, la pintura con la tinta china negra entra en su periodo de más desarrollo. Con las técnicas de la pintura con tinta china negra, los pintores llevaron a la pintura china al florecimiento, especialmente en la creación de pinturas paisajísticas. Durante este periodo, surgió una gran cantidad de maestros paisajistas con tinta china negra, como Dong Yuan (董源), Ju Ran (巨然), Fan Kuan (范宽), Li Cheng (李成), Guo Xi (郭熙), etc. Así, El principio de la primavera de Guo Xi es representativa de las obras pictóricas de la dinastía Song. Es una pintura que personifica las características estacionales al principio de la primavera, simbolizando que todo empieza a brotar. La obra muestra de una forma muy expresiva un mundo en blanco y negro. Con la luz que sale desde los pies de las montañas y los grises gradados, la imagen da un efecto impresionante e irresistible.

Pintura a la tinta china, historia y vocabulario: firma de Bada Shanren, uno de los grandes maestros de la pintura a tinta. Gráfico de Javier Pérez.
Pintura a la tinta china, historia y vocabulario: firma de Bada Shanren, uno de los grandes maestros de la pintura a tinta. Gráfico de Javier Pérez.

En comparación con los pintores de las dinastías Song y Yuan (1271-1368) que destacaron la grandeza del paisaje, a partir de las dinastías Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911), los pintores preferían marcar las obras con su propia personalidad, como Bada Shanren (八大山人) y Zheng Banqiao (郑板桥). Ellos se centran en la libre expresión en su obra, dotándola con un sentimiento más personal. Bada Shanren es un calígrafo y pintor de finales de la dinastía Ming y comienzos de la dinastía Qing, que incorporó hábilmente la caligrafía a la pintura. Sólo con unas pinceladas rápidas, este maestro podía dejar un pájaro vivo sobre el papel. Zheng Banqiao era un pintor de los mediados de la dinastía Qing, es un maestro en pintar la magnolia, el bambú y la piedra. En su obra de tinta negra titulada Bambú, se siente fuertemente la frescura y la espontaneidad. Qi Baishi es un pintor maestro del siglo XX, y las principales influencias de sus obras proceden de Bada Shanren, Zheng Banqiao y otros antiguos pintores. Sus obras de tinta china negra tienen un encanto de vivacidad. En sus pinturas de gambas, su tema favorito, se suelen ver sólo unos camarontes y un gran espacio en blanco, pero lo que sienten los observadores es que el papel está lleno de agua y las gambas están vivas en ella.

En el siglo XXI, la pintura de tinta china negra ha superado las técnicas tradicionales y ha integrado los elementos pictóricos de la pintura occidental para demostrar su encanto a todo el mundo.

tinta china negra
Obra El principio de la primavera de Guo Xi.

Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.
Número 17. Volumen II. Marzo de 2013.

Wing Chun: movimiento de kung-fu.Foto: 123RF

El Wing Chun es una forma de kungfú cuyo principal impulsor fue el maestro Foshan Ip Man (1893-1972).

Reportaje de
Joan Ramon Armadàs
何维柯
Ip Man enseñaba a todos sus estudiantes de manera diferente. Su manera de enseñar dependía de la habilidad natural de sus alumnnos y su personalidad. Ip Man comprendía así cómo el Wing Chun se adaptaría mejor a cada uno de ellos. Su discípulo más célebre fue el artista Bruce Lee.

El Wing Chun, el kungfú , Bruce Lee e Ip Man

La internacionalización del kungfú es en gran parte atribuible a un hombre convertido hoy en un símbolo: Bruce Lee. Él llevo el kungfú a lo más alto y todavía hoy se recuerda y reivindica su legado. Pero este actor creador de la variante del Jeet Kun Do fue tallado por un hombre y un arte marcial anterior: su maestro Ip Man. Foshan Ip Man fue el gran maestro y virtuoso de la disciplina del Wing Chun. Él y Bruce Lee son el origen de este auge mundial que puso Hong Kong y Cantón (Guandong) en un sitio destacado en el mapa del mundo.   

Wing chun: Ip Man y Bruce Lee cuando tenía 18 años. Foto: Wikipedia.
Wing chun: Ip Man y Bruce Lee cuando tenía 18 años. Foto: Wikipedia.

El origen del Wing Chun

Nadie duda que Ip Man es el hombre que llevó el Wing Chun a lo más alto. Pero esta forma de kungfú cuyo nombre significa en cantonés «admirar la bella primavera»  nació a finales del siglo XIX. El mismo Ip Man contaba al explicar el origen del Wing Chun que los albores de esta disciplina se debían buscar en la figura de dos mujeres. Estas fueron la vendedora de tofu Yim Wing Chun y la monja shaolin Ng Mui. Para limitar el desarrollo del templo Shaolin del sur, el gobierno de la dinastía Qing quemó diversos centros de culto budista forzando a maestros y alumnos a dejar la provincia de Henan, cuna del kungfú Shaolín. Cuenta la leyenda que, cerca del  monte de Tai Leung, la joven y bella Yim iba a ser forzada a casarse contra su voluntad. Asustada y contrariada ante esta imposición buscó la ayuda de la Ng Mui, una de les supervivientes del ataque a los templos budistas de Henan. La monja le enseñó a defenderse basando su técnica en la observación de las luchas entre las serpientes y las grullas. Después de este entrenamiento, Yim Wing Chun retó a su pretendiente a luchar contra ella ligando su futuro matrimonio al resultado de la batalla de manera que si ella ganaba quedaría libre de dicho compromiso. Yim, obviamente ganó, y pudo casarse con su verdadero amor, el comerciante de sal Leung Bok-Chau. 

Wing chun: esquema del palo de entrenamiento llamado «wooden dummy». Fuente: Wikipedia.
Wing chun: esquema del palo de entrenamiento llamado «wooden dummy». Fuente: Wikipedia.

Esta bonita historia es, sin embargo, solo una lejana aproximación al verdadero despertar del Wing Chun que no llega hasta ya entrado el siglo XX de la mano del maestro de Foshan Ip Man. Cuando Yip empezó a enseñar artes marciales en Foshan ya había vivido en la gran Hong Kong una temporada. Allí observó que las artes marciales tomaban diferentes formas y las distintas escuelas competían para ser consideradas la mejor opción para aprender kungfú. Pero en su tierra natal no fundó una escuela sino que, como era tradición en el kungfú shaolín, traspasó sus conocimientos a unos pocos discípulos. Pero eran tiempos agitados. La invasión japonesa y la guerra civil china obligaron a Ip Man a dejar Foshan y volver a Hong Kong donde sí que fundaría su escuela de artes marciales enseñando las técnicas del Wing Chun que aún hoy son practicadas en todos los continentes. Al principio su negocio no fue demasiado próspero. En la gran ciudad había mucha competencia y no era fácil sobresalir en un entorno en el cual había grandes escuelas ya arraigadas al territorio con experimentados e incluso famosos maestros. Pero dos hechos dieron a las lecciones de este cantonés el empujón para convertirse en leyenda. El primero es su el trato que daba a sus pupilos. Ip Man enseñaba a todos sus estudiantes de manera diferente, dependiendo de su habilidad natural, la personalidad y la comprensión de cómo sentía que el Wing Chun se adaptaría mejor a ellos. Su alumno estrella Bruce Lee inmortalizaría este concepto en la famosa frase “Be water my friend / Sé agua, amigo mío”. En el fondo el actor utiliza esta metáfora para definir uno de los conceptos básicos de ese Wing Chun. Es mejor no tener forma definida (adaptarse a las circunstancias). Así, el agua tiene forma de botella cuando entra en una botella y forma de tetera cuando está en una tetera. Siendo como el agua fluiremos y lograremos adecuarnos a las adversidades que vendrán. En conclusión, no hay una enseñanza válida universalmente pues cada persona debe utilizar las artes marciales según sus características y potencial. 

La esencia del Wing Chun

La segunda causa del éxito de Ip Man fue su método de entrenamiento. El maestro Ip no enseñaba la efectividad cortoplacista de los golpes. Prefería un entrenamiento con lentitud, paciencia y perseverancia. Antes de enseñar un golpe letal hacía practicar a sus alumnos el mismo movimiento lentamente centenares de veces. Este hecho hizo que muchos de sus discípulos lo abandonaran. Esperaban resultados rápidos. Pero la templanza y el dominio del equilibrio eran conceptos claves para el maestro. Hay que controlarse a uno mismo para poder controlar el rival. La impaciencia lleva al descontrol y a un uso inadecuado de la fuerza. Otra de las célebres aportaciones de Ip Man a las artes marciales fue el uso del maniquí de madera. Un simple tronco con extremidades artificiales era suficiente para ensayar y poner en práctica los movimientos aprendidos. El tronco conduce a la concentración y equilibrio necesarios a la vez que permite desarrollar los movimientos de las manos en contacto con las tres extremidades superiores del maniquí. Finalmente Ip Man fue reconocido y admirado en Hong Kong entre los grandes del kungfú. A pesar de ello su idea de poner paz entre las escuelas de kungfú del norte y el sur de China y unirlas sin que determinado estilo sea el ganador fracasó. A principios de diciembre del año 1972 murió a los 79 años afectado por un cáncer de garganta poco antes de la muerte que su aventajado alumno Bruce Lee. Este ya sabía lo que era el cine pero hemos tenido que esperar algunas décadas para que el séptimo arte tratara a Ip Man como se merecía. En el año 2008 el popular actor Donnie Yen se puso en la piel del maestro en una película que fue un éxito en China y en todo el mundo y que tendría su secuela en el año 2010. El mismo actor ha confirmado ya su implicación en una tercera parte que se estrenará en 2015. También el director Wong Kar Wai ha basado su reciente obra The Grandmaster en la figura de Ip Man. En esta ocasión Tony Leung y la actriz Zhang Ziyi llevan el peso interpretativo en una obra más intimista alejada de las superproducciones de acción.

wing chun
Escenas y cartel de la película Ip Man 2.

El legado

La disciplina de Ip Man, como hemos dicho, ha llegado muy lejos. En el fondo, tanto en el Wing Chun como, por ejemplo, el kungfú shaolín del que de alguna manera bebe la paz interior y la concentración de raíz budista son conceptos básicos. Es por esta razón que a lo largo de la historia los mejores en este terreno han sido monjes o han aprendido de ellos. Siendo consciente de nuestro cuerpo y de lo que lo rodea, comprendiendo qué somos y contemplamos donde estamos, maximizamos nuestra potencial. Y si combinamos esta observación con disciplina y una técnica aprendidas con el debido esfuerzo lograremos sobresalir en las artes marciales. De hecho, el Wing Chun es para muchos una manera de vivir y entender la vida. Algo que no solo sale a la luz en determinado momento de lucha sino que viaja contigo a todas horas y en todo momento. Y no nos debe resultar extraño. A nadie le parece raro que pintores como Dalí o Picasso dedicaran su vida a pintar. Pues maestros como Ip Man y tantos otros eran, de una manera distinta, también artistas. Eran artistas marciales.

wing chun
Un grupo de niños aprenden Wing Chun en una academia.

Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.
Número 23. Volumen II. Marzo de 2014.

Beijing es Pekín: el Templo del Cielo en la capital China. Foto: 123RF.

Beijing es Pekín. La capital de la República Popular de China ha sido conocida en Occidente como Pekín hasta hace unos años que recuperó su nombre original. Es el resumen de razas, cultura e historia en Asia del país más poblado de la tierra.

Beijing es Pekín: mercado de alimentos de Donghuamen. Foto: 123RF.
Beijing es Pekín: mercado de alimentos de Donghuamen. Foto: 123RF.

Reportaje de
José Vicente Castelló 
何维柯
Beijing es Pekín. Beijing significa literalmente “la capital del Norte” –běi, norte, jīng, capital- y demuestra su poder frente a Shanghai como centro económico y cultural de China. Ambas ciudades han sufrido en los últimos años la mayor transformación urbanística, social, comercial y humana que se haya experimentado recientemente en una urbe del planeta.

Beijing es Pekín, el resumen de lo chino

Es la ciudad-hogar de burócratas, altos cargos militares, hombres de negocios, nuevos ricos, diplomáticos de todo el mundo, estudiantes, artistas y gente corriente. Beijing es el crisol donde convergen el idioma oficial chino mandarín con los dialectos de las 56 nacionalidades que habitan en todo el país. Es sede de diversas religiones —budismo, confucionismo, taoísmo, cristianismo e islamismo— y amparo de múltiples escuelas de pensamiento. Si buscamos inspiración para el desarrollo personal de tàijíquán, gōngfū, qìgōng o fēngshuǐ estamos en el sitio correcto. Las calles de Beijing son el resumen lo auténticamente chino.

Beijing es Pekín: turistas en Qianmen, donde está la puerta en la histórica muralla de la ciudad de Beijing. Ubicado al sur de la Plaza de Tiananmen en Beijing. Foto: 123RF.
Beijing es Pekín: turistas en Qianmen, donde está la puerta en la histórica muralla de la ciudad de Beijing. Ubicado al sur de la Plaza de Tiananmen en Beijing. Foto: 123RF.

Sus entrañas son un laberinto imperfecto de callejuelas estrechas —hutong—, muros rojizos, paredes grises, museos y rascacielos entre vertiginosas autopistas. Beijing muestra su mezcla de tradición china con la modernidad de un país occidental. Sus tejados puntiagudos y túneles, sus templos, parques lagos y mansiones son testigos de una urbe gigantesca en constante movimiento.

Los estereotipos de Beijing

La estampa más estereotipada de Beijing es la de sus ciudadanos montados en bicicleta. También pertenece a esta categoría la de la Puerta de Tian’anmen con el retrato de Mao Zedong. Y los eternos atascos entre contaminación aérea. Todo ello coexiste con otros elementos más culturales como imágenes las máscaras de la Ópera de Beijing, la Gran Muralla y la alegría de los beijineses. 

 

Beijing es Pekín: el famoso Templo del Cielo. Foto: 123RF.
El famoso Templo del Cielo. Foto: 123RF.

Datos geográficos y de población

Rodeada de montañas por el norte y por el oeste, el área municipal de Beijing tiene una extensión de 16.800 kilómetros cuadrados. Los límites de la ciudad se extienden en un radio de 80 kilómetros y de ella dependen administrativamente catorce distritos urbanos de la periferia.

La mejor época para visitar Beijing es de abril a junio y de septiembre a principios de noviembre. El verano es muy caluroso y sofocante, mientras que el invierno es gélido y seco, llegando a alcanzar las temperaturas los veinte grados bajo cero. Durante la primavera las tormentas de arena procedente del desierto de Gobi son constantes.

Con una población cercana a los 20 millones de habitantes y una inmigración ilegal de campesinos de más de un millón, Beijing está habitada mayoritariamente por chinos han, mientras que el resto de sus residentes pertenecen a alguna de las tantas minorías étnicas.

La introducción durante los últimos años de una política de apertura ha resultado en una fiebre consumista, un auge económico y un desarrollo descontrolado de la ciudad. Cientos de rascacielos se elevan hacia el cielo de Beijing mientras nuevos centros comerciales se inauguran constantemente.

Beijing es Pekín: Palacio Imperial de Verano en las afueras de Beijing. Foto: 123RF.
Beijing es Pekín: Palacio Imperial de Verano en las afueras de Beijing. Foto: 123RF.

Historia y cultura

Aunque los datos que poseen los estudiosos no son del todo claros, la historia de la ciudad de Beijing podría tener algo más de 3.000 años. Fundada en un principio como puesto fronterizo y comercial entre los mongoles y coreanos por el norte y las tribus de Shandong y del centro de China por el sur, se convirtió en la capital del reino Yan durante el Periodo de los Estados Combatientes (476-221 a.C.) y recibió el nombre de Ji.

Durante la dinastía Liao (916-1125) cambió su denominación por la de Yanjing –capital de los Yan-. En 1215, el guerrero mongol Genghis Khan la bautizó como Dadu –gran capital-, mientras que durante la dinastía Ming (1368-1644), la ciudad fue conocida como Beiping —paz del norte—.

En 1400, el mayor arquitecto de la historia de China, Yongle, la rebautizó como Beijing —capital del norte—, nombre que perdura hasta la actualidad, y construyó en ella la mayoría de palacios, templos y monumentos que se pueden admirar todavía hoy en día.

Beijing es Pekín: coche de tres ruedas en el área del hutong del distrito de Dongcheng de Beijing. Foto: 123RF.
Beijing es Pekín: coche de tres ruedas en el área del hutong del distrito de Dongcheng de Beijing. Foto: 123RF.

Durante el periodo de la dinastía manchú Qing (1644-1911) la ciudad se extendió y sufrió los mayores cambios y revoluciones que nunca haya imaginado. Así, se produjeron acontecimientos que marcaron para siempre la historia y la faz de la ciudad. En 1860 las tropas anglo-francesas invadieron la capital y destruyeron el antiguo Palacio de Verano –de las que aún se conservan las ruinas-, mientras tanto, tuvo lugar la Rebelión Taiping (1850-1868) y tras finalizar ese siglo la Rebelión de los Bóxers en 1900 en contra de la presencia extranjera consentida por el régimen autoritario de terror y corrupto de la cruel emperatriz Cixi (1834-1908). A todo esto le siguió el destronamiento de Puyi, último emperador de China, la revolución de 1911 donde el Kuomintang –Partido Nacionalista-, dirigido por Sun Yatsen, fundó la República China, a continuación la invasión japonesa de 1937; la revolución comunista de 1949 liderada por Mao Zedong y la Revolución Cultural de 1966. Poco después, el programa de modernización de 1979 lanzado por Deng Xiaoping; la apertura de los años 90; la presidencia de Hu Jintao, el crecimiento desmesurado de la ciudad con nuevos barrios, la construcción de hasta seis cinturones de circunvalación, una decena de nuevas líneas de metro, cientos de calles, autopistas, puentes y avenidas de nuevo corte y la celebración de las Olimpiadas Beijing 2008. Un proceso realmente vertiginoso para ese breve periodo de tiempo.

Culturalmente hablando Beijing tiene mucho que ofrecer durante todo el año. Desde música tradicional china hasta ópera, pasando por pintura, caligrafía, antigüedades, literatura, artes marciales, acrobacias o exposiciones de arte moderno, tendencia que está en alza y que alcanza ya un nivel internacional de primer orden.

La lengua más hablada en Beijing es el chino mandarín o pŭtōnghuà, aunque la gente local y originaria de la ciudad habla běijīnghuà, es decir, el dialecto de Beijing. El inglés es bastante limitado y se reduce casi exclusivamente a lugares muy turísticos, a taxistas aviesos y a gente joven ávida de practicarlo.

Atractivos turísticos y naturales

Conocer Beijing en una sola visita es misión casi imposible, a no ser que se disponga de mucho tiempo. Al tratarse de una capital con una larga historia, alberga numerosos monumentos y lugares de interés turístico que vale la pena conocer. Muchos de ellos son visitados únicamente por lugareños, extranjeros que viven en la ciudad o por foráneos que la han frecuentado en numerosas ocasiones.

Los puntos de interés más importantes de Beijing son la plaza de Tian’anmen —su traducción sería Puerta de la Paz Celestial— donde se haya, además del Palacio del Pueblo y del Museo de Historia —renovado recientemente—, el Mausoleo de Mao, la puerta de Tian’anmen —con el famoso retrato de Mao Zedong—, la Ciudad Prohibida —también conocida como el Palacio Museo—, la puerta Zhengyang, la calle Qianmen –recién restaurada- y el Palacio de la Ópera. También cabe destacar como lugares de interés turístico el Palacio de Verano, el Templo del Cielo, el Templo Lama, las callejuelas o hutong, la calle comercial Wangfujing —con el mercado nocturno de comidas—, el Templo de Confucio, el Parque Beihai, la Colina del Carbón, la calle de las antigüedades Liulichang, el Parque Ritan, el Lago Houhai, la calle tibetana Yandaixiejie, el barrio de arte moderno 798, el Zoológico, la Torre de la China Central Television (CCTV), el Monumento al Milenio, la Ciudad Olímpica, la Gran Muralla y las Tumbas Ming entre otros.

Además, existen otras puertas, templos menores y lugares de interés propio que también valen una visita, como son la Torre de la Campana, la Torre del Tambor, el Antiguo Observatorio Astronómico, el Puente Celestial, la Universidad de Beijing, las ruinas de Yuanmingyuan, las Colinas Perfumadas, las Catacumbas, el Templo de la Nube Blanca (taoísta), el Templo del Buda Durmiente o el Templo de la Stupa Blanca, el Parque de las Minorías Étnicas o El Templo de la Tierra, por nombrar algunos.

Beijing es Pekín: vista sobre la Ciudad Prohibida Foto: 123RF.
Beijing es Pekín: vista sobre la Ciudad Prohibida Foto: 123RF.

Los amantes de la cultura y el espectáculo podrán disfrutar con una actuación de la Ópera de Beijing o Jīngjù, de acrobacias chinas o de bailes de las minorías étnicas.

La Gran Muralla, atracción turística de China por excelencia, se puede visitar en cinco lugares más o menos cercanos a la capital. De ellos, Badaling, a 70 kilómetros de Beijing, es el punto más concurrido, reconstruido y turístico. Lleno de tiendas, teleféricos, restaurantes y cines de tres dimensiones, parece más un montaje para excursiones rápidas que un lugar de interés histórico mundial con el título de Patrimonio de la Humanidad. Los que van en excursiones organizadas, suelen visitar en el camino hacia la Gran Muralla una fábrica de perlas, una fábrica de cloisonné y una fábrica de seda, donde se espera que hagan algunas compras. Juyongguan es la parte de la Gran Muralla que más presenta un aspecto de fortaleza militar y tiene un recorrido muy largo y empinado. Por su parte, Mutianyu, en el distrito de Huairou, a 90 kilómetros, ofrece una visión de la Gran Muralla menos bulliciosa, más tranquila y está rodeada de vegetación y montañas escarpadas; mientras que la zona de Simatai, a 110 kilómetros en el distrito de Miyun, es la menos visitada y restaurada, por tanto, la más salvaje y original, con un aspecto parecido al que tuvo en su época. De hecho, con sus 135 atalayas y sus 19 kilómetros de longitud, está considerada como la mejor de toda China.

También a las afueras de la ciudad, se pueden visitar las Tumbas Qing, Chengde —la ciudad que alberga el Pequeño Potala—, Qinhuangdao —donde la Gran Muralla acaba literalmente en el mar—, las grutas de Yungang en Datong, la montaña Wutai, la bella ciudad de Pingyao o Tianjin —el puerto natural de Beijing—.

Beijing es Pekín: la estación de tren de Beijing. Foto: 123RF.
Beijing es Pekín: la estación de tren de Beijing. Foto: 123RF.

Comidas, compras y ocio

El plato más famoso de Beijing es, sin duda, el Pato Laqueado (en chino Běijīng kǎoyā o 北京烤鸭). Cocinado tras una elaboración tradicional y costosa que hace que la piel del pato quede sabrosa, fina y crujiente, con muy poca carne, este manjar es de obligada degustación para todo el que visita la capital china. Se come acompañado por unas tortitas de harina, ajo puerro en tiras finas y salsa de harina fermentada. El cocinero suele trinchar el pato enfrente de los comensales en una especie de ceremonia que vale la pena contemplar, pues en sí supone todo un arte.

La gastronomía china, y por tanto la de Beijing, es muy rica y variada. Destacan los jiǎozi –ravioles chinos al vapor- rellenos de carne o verduras, los bǎozi —panecillos al vapor—, los rollitos de primavera, la pasta y las batatas cocidas. Además, existe una gran variedad de platos de carne de cerdo, ternera y pollo, donde el Gōngbāo jīdīng —dados de pollo con cacahuetes— es el más famoso.

Beijing es Pekín: El tráfico en la carretera. Foto: 123RF.
Beijing es Pekín: El tráfico en la carretera. Foto: 123RF.

Beijing es también un paraíso para las compras. Cuenta con diversos mercados callejeros en los que se puede adquirir todo tipo de artículos de vestir y de regalo a precios muy económicos. El Mercado de la Seda —conocido en chino como Xiùshuǐjiē o 秀水街— es el preferido no sólo entre los turistas amantes del regateo feroz, sino también entre los propios beijineses con ganas de adquirir auténticas gangas, aunque en la zona diplomática destaca también el Mercado Yaxiu —igual que el anterior, pero más tranquilo—. En ellos se puede discutir el precio y obtener una prenda de seda o algodón o un artículo de artesanía por un importe más que razonable. El Mercado Ruso —llamado en chino Yǎbǎolù  o 雅宝路— es el más grande de todos los mercados de Beijing, frecuentado por europeos del Este y el que ofrece mejores ofertas y más variedad, aunque la calidad no es muy buena. En el Mercado de las Perlas —en chino Hóngqiáo shìchǎng o 红桥市场— se pueden adquirir perlas tanto chinas como japonesas, mientras que en el Mercado de la Artesanía o de los Campesinos —en chino Pānjiāyuán o 潘家园— se encuentra lo mismo que en cualquier rastro español, pero en versión china, destacando la artesanía de las minorías étnicas y muebles y libros antiguos perteneciente a la zona rural.

Beijing es Pekín: hay muchas motocicletas y bicicletas diferentes en las calles de Beijing. Con motocicletas que transportan personas, mercancías, materiales de construcción y mucho más. Foto: 123RF.
Beijing es Pekín: hay muchas motocicletas y bicicletas diferentes en las calles de Beijing. Con motocicletas que transportan personas, mercancías, materiales de construcción y mucho más. Foto: 123RF.

Wangfujing (o 王府井) es la calle peatonal y comercial por excelencia en Beijing. El lugar ideal para perderse en miles de tiendas y grandes almacenes de lujo todo el día —destacan el Oriental Plaza, los Grandes Almacenes Beijing y el Xindong’an Plaza—, además de albergar la famosa Librería de Lenguas Extranjeras de Beijing. Xidan (o 西单) es otro centro comercial muy visitado donde las tiendas de ropa barata de marca le asaltan a uno a cada paso. Para teléfonos móviles y aparatos electrónicos, nada como Gongzhufen o Zhongguancun.

Por su parte, las antigüedades, la artesanía y el arte tradicional de calidad se pueden adquirir a buenos precios en la calle Liulichang, mientras que en el barrio de arte moderno 798 hay todo tipo de obras de prestigiosos artistas de renombre mundial y galerías con tiendas exclusivas y de diseño.

Desplazarse por Beijing es relativamente sencillo gracias a la gran cantidad de taxis de bajo precio. El metro ha crecido en número de líneas y alcanza a muchas áreas de la ciudad. Los autobuses de línea son numerosos, baratos y suelen ir siempre llenos. Los que llevan aire acondicionado son más caros. Actualmente existe también una línea de tren rápido que te lleva desde la estación de Dongzhimen hasta el Aeropuerto Internacional de Beijing a un precio muy razonable y en muy poco tiempo.

Beijing es Pekín: hay áreas donde el tráfico y la circulación son muy inhóspitas. Foto: 123RF.
Beijing es Pekín: hay áreas donde el tráfico y la circulación son muy inhóspitas. Foto: 123RF.

El eje central que divide a la ciudad

El eje central de Beijing va a ser renovado por completo como parte de la solicitud como Patrimonio Cultural de la Humanidad que tiene pensado reivindicar el ayuntamiento de la capital china. A lo largo de una línea imaginaria que divide la ciudad en dos por su propio centro estratégico y físico existe una serie de edificaciones históricas que van a sufrir una transformación especial para poder incluirlas dentro de la lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad. Se trata de, comenzando de norte a sur, la Puerta Di’anmen —la cual será reconstruida en su totalidad tras haber sida demolida en 1955—, la Puerta Shenwumen, la Puerta Qianqingmen, la Puerta Taihemen, la Puerta Wumen, la Puerta Duanmen, la Puerta Tian’anmen, la Puerta Zhengyangmen —más conocida como la Puerta Qianmen— y la Puerta Yongdingmen. La columna vertebral que divide en dos a la ciudad y que pasa por en medio de la Ciudad Prohibida concluye, en realidad, en la Torre del Tambor y la Torre de la Campana, al norte del palacio imperial.

Beijing es Pekín: edificion histórico tradicional Foto: 123RF.
Beijing es Pekín: edificion histórico tradicional Foto: 123RF.

La planificación de una ciudad con un eje central simétrico norte-sur es, en realidad, única en la arquitectura urbana de la historia de la humanidad y tiene una longitud total de 7,8 kilómetros. Durante la ceremonia de inauguración de las Olimpiadas de Beijing 2008, el mundo quedó boquiabierto ante los espectaculares castillos de fuegos artificiales lanzados a lo largo del eje de la ciudad que fueron explotando uno a uno hasta llegar al Estadio Olímpico desde el mismo corazón de la Plaza de Tian’anmen.

En la antigüedad, se le conocía al eje central como “la vena del dragón” y era un símbolo imperial, pues los emperadores pensaban que ellos eran el centro del mundo y sus palacios debían estar construidos en ese eje. Las puertas, además de servir de entrada a la ciudad, hacían las veces de sistema defensivo y estaban unidas por una muralla que circundaba la ciudad. Aunque la mayoría de las puertas fueron derribadas para construir un sistema de autopistas que albergara el creciente tráfico de la capital china, esos puntos estratégicos conservan todavía el nombre de la puerta original y también nombra al barrio que la rodea. Ahora, el proyecto de restauración logrará que todas las puertas se alcen de nuevo en el paisaje de Beijing y que le devuelvan a la ciudad la grandeza de la época de la dinastía Qing (1644-1911).


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Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.
Número 7. Volumen IV. Julio de 2011.

China en el siglo XXI, de Marcelo Muñoz de la editorial Centro de Estudios Financieros ofrece la mirada hacia el futuro del gigante asiático desde la experiencia personal de un emrpesario español conocedor de la idiosincracia china. Foto: 123RF.

«China en el Siglo XXI» de Marcelo Muñoz ofrece una exploración minuciosa y perspicaz de la emergencia de China como una superpotencia global en el mundo contemporáneo. Muñoz, con una trayectoria profesional destacada y una experiencia personal significativa en China desde 1978, aporta un análisis detallado de los factores cruciales que han impulsado a este gigante asiático a la vanguardia del escenario mundial. El libro es un estudio profundo que abarca una variedad de aspectos, desde la evolución del comunismo en China y su singular versión del socialismo, hasta el dinamismo de su economía digital y los avances en campos como la educación y la investigación.

Un reportaje de
Confuciomag
La experiencia personal de Marcelo Muñoz ha inspirado La China del siglo XXI (Ed. CEF, 2018) y que, solo por ello, ya merezca la pena leerlo. La autoría corresponde al empresario español Marcelo Muñoz (Jaraíz de la Vera, 1934) quien llegó a China en 1978. En este libro, junto con El enigma chino (2007) y China 2050 (2011), radiografía con precisión milimétrica todas las circunstancias que han llevado al gigante asiático a su “reemergencia”. Porque, como el mismo Muñoz advierte, «el ascenso de China no es una emergencia si nos atenemos a los datos históricos». Y solo una cifra lo avala: hasta casi la primera mitad del siglo XIX, el Producto Interior Bruto (PIB) chino ha representado entre una quinta parte y un tercio del de toda la humanidad.

China en el siglo XXI, de Marcelo Muñoz, editorial Centro de Estudios Financieros
China en el siglo XXI, de Marcelo Muñoz, editorial Centro de Estudios Financieros

Hay muchos números, datos, estadísticas y otras curiosidades, si bien no empañan el disfrute de una redacción que está planteada a la manera “socrática”, es decir, como si mantuviera una conversación con alguien que le formula preguntas y el autor las contesta razonadamente. Y, además, se permite pronosticar que “el siglo XXI es el siglo de China y será un paso importante en el progreso global”. En su exhaustivo repaso a la mayoría de indicadores socioeconómicos procedentes de aquella parte del mundo, no deja de lado lo que califica como “desafíos del siglo XXI” y que centra en retos para los próximos decenios como la educación superior, la protección medioambiental, la explosión turística, las relaciones internacionales, el proyecto global de la Nueva Ruta de la Seda y otros. Una apuesta personal en la que ha volcado, en este libro, su gran pasión profesional e intelectual: China.

China en el Siglo XXI, de Marcelo Muñoz: paisaje de la ciudad de Shanghai. Foto: 123RF.
China en el Siglo XXI, de Marcelo Muñoz: paisaje de la ciudad de Shanghai, uno de los símbolos del desarrollo chino. Foto: 123RF.

Los desafíos del siglo XXI

Este trabajo no solo contempla las transformaciones económicas y sociales de China, sino que también aborda desafíos contemporáneos como el cambio climático, los desarrollos en comunicación cuántica y la inteligencia artificial. Además, plantea interrogantes fundamentales sobre el modelo económico y político chino, su papel como potencia global emergente y su impacto en la globalización y el poder occidental. Asimismo, Muñoz reflexiona sobre la posición de España y Europa frente a este nuevo contexto global. La obra se convierte así en un testimonio crucial para comprender el progreso sin precedentes de China en el panorama mundial, presentando una visión equilibrada y profundamente informada de sus logros, desafíos y el potencial para el futuro. A través de esta lente, Muñoz sugiere que el siglo XXI podría marcar un período significativo en el progreso global, con China desempeñando un papel central.


Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.
Número 52. Volumen I. Enero de 2019.

Qinghai: Grullas de cuallo negro volando. Foto: 123RF.

Atravesada por la Ruta de la Seda, Qinghai es una provincia con una riqueza cultural e histórica indiscutible. Dado que la mayor parte de su territorio está ocupado por montañas y altiplanos, la elevación media supera los 3.000 m. Más del 40% de su población la forman diferentes minorías étnicas entre las que destacan los tibetanos, los hui, los mongoles, los tu o los salar.

Un reportaje de
Carolina Navarro Plata
罗悦柔
Aunque poco conocida para los turistas que llegan hasta China, las cumbres nevadas, largos ríos, lagos salados, vastas praderas, implacables desiertos y la gran riqueza de fauna y flora de Qinghai, la hacen perfecta para disfrutar de la naturaleza en su estado más puro. Su nombre proviene del lago Qinghai (青海, Qīnghǎi), que literalmente significa “mar azul”, y constituye la concentración de agua salada más grande del país.

Quinghai: las altas montañas y las altiplanicies dominan las tierras salvajes y las reservas naturales de la provincia. Foto: 123RF.
Quinghai: las altas montañas y las altiplanicies dominan las tierras salvajes y las reservas naturales de la provincia. Foto: 123RF.

Situada en la zona occidental de China, la provincia se asienta en el noreste de la meseta de Qinghai-Tíbet. Al norte limita con Gansu, al sureste con Sichuan, al sur y oeste con Tíbet y al oeste y noroeste con Xinjiang. Con una extensión de más de 720.000 km2 es la cuarta provincia más grande de China. Sin embargo, su población es de más de 5.800.000 habitantes (est. 2014), lo que la convierte en la segunda con menor densidad de población del país.

Quinghai: el lago del mismo nombre que la provincia es uno de los principales reclamos turísticos. Foto: 123RF.
Quinghai: el lago del mismo nombre que la provincia es uno de los principales reclamos turísticos. Foto: 123RF.

Dado que la mayor parte de su territorio está ocupado por montañas y altiplanos, la elevación media supera los 3.000 m. Destacan las cadenas montañosas de Qilian, en el norte; Tanggula, en el sur; y Kunlun –con cumbres de más de 6.000 m–, en el centro. En el noroeste se sitúa la cuenca de Qaidam, con una extensión de más de 250.000 km2 y una elevación media de entre 2.400 y 3.000 m. En el centro de la misma se halla la marisma salina de Qarhan. Esta árida zona tiene una precipitación media anual de tan solo 100 mm.

Qinghai: Reserva natural de los Tres Ríos o Sanjiangyuan. Foto: 123RF.
Qinghai: Reserva natural de los Tres Ríos o Sanjiangyuan. Foto: 123RF.

En el sur se encuentra la reserva natural de los Tres Ríos o Sanjiangyuan (三江源自然保护区), una de las más grandes del planeta, y que recibe su nombre por ser el lugar donde nacen los cursos fluviales del Amarillo, Yangtsé y Lancang (conocido en su tramo inferior como “Mekong”). Además de los citados, recorren la provincia más de 270 ríos y 230 lagos. Por su riqueza hídrica, la reserva natural de los Tres Ríos es conocida como “la torre del agua de China”.

Qinghai: típicos y efíemros monumentos al lado del lago. Foto: 123RF.
Qinghai: típicos y efíemros monumentos al lado del lago. Foto: 123RF.

Aunque se dan grandes diferencias, debido a la variedad topográfica, en general predomina el clima continental y, por ello, la mejor época para visitarla es el periodo comprendido entre los meses de mayo a septiembre.

La provincia es muy fértil en recursos naturales y en ella habitan especies como el yak, el camello asiático, el oso pardo, el leopardo de las nieves, el asno salvaje asiático o la grulla de cuello negro. De entre los miles de tipos de plantas que crecen en Qinghai, cientos tienen usos en la medicina tradicional china. Destacan la Angelica sinensis o ginseng hembra, la Ephedra sínica y la popularmente conocida como “hongo de la oruga” (Ophiocordyceps sinensis). Los recursos minerales suponen una de las mayores fuentes de ingreso para su economía, pues tiene grandes reservas de petróleo y gas.

Qinghai: grullas de cuello negro, habituales en toda la provincia y en la Isla de los Pájaros. Foto: 123RF.
Qinghai: grullas de cuello negro, habituales en toda la provincia y en la Isla de los Pájaros. Foto: 123RF.

Uno de sus mayores atractivos es su gran diversidad étnica. Más del 40% de su población la forman diferentes minorías étnicas entre las que destacan los tibetanos, los hui, los mongoles, los tu o los salar. Esta variedad cultural se refleja claramente en la mesa con una gastronomía que combina estilos y sabores. Un lugar idóneo para empaparse al máximo de esta mezcla de aromas es Xining, la capital.

En la orilla de lago Qinghai. Foto: 123RF.
En la orilla de lago Qinghai. Foto: 123RF.

Sabores étnicos

Los productos estrella de la gastronomía de Qinghai son la carne de yak y de cordero, el “hongo de la oruga” y el pescado. Debido a su altitud, las verduras y frutas que se cultivan en la provincia son limitadas. Los métodos de cocción y las especias que se utilizan son el reflejo de la gran heterogeneidad étnica y cultural de su cocina. Algunos de los platos más afamados son los fideos de cordero salteados, los pastelillos de la luna de Qinghai, los jiaozi o empanadas chinas al estilo hui, y el yogur de leche de yak.

Lugares por descubrir

Xining (西宁) está situada en el noreste a una altitud aproximada de 2.275 m. En su día fue una importante parada en la Ruta de la Seda lo que contribuyó en gran medida a la prosperidad de la urbe. Durante siglos sirvió como una importante puerta de acceso desde las tierras de la Llanura Central hacia los Territorios del Oeste. Hoy en día, y gracias al desarrollo de las infraestructuras ferroviarias, continúa siendo un punto clave para garantizar las redes de transporte. Es aquí donde se encuentra la intersección entre las líneas férreas de Lanzhou-Qinghai y Qinghai-Tíbet. Además de ser el centro provincial de comunicaciones, es también el núcleo económico, educativo, político y cultural.

Qinghai: Mezquita Dongguan. Foto: 123RF.
Qinghai: Mezquita Dongguan. Foto: 123RF.

Para quienes visiten la capital son de parada obligatoria la mezquita Dongguan, construida originalmente en el siglo XIV; el templo taoísta de la Montaña del Norte, un lugar especial por sus grutas centenarias; y el monasterio Ta’er (conocido también como Kumbum), con más de 600 años de historia.

A unos 150 km de la capital se encuentra el Qinghai, que se formó hace millones de años. En la orilla oeste se encuentra la Isla de los Pájaros, que hoy en día es una península. Entre marzo y mayo se convierte en un lugar de culto para ornitólogos y amantes de la fotografía.

La industrial ciudad de Golmud, la segunda más grande de la provincia, se desarrolló durante la construcción de la autovía y el ferrocarril Qinghai-Tíbet. Este es el lugar de partida para explorar lugares de gran interés paisajístico como la marisma salada Qarhan, la cadena montañosa Kunlun o la Reserva Natural Nacional de Kekexili.


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Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.
Número 40. Volumen I. Enero de 2017.

numerología números en china

La numerología en China se concibe como algo más que hablar de números o que hacer números. Aparte de su relación, o no, con la fortuna, que se analizará a continuación, su nombre en esta lengua sugiere algo más que su propio valor contable. El pensamiento antiguo relacionó durante siglos la ciencia numérica con la adivinación, o con la construcción de una idea simbólica.

Reportaje de
Clara Serer Martínez
克莱拉
Merece una especial consideración el Libro de las mutaciones (易经, Yì jīng), uno de los Cinco Clásicos confucianos. La obra, escrita hace más de tres milenios, establece 64 conjuntos de 6 líneas o hexagramas (, guà). Cada una de ellas es una figura compuesta de 6 líneas horizontales apiladas (, yáo). A su vez, cada línea es yang o yin según sea su composición: ininterrumpida o sólida para el primero o abierta, rota o quebrada con un hueco en el centro para el segundo. Si se alternan 6 de estas líneas de abajo hacia arriba se obtienen 64 combinaciones posibles y, por tanto, el mismo número de hexagramas.

El propio Laozi, en su obra Del Dao a los diez mil seres, señala la siguiente correspondencia numérica:

«El Dao engendra el Uno
Uno engendra Dos
Dos engendra Tres
Y Tres, a los diez mil seres».

“道生一,
一生二,
二生三,
三生万物”。

Se trata de la descripción de un proceso que se despliega hacia la infinitud de la multiplicidad a partir de un único origen. Llega más lejos esta interpretación numérica al extenderse hacia el lenguaje constituido por la combinatoria de los hexagramas para producir una figuración estructurada de un mundo en el que todo es signo.

No debe sorprender que, ante tales antecedentes, se pueda sentenciar que los números siempre han desempeñado un importante papel en la cultura china puesto que, desde la antigüedad, se han asociado con la suerte. Por dicha razón, esta civilización tiene especial consideración en su día a día con los números auspiciosos, como por ejemplo cuando compran un número de teléfono, una casa, o eligen las fechas para ceremonias especiales y otros acontecimientos. Siempre se recuerda que los Juegos Olímpicos de Beijing se inauguraron a las 8 horas y 8 minutos del día 8 del mes 8 del año 8. Un repaso a su significado depara la amplitud de su polisemia.

Ilustraciones de Xavier Sepúlveda

numerología números en china
1

El uno (, ): es un número que puede ser afortunado o no.

El uno es independiente, ambicioso y creativo. Es el número de mayor complejidad en la cultura china, puesto que significa el comienzo, el origen y el todo, según Laozi (老子). En el taoísmo, el “uno” significa “unidad”. Su combinación tiene un significado positivo, como 1314, puesto que su pronunciación es similar a la frase “一生一世” (Yīshēng yīshì), que podría traducirse como “para siempre”.

numerología números en china
2

El dos (, èr): es un número afortunado.

Muchas celebraciones vienen marcadas por el número dos, como por ejemplo en el Año Nuevo Chino, ya que los pareados (对联) se colocan simétricamente a ambos lados de la puerta. En las bodas tradicionales chinas se incluye la palabra: “” (shuāng xǐ), que es la combinación de dos caracteres “”, y significa “felicidad”.

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3

El tres (, sān): es un número también afortunado.

La pronunciación de “” suena similar a la de “” (shēng), que significa “nacer” o “vida”. Este carácter tiene una connotación positiva en China.

numerología números en china
4

El cuatro (, ): es un número a evitar

Debido a su similitud con el carácter de “muerte” (, ), este número se evita en direcciones, números de identidad, teléfonos, matrículas de vehículos, casas, etc.

numerología números en china
5

El cinco (, ): es un número ambivalente.

Dependiendo del contexto, el número cinco puede estar asociado con la buena y la mala suerte. “” suena similar a “” (), que significa “no”, “sin” en chino y puede entenderse como bueno o malo. Pese a ello, se asocia con la buena suerte ya que tradicionalmente está relacionado en la cultura china con los cinco elementos 五行 (wǔ xíng).

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6

El seis (, liù): es un número que trae buena suerte.

El seis está generalmente considerado como un número de la suerte en China, puesto que suena como “” (liú), literalmente “fluir” ; y como «» (liū) que signigica «sin problemas», «con fluidez». Para muchos negocios, el número 6 aporta fortuna. A diferencia de occidente, donde el número 666 está asociado con el demonio, muchos seis son buen augurio en China.

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7

El siete (, ): es un número que puede conllevar, o no, la fortuna.

Al igual que el 5, el 7 podría ser también positivo o negativo. 7 suena como (), que significa “empezar”. Por otra parte, (), significa “energía vital”. Por ello, este número se ha visto como un buen número en lo que a las relaciones personales se refiere. Pero este número también puede ser negativo puesto que tiene una pronunciación similar a (), literalmente “engañar”.

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8

El ocho (, ): es un número con muy buena suerte.

El 8 es el número más afortunado en la cultura china, puesto que 8 () suena parecido a (), que significa “próspero”, “fortuna”. Igual que se evitarán los cuatros, se intentará poner el número 8 siempre que sea posible.

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9

El nueve (, jiǔ): es un número afortunado.

Suena como “” (jiǔ), que significa “eternidad” en chino. Este número, en bodas y diferentes celebraciones está siempre asociado con la longevidad. Además, tradicionalmente el número 9 siempre ha estado asociado con el emperador (la ciudad prohibida tiene 9.999 habitaciones).

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Ejercicio práctico:

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Instituto Confucio 38

Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.
Número 38. Volumen V. Septiembre de 2016.

El té de los Ocho tesoros no sólo necesita ocho incredientes, también requiere un juego de té de tres piezas: debajo está la base, en medio el cuenco de té y encima la tapa que lo cubre. Foto: 123RF.

El tradicional té de los ocho tesoros (八宝茶, bābǎochá) servido en un juego de té sanpaotai (三炮台), es muy popular en amplias áreas de China debido a sus beneficios sobre la salud: alimenta la energía yin y mejora las funciones pulmonares, alejando la sequedad de garganta.

El té de los ocho tesoros no se puede preparar ni servir como un té culaquiera. Requiere un juego de té de tres piezas: debajo está la base, en medio el cuenco de té y encima la tapa que lo cubre.. Foto: 123RF.
El té de los ocho tesoros no se puede preparar ni servir como un té cualquiera, como en la foto. Requiere un juego de té de tres piezas: debajo está la base, en medio el cuenco de té y encima la tapa que lo cubre.. Foto: 123RF.

Reportaje de
Zhao Le 
杨朔镔 
Durante los calurosos meses de verano, la gente prefiere tomar bebidas frías para refrescarse. Sin embargo, beber té también puede ayudar al cuerpo a refrigerarse y a aplacar la sed, ya que promueve la secreción de saliva y repone los fluidos corporales.

El té sanpaotai (三炮台) –también conocido como té del “cuenco tapado” (盖碗茶, gàiwǎnchá)– recibe su nombre del recipiente donde se sirve, un juego de té de tres piezas: debajo está la base, en medio el cuenco de té y encima la tapa que lo cubre. El conjunto se asemeja en su forma a la de una batería de artillería, de ahí su nombre (sanpaotai), que significa literalmente “tres piezas de artillería”. Entre los muchos tipos de té sanpaotai encontramos el de azúcar moreno, el verde con azúcar blanco, el de terrones de azúcar, el de tres sabores, el de cinco sabores y el de los ocho tesoros. Como bebida tradicional de la etnia hui, el té de los ocho tesoros (八宝茶, bābǎochá) servido en un juego de té sanpaotai, se suele utilizar para recibir a familiares y amigos en la provincia de Gansu y en la región autónoma hui de Ningxia. Son muchos los beneficios que este fragante y dulce té tiene sobre la salud: alimenta la energía yin y mejora las funciones pulmonares, alejando la sequedad de garganta. Por todo ello, es tan popular en muchas áreas de China.

¿Qué requisitos y pasos debemos seguir para preparar este aparentemente simple té tradicional? En este taller aprenderás a preparar una nutritiva taza de té de los ocho tesoros.

Ingredientes:

El té de los ocho tesoros se compone de alimentos comunes en la dieta china y que a su vez pueden aportar ciertos beneficios para la salud. La receta no se limita a los ocho ingredientes que presentamos, cada uno puede elegir otros ingredientes con similares beneficios para la salud.

Foto: 123RF.
Foto: 123RF.

Azufaifas (红枣, hóngzǎo)
Reponen la energía vital, nutren la sangre y calman los nervios

Foto: 123RF.
Foto: 123RF.

Bayas de goji (枸杞, gǒuqǐ)
Tonifican el hígado y el riñón y mejoran la vista

Foto: 123RF.
Foto: 123RF.

Nueces (核桃, hétáorén)
Alivian las deficiencias y refuerzan el cuerpo, mejoran las funciones del cerebro y retrasan el envejecimiento

Foto: 123RF.
Foto: 123RF.

Fruto del ojo de dragón (桂圆, guìyuán)
Nutre el corazón y el bazo, repone la energía vital y la sangre

Foto: 123RF.
Foto: 123RF.

Sésamo (芝麻, zhīma)
Restablece la energía vital, fortalece y retrasa el envejecimiento

Foto: 123RF.
Foto: 123RF.

Pasas (葡萄干, pútaogān)
Renueva la sangre y calientan el riñón

Terrones de azúcar (冰糖, bīngtáng)Vigoriza el yin y promueven la secreción de saliva, estimulan los pulmones y paran la tos. Foto: 123RF.
Foto: 123RF.

Terrones de azúcar (冰糖, bīngtáng)
Vigoriza el yin y promueven la secreción de saliva, estimulan los pulmones y paran la tos

Hojas de té (茶叶, cháyè). Foto: 123RF
Foto: 123RF

Hojas de té (茶叶, cháyè)

Procedimiento:

  1. Enjuague con agua caliente el cuenco de té, la tapa y el platillo.
  2. Ponga la mezcla del té de los ocho tesoros en su recipiente.
  3. Vierta agua hirviendo, agite el cuenco suavemente con la tapa cerrada, y después deseche el agua. Vierta de nuevo agua hirviendo sobre el borde del cuenco; cúbralo con la tapa y espere a que repose.
  4. Sujete el platillo con la mano izquierda. Con la mano derecha, sujete el cuenco y la tapa. Recline el cuenco y sorba el té lentamente. Humedecerá su garganta, refrescará su mente y reducirá su nivel de estrés, proporcionándole una sensación relajante.
Cuenco para el té sanpaotai. Foto: 123RF.
Cuenco para el té sanpaotai. Foto: 123RF.

El cuenco tapado. El juego de té sanpaotai:

El cuenco tapado también se conoce como “cuenco de las tres virtudes” (三才碗, sāncáiwǎn). La tapa representa el cielo, el platillo la tierra y el cuenco las personas. En su conjunto los tres simbolizan la relación armoniosa entre el hombre y la naturaleza.

Más sobre el té chino en ConfucioMag:

Todo sobre el té chino


Revista Instituto Confucio 33

Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.
Número 33. Volumen VI. Noviembre de 2015.

El té maofeng

El té maofeng, uno de los diez mejores tés de China, proviene de la montaña de Huangshan, al sur de la provincia de Anhui. La humedad y sus más de 700 m de altitud hacen que sea un lugar privilegiado para la cosecha de esta preciada infusión de hojas verdes.

El té maofeng (毛峰茶). crece con gran humedad a más de 700 metros de altitud. Foto: 123RF.
El té maofeng (毛峰茶). crece con gran humedad a más de 700 metros de altitud. Foto: 123RF.

Reportaje de
Cristina Amat
帝娜
En Huangshan (黄山; literalmente “Montaña Amarilla”), al sur de la provincia de Anhui, se puede encontrar uno de entre los diez clasificados como mejores tés de China: el té maofeng (毛峰茶). La humedad y sus más de 700 metros de altitud hacen que sea un lugar privilegiado para la cosecha de esta preciada infusión de hojas verdes. Su nombre “maofeng” hace honor tanto a la fina película de pelo (, máo) blanco que recubre sus hojas, como al paisaje característico de la Montaña Amarilla, con pinos de peculiares formas que crecen en la mismísima cima de la montaña (, fēng). Un buen número de literatos han sido atraídos por la belleza y la majestuosidad de sus numerosas cimas. Diferentes poetas como Li Bai (李白, 699-762), Jia Dao (贾岛, 779-843), Du Xunhe (杜荀鹤, 846-906) o Zheng Zhen (1199-1262), dedicaron a estas montañas algunos de sus versos:

Amanecer en la Montaña Amarilla.
Zheng Zhen

Treinta y seis extraños picos,
Inmortales con negros penachos.
El sol de la mañana ilumina las copas de los árboles,
En este mundo celestial de montañas.
Habitantes de China, ¡alzad la mirada!
Por mil años van y vienen las grullas.
Recogiendo la leña de lugares lejanos
Arrancando de sus grietas maderos.

El té maofeng es protagonista de algunos grandes poemas, cmo el de Zeng zeng, donde lo relacionan con las grullas. Foto: 123RF.
El té maofeng es protagonista de algunos grandes poemas, cmo el de Zeng zeng, donde lo relacionan con las grullas. Foto: 123RF.

Estas montañas sirvieron de inspiración literaria y artística así como de patria para el té maofeng. La mejor época del año para recoger las hojas de esta variedad es al principio de la primavera, justo antes de la fiesta de Qingming, la fecha que marca el comienzo de la temporada de las actividades agrícolas. Este té es tan especial que solo se recogen exclusivamente el brote y las dos hojas contiguas (que además han de ser de idéntico tamaño). Se enrollan de tal manera que se puede apreciar una fina capa aterciopelada y sedosa de apariencia brillante. El té de mayor calidad es elaborado en el mismo día que se recoge. A continuación, se procede a tostarlo en una sartén profunda, donde se saltea y agita manualmente a gran velocidad (aproximadamente unas 60 veces por minuto). Esta fase detiene el proceso de oxidación de las hojas y establece su calidad, ya que es la habilidad del manipulador la que determinará su punto óptimo: ni demasiado crudo ni excesivamente tostado. Su secado comienza a 90ºC y finaliza a 60ºC. Para su óptima degustación se recomienda utilizar un vaso de cristal o de porcelana. Popularmente se dice que la primera taza de este té verde es aromática, la segunda dulce y la tercera garantiza un sabor más intenso. El té maofeng posee las características antioxidantes de todo té verde, estimula el sistema nervioso y reduce la presión arterial.

El té maofeng necesita para su óptima degustación una juego de cristal o de porcelana. Ftoo: 123RF.
El té maofeng necesita para su óptima degustación una juego de cristal o de porcelana. Ftoo: 123RF.

Gran parte de los tés más destacados de China están envueltos en leyendas y el de maofeng no es una excepción. Según la tradición, en la remota area de Huangshan vivían una bella joven recolectora de hojas de té y un joven y apuesto estudiante. Ambos no tardaron en enamorarse aunque su relación no iba a ser fácil. El terrateniente también tenía sentimientos hacia la chica y, abusando de su poder, quería a toda costa casarse con ella. Para ello, fue a ver a los padres de la hermosa recolectora y consiguió que le cediesen a su hija en matrimonio. Ella acudió la noche previa a la boda a casa de su enamorado y descubrió, horrorizada, que el propietario de las tierras lo había asesinado cobardemente. La joven lloró durante días y noches hasta que ella misma acabó convirtiéndose en lluvia. Y no paró de llover hasta que, bajo sus lágrimas, nació la primera planta del exquisito té de maofeng

Y no paró de llover hasta que, bajo sus lágrimas, nació la primera planta del exquisito té de maofeng. Foto: 123RF.
Y no paró de llover hasta que, bajo sus lágrimas, nació la primera planta del exquisito té de maofeng. Foto: 123RF.

Más sobre el té chino en ConfucioMag:


Revista Instituto Confucio 31

Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.
Número 31. Volumen IV. Julio de 2015.

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